North Valley

Capítulo 3: El lacrosse no es solo para chicos

Alex

Cuando acaba la clase y puedo salir, voy a mi taquilla a dejar los libros, todo el mundo me está mirando. Cientos de ojos se posan en mí, en mi cuerpo vestido con el uniforme de las animadoras y la chaqueta de Hayden, me ha dicho que ya se la devolveré, aunque no sé cuándo le veré otra vez.

Me paro enfrente de un panel de anuncios de los diferentes equipos del instituto, me quedo sorprendida al ver que tienen equipo de lacrosse. Cojo el bolígrafo que cuelga del panel y me apunto para poder hacer la prueba. El día sigue con normalidad hasta después de la hora de comer, cuando se harán las pruebas de admisión a los equipos ya que no tenemos clase. Me dirijo hacia el campo para hacer la prueba, cuando estoy yendo hacia a las gradas a dejar mi mochila me choco con alguien.

—¡Oye! ¡Ten más cuidado por donde caminas! —le grito al desconocido.

—Mira tú por donde andas —me responde y se me queda mirando.

Era Hayden Smith, mi compañero de clase otra vez. Me mira de arriba abajo y hace una mueca al ver que sigo llevando su cazadora puesta, pero no le sorprende.

—¿Vas a quedarte mirándome todo el día? Tengo unas pruebas de equipo que hacer si me permites —le digo. Me mira con cara rara otra vez.

¿Por qué todo el mundo ha de ponerle caras raras a la chica nueva? Creo que con ser "la nueva" ya tengo bastante.

—Perdona —menciona mientras se aparta. Paso por su lado, dejo mi mochila en la grada y me dirijo hacia a un barullo de chicos que también van a hacer la prueba para el equipo de lacrosse. Va a ser una larga tarde, si creía que llegar a clase tarde y empapada y tener que ir vestida todo el día con el uniforme de las animadoras no era suficiente; no hay ni una sola chica haciendo pruebas, solo yo.

—Alex Messer —grita un hombre al que no lograba ver.

Probablemente el entrenador.

—Soy yo —grito levantando la mano e intentando pasar entre la multitud de chicos que están delante de mí—. Yo soy Alex Messer.

—Será una broma. Eres una chica. ¿Has visto al resto de personas que van a hacer la prueba? Chicos pequeña, chicos atléticos que llevan haciendo deporte desde niños. No veo otra chica, y menos vestida de animadora—me dice a la cara.

—Veo perfectamente que estoy rodeada de chicos, pero en el folleto para las pruebas no decía nada de que no admitieran chicas, así que si no me deja hacer la prueba para el equipo escribiré una queja para el director acusándole de que me discrimina por ser una chica —le respondo haciéndole callar.

—Está bien, harás la prueba con los miembros que ya están en el equipo —responde él.

No parecía tener ninguna intención de dejarme entrar en su preciado equipo, y yo voy a demostrarle que se equivocaba.

Finalmente logro hacer la prueba, la verdad es que en Seattle formé parte del equipo de lacrosse del instituto varios años y el último por votación del equipo, formado por chicos y yo, fui la capitana.

Después de la prueba voy a las gradas a recoger mi mochila, ahí está Hayden sentado leyendo un libro.

—Has estado bastante bien —me dice sin levantar la mirada de su libro.

—Gracias —le respondo y aprovecho para devolverle la cazadora.

—Enhorabuena Messer, hacía años que nadie me sorprendía como tú lo has hecho; estás dentro —me dice el entrenador dándome una palmada en el hombro.

Recojo mis cosas de la grada y de mi taquilla y me marcho a casa. Cuando llego estoy agotada, así que voy a mi habitación y me tumbo en la cama. Me parece escuchar hablar a mi madre con mi hermana, o más bien discutir.

—Ha de saberlo mamá, está en su derecho de saberlo —dice mi hermana.

—Todo eso ha sido un secreto por alguna razón, es peligroso, y lo sabes —le responde mi madre.

—¡Pero no entiendes que si es tan peligroso como dices ha de saberlo con más razón! —grita Lindsay.

—Lindsay ya está decidido, nadie va a decirle nada.

Como siempre mi madre tiene la última palabra. Pero ¿de qué hablan?, ¿cuál es ese secreto?, ¿y por qué yo no sé nada? Todo eso es muy raro. Mi madre y mi hermana no se hablan a gritos si no es de cosas importantes.