"LA DIMENCION DE LOS TIOS Y EL ENTRENAMIENTO MAGICO"

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Caminaron un rato por las calles, escuchando las conversaciones ajenas. De como hablaban de unos demonios que traían malos augurios. Eran ellos. Ellos habían sido los demonios. Y les causaba una ligera tristeza que los llamaran así.

Luego de un rato, su búsqueda termino. Al ver en un escaparate de una tienda las cantimploras que buscaban. Eran de buen material y se veían resistentes. Así que decidieron entrar.

En la tienda se vendían alfombras, cortinas y muchas manualidades hechas de cuero de distintos animales. También había gran variedad de distintos animales disecados. Obra de la taxidermia.

· buen día—le dijo una anciana de mas o menos la edad de Tigmus

· buen día—le respondió el mago

· ¿desea hacer alguna compra?—la anciana tenia un timbre muy amable en la voz.

Toda en si se veía amable, y tenía rastros de que en su juventud había sido hermosa. Su piel era blanca, al igual que la de sus cabellos con abundante brillo. Su apariencia era distinta a la de la gente del lugar. Así como de su anatomía. Esta era más alta y de facciones delicadas. Nada como las mujeres de pieles oscuras y malcomidas de todo el reino. En realidad era muy similar a la anatomía de Tigmus.

El viejo mago se le quedo mirando hasta hacerla sonrojar. Y los shijar se quedaron mirando la escena. Parecía como si ellos dos ya se hubieran conocido antes.

Lo comprobaron cuando el viejo mago le sonrió y le dijo

· Niora

· ¿Cómo sabe mi nombre?—pregunto la anciana sorprendida

· ¿no me recuerdas?—respondió Tigmus con los brazos extendidos---, soy Tigmus ¡Tigmus! De Midefa.

Cuando escucho su nombre una gran sonrisa se reflejo en su rostro. Tal vez venia de antiguos recuerdos. De tiempos mejores. El viejo mago la abrazo y la estrecho contra si. Besándole ambas mejillas.

· ¡Cuánto tiempo!—exclamo la anciana--, ¡tantos años!

Sus rostros se llenaron tanto de recuerdos buenos como malos. Eso era lo que los shijar podían ver en sus expresiones. En cada cara, una vida.

· que alegría verte

Luego la anciana se fijo en los jóvenes shijar. Los miro escrupulosamente y le pregunto al viejo mago

· ¿Quiénes son ellos?—pregunto mientras se acercaba a los shijar

· son tus sobrinos—dijole Tigmus--, acaso no ves en ellos los ojos de tu hermana y tu cuñada.

· ¿Qué?—dijo la anciana Niora sin emitir más sonido

Se quedaron en silencio. Sin saber que decir. Entre el barullo del exterior. Imbuidos todos en n solo pensamiento. El origen de los progenitores de los shijar. Los sobrevivientes del más poderoso clan.

La anciana se acerco a ellos y los abrazo con lágrimas en los ojos

· cuanto tiempo, cuantos años, pero...

Guardo silencio.se les quedo mirando y repaso con uno de sus dedos la tersura de sus rostros.

· ¿Qué pasa?—dijole a Tigmus--, ¿porque son tan jóvenes no llegan ni a los veinte años?

Tigmus se acerco y le susurro algo al oído. Por lo que la anciana se tranquilizo.

· ¿y que paso con Zed?—dijole Tigmus--, ¿aun vive?

Olvidados Hijos de DianogteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora