Palabras para C.

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Yo sé que a veces piensas que la vida no es más que un decorado

donde no sirven champán ni días festivos.

Sé que a tu lado sólo ves relojes inservibles,

horas que se rompen como botellas en los parques.

Pero debo decirte que la vida es más que un nudo sin dedos,

que la vida es una mujer que se abre de piernas cuando te tratas bien,

que no puedes esperar a que sea el resto quien venga con regalos

aunque a veces tampoco pasaría nada si así fuera, ¿verdad?

Sería buena idea buscar una escoba de palabras

para barrerte por la noche el corazón,

cuando aúllan los lobos de la melancolía

y un nombre de 7 letras te estruja desde el pasado la garganta.

Pero tal vez no haga falta y sólo sea preciso

que dejes de esperar aquello que decides no encontrar.

Que no hay peor regalo que prohibirse la alegría

y sumarse al coro de los niños de veintitantos

que huyen de aquello que desean.

Sería bueno escapar de la autodestrucción por decreto

y volverte permeable alguna tarde

por si llueven cosas buenas por tu barrio.

Que yo sé que la vida te tiene reservados

cien veranos a la vuelta de la esquina,

canciones de ruptura que ya no hablarán de ti,

noches que durarán un año

porque pasarás esos 12 meses

abrazada al cuerpo que esperas.

La vida te tiene preparado un domingo

con forma de corazón y nombre de persona

y en la calle echarán una película

donde no ganarán los buenos pero al fin tú serás feliz.

Sé que se va a desplomar un cielo azul sobre tu casa

y serás capaz de ver lo que no ves:

que aquí afuera hay personas

que quieren dejar de ver a la niña

que se araña cuando no la miran

y eso sucederá muy pronto.

Que yo sé que sólo te hace falta conocerte

y perdonarte no haberte conocido mejor

cuando te culpabas por todo.

Que yo sé que ya eres esa persona

pero aún no quieres verlo y lo entiendo.

Que yo sé que tú eres el jinete y el caballo de carreras

y también el resto de jinetes y caballos de la carrera

y que ya estás en la meta.

Que yo sé que el camino hacia uno mismo

es el único que después del esfuerzo que supone

deja las suelas menos gastadas

y que en ese camino tú vas a dar

con brazos que te ofrecerán su paisaje,

con bares que no harán ya más preguntas,

con una soledad que no sea vista como una guillotina,

una soledad que romperás cuando tú quieras,

porque tú quieras, porque así te lo pida el alma,

para entregarte de lleno al amor más importante de tu vida,

el abrazo que se da uno mismo.

No tengo ninguna duda.

Sé que así sucederá.

Y que para que pase todo esto

solo hace falta una cosa:

que tú también lo sepas.

- Marwan

Amante de letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora