8. Verguenza

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NATALIE

Esta mañana me levanté muy enérgica, olía exquisito... bajé corriendo las escaleras después de enviar copias de mis papeles al correo de la universidad y me encontré a una Camila igual de hambrienta que yo.

—Wow... ¿tú cocinando? —pregunté sorprendida.

—Lamento decepcionarte bebé, ya estaba esto aquí cuando bajé— metió un bocado de tocino en su boca y continuó— deberías probar esta maravilla— dijo con la boca llena.

— ¿Qué haremos hoy?

—Tal vez recorrer esta enorme casa. ¿Te has fijado en na piscina que tiene?, ¿viste el salón de fiestas? — Cam no dejaba de hablar de las maravillas de la gran casa del tío Mark.

— ¿Estás tramando algo? — pregunté cuando vi que le brillaron los ojos.

— ¿Viste ese equipo de sonido en la sala? — saltó de la silla y escogió música.

—Cam... detente- dije acercándome a ella— Podría molestarle a alguien.

— ¡Me encanta esta canción! — Comenzó a moverse y sonreír— Vamos Nat... diviértete un poco. No hay nadie en casa.

Dudé unos segundos pero terminé uniéndome a ella.


Cantábamos y nos divertíamos inventando pasos de baile.

— ¡Vamos niña, mueve el trasero! — escuché sus carcajadas.

Comencé a moverme, disfrutaba de cada canción y seguía el ritmo.


Miré a Cam y estaba riéndose como si hubiera hecho alguna travesura y luego observó algo a mis espaldas.
Cuando me giré estaban Chris y Andrew sonriendo con sus trajes y un par de hojas.

— ¿Divirtiéndose sin nosotros? — dijo Chris burlón.

La vergüenza que sentía ni si quiera sé si puedo describirla. Mis mejillas ardían, sentía que estaba colorada.

—Chris, lo siento tanto, no sabíamos que habían llegado, no queríamos armar un escándalo seguí pero me interrumpió.

—Se veía como si la pasaran bien— siguió riendo.

Observé a Andrew, él estaba a su lado.
Tenía una mirada oscura, penetrante, me intimidaba... era como si pudiera poseerme con sus ojos.

—Nat y yo pusimos un poco de música para distraernos— soltó Cam.

Lo que hizo que alejara la vista de los ojos de Andrew.
Él le dijo algo a Chris y dejó la habitación.

—Tranquilas, están como en casa, diviértanse- observó a Cam y apuntó— Estaré en la oficina haciendo un par de cosas.

En lo que Chris cruzó esa puerta casi estrangulo a Cam con la mirada, lo que terminó en un par de risas.

—Ya solo falta una semana para empezar clases... ¿Qué tal?

—Hablando de eso... —recordé— hay que llevar nuestros papeles mañana a la administración.

—Sí, ya todo está ordenado. Podemos ir a las 9, ¿te parece?

—Dormilona— acusé.

—Mientras tanto... — otra vez la picardía- sigamos divirtiéndonos.

—Cam, no seguiré bailando, ¿No sabes la pena que me dio cuándo entraron?

—Aburrida- giró los ojos— Saldré a caminar un rato, iré por mis zapatos, ¿vienes?

—Yo me quedaré leyendo— dije al mismo tiempo que subía las escaleras a alcanzar un libro en mi armario.

Salimos de las habitaciones y vimos que Chris también estaba saliendo, se había duchado y lucía más cómodo.

— ¿Van a salir? — nos preguntó... en realidad se dirigía más a Cam que a mí.

—Yo iré a caminar— sonrió mi amiga la coqueta.

—Yo me quedaré en casa— dije.

— ¿Puedo ir contigo? — ah no, a estos dos los dejo solos.

Bajé las escaleras, me senté en un enorme y cómodo sofá, abrí el libro y comencé a leer... se trataba de una recopilación de entrevistas a autores famosos.

Escuché que Cam y Chris salieron juntos, así que volví a mi libro.

Después de un par de capítulos escuché el sonido de una puerta.

— ¿Hay alguien ahí?-pregunté— ¿Cam llegaste?

Nadie respondió, lo que me dio algo de miedo.

¿Una casa tan costosa, debería de tener alarmas de seguridad y ese montón de cosas no?
¿Y si habían dejado la puerta abierta? No, yo misma vi cuando cerraron.

Escuché otro ruido, era de arriba. Subí poco a poco las escaleras, lentamente.

Una vez más oí algo, esta vez más cerca. Era de la habitación que estaba al lado de la mía. No era la de Cam, no era la del Tío Mark, no era de Chris... ¿tenían una mascota? Nunca he visto nada.

Abrí la puerta y mis ojos se abrieron como platos.


No era un ladrón, no era una mascota, era Andrew... Un Andrew completamente desnudo y mojado.

EN UN VIAJE #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora