14. El beso

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NATALIE

Duré como una hora acostada. En realidad no sé cuánto tiempo había pasado. No podía conciliar el sueño.
No podía dejar de pensar en que Andrew estaba en la habitación de al lado. Daba vueltas en la cama una y otra vez.
Revisé el reloj en mi teléfono, marcaba las 11:30pm.
Me levanté y fui a la cocina por agua. Bajé lentamente para no despertar a nadie.
Cuando fui a abrir la nevera escuché a alguien.
Estaba hablando por teléfono, era Andrew.

—Sé que estás molesta por lo de ayer. No debí comportarme así. Pero en serio deberías de pensar lo de rehabilitación. Es un consejo.

¿Rehabilitación? ¿"molesta por lo de ayer"?

—Estoy en casa de Chris, podemos vernos mañana.

Andrew no podía verme, traté de escuchar lo que decía pero mi torpeza arruinó mi momento espía.
Se me cayó un vaso.

Sabía que Andrew me había escuchado porque se despidió y terminó la llamada.

Yo fingí no saber que él estaba ahí y en serví agua.
Traté de huir al cuarto pero me detuvo.

— ¿Qué haces despierta?

—No podía dormir— no quise ni mirarlo, me sentía como una ladrona en una tienda de dulces.

—Yo tampoco— abrió una cerveza— ¿Quieres una?— ofreció.

Creo que he pasado mi límite de alcohol por un día pero acepté.

— ¿Qué hacías aquí abajo?— sé lo que hacía pero aun así pregunté.

—Resolviendo unos asuntos— carraspeó la garganta.

— ¿Tan tarde? Que trabajador...

—Ven, vamos al sofá— agarró dos cervezas más y nos sentamos.

—Creo que no debería de tomar más por hoy— ya comenzaba a sentir el cuerpo diferente.

—No aguantas nada. Dime algo.

— ¿Algo cómo qué?— pregunté confundida.

—No lo sé, cuéntame algo de ti.

—No hay mucho que contar. Soy hija única, padres divorciados, vine a culminar mis estudios...— pude haber continuado pero me interrumpió.

—Algo divertido, tienes que haber hecho algo, una locura o no sé, una tragedia.

Con esas últimas palabras lo primero que se me vino a la mente fue:

—Bryan.

— ¿Quién es Bryan?— me miró extrañado.

Agarre una cerveza más, esta historia necesitaba alcohol para poder salir. Ni siquiera sé por qué estoy contándole mis cosas a Andrew, creo que es producto de tantas cervezas.

—Cuando tenía 17, conocí a Bryan en un café. Salimos juntos después de unos meses — bebí— me enamoré, cumplimos un año, era el chico perfecto— bebí una vez más— tuvimos sexo, perdí mi virginidad. Pensaba en casarme con él, lo que es gracioso.

Bebí un poco más, Andrew me observaba detenidamente. A medida que hablaba mi lengua se trababa y quería reírme de todo. Sí, estaba comenzando a emborracharme, lo peor de todo es que era conscientemente.

— ¿Y lo trágico?— preguntó.

— ¿Por qué tan de prisa?— Andrew sonrió y no sé si era porque estaba burlándose de mí.

Continué:

—Un día le dije a su compañero de cuarto que me dejara entrar porque le tenía una sorpresa— me reí— gasté todo mi dinero del mes en hacerle una sorpresa ¿puedes creerlo?— reí con el recuerdo— llené su cuarto de papeles y cosas cursis— bebí— tardó bastante en llegar. Se suponía que al abrir la puerta le daría la sorpresa pero la sorpresa me la llevé yo Andrew —Reí.

—Baja la voz si no quieres despertar a alguien— tapó mi boca y me ahogué con su perfecto perfume.

—Hueles bien— no lo dejé decir nada— Bryan entró con las novia de su mejor amigo— me acerqué a él— con sus piernas rodeando sus caderas— al decirlo me subí en el regazo de Andrew envolviendo mis piernas— estaban besándose— me acerqué a su boca pero me alejé— delante de mí, con una maldita sorpresa.

—Trágico.

Otra vez esa mirada, otra vez fuego en sus ojos.

Andrew subió su mano a mi espalda. Pude sentir como su erección aumentaba debajo de mí.
Solo sus caricias, solo sus ojos.

Con una mano toqué su cabello, se deslizaba entre mis dedos. Mi otra mano estaba puesta sobre su pecho.
Se acercó a mí boca y me besó.
Andrew me besó.
Dejé que sus labios me poseyeran, me deje llevar por la suavidad de sus besos.
Mordió lo labio y yo gemí, no me reconozco. No sé cómo llegué hasta aquí pero me gusta.

El beso se tornó a salvaje, pedía más, ¿yo quería más? Su lengua jugó conmigo

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El beso se tornó a salvaje, pedía más, ¿yo quería más?
Su lengua jugó conmigo.
Andrew me levantó con él, sin romper el beso me llevó a las escaleras.

—Espera— casi no veía nada— podemos caernos.
Tomé su mano y subimos.

Él entró a mi habitación. Volvió a besarme, mis ojos pesaban.

—Creo que deberíamos parar— dije.

Andrew se separó de mí y me observó.

—Sí— susurró.

Comenzó a alejarse.

—Quédate— pedí.

—No puedes pedirme que me detenga e invitarme a dormir contigo, Natalie— soltó una risa y me hizo reír a mí.

—No aguantas nada— reímos.

Ya casi estaba dormida, sentí a Andrew acostarse cerca de mí.


EN UN VIAJE #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora