Enciendo el cigarrillo, empiezo a fumar y a recordar, recordar todas y cada una de tus "te quiero". Doy una calada, me seco las lágrimas con la esperanza de que algún día volverás. Tiro la ceniza y doy un puñetazo en la pared al saber que aunque vuelvas ya nada sera lo mismo. Doy otra calada, se me cae una lágrima porque se que no te gusta que fume. Miro el cigarrillo y lo tiro, porque se que ya no vendrás a decirme que es malo para los pulmones aunque no sabes que tu ausencia es mala para mi corazón. La verdad no se para que sigo fumando, por adicción a la nicotina o por adicción a verte enfadar pensando en lo que vendrá luego.