Las semanas habían pasado con relativa tranquilidad, unas cuantas misiones en los alrededores, algunas reuniones con el equipo y entrenar a los nuevos reclutas los habían mantenidos la mayoría de los días pero Nat sabia que algo pasaba con Steve, estaba más callado y serio, como si algo lo estuviera molestando ¿Que podia estar molestando a Steve Rogers?
— ¿Que sucede Steve? ¿Por que estamos encerrados acá? —preguntó Natasha en cuanto su espalda toco la pared de la pequeña habitación cerca de la sala de entrenamiento, tan pronto habían dejado a los poco hábiles de sus alumnos Steve prácticamente la arrastro a ese lugar sin darle explicaciones.
— Necesito tú ayuda, solo.... —comentó rápidamente él asegurándose de que nadie se encontrara cerca de la puerta, Natasha veía con curiosidad como se encontraba jugando con la cremallera de su chaqueta cerrada más arriba de lo normal incluso para Steve Rogers.
— Rogers ¿Que hiciste? —pregunto acercándolo a ella con una de las cuerdas de la chaqueta que estaba utilizando, una de las pocas ventajas que tenia estar en un lugar tan reducido.
—No te rias —murmuro apresuradamente para luego empezar a bajar la cremallera de su chaqueta, no podia creer que algo así le estuviera pasando, después de leer las instrucciones multiples veces aquella maquina del demonio le había jugado una mala pasada.
Natasha lo observo atentamente, siguiendo cada uno de sus movimientos, cuando un color en la camisa de Rogers llamó su atención, rosa. Y no, no era solo el color, la camisa era más pequeña, mucho más pequeña considerando el gran torso de el gran Capitan America.
— No sabia que estabas cambiando de estilo Rogers... te ves ridículo —murmuro divertida mordiéndose el interior de la mejilla para no reír, hasta que volvió a mirarlo bien y no pudo evitar reír a todo pulmón, realmente se veía ridículo y que Steve estuviera sonrojado solo mejoraba la situación.
— Sabes que eso no... ¡Nat! —se aparto de ella indignado riendo sin poder evitarlo, su risa era contagiosa, demasiado contagiosa y al mismo tiempo era raro verla por lo cual aunque se estuviera burlando de su desgracia era bueno verla reír.
— ¡Steve! El rosado resalta tus ojos —murmuro divertida recorriendo con su dedo la tela de la camisa sintiendo sus musculos tensarse con su recorrido— ¿Mis clases no fueron lo suficientemente claras, capitan?
Steve trago en seco sintiendo la mano de Nat por su camisa, en momentos como estos odiaba el efecto que tenia en él.
—No... si... quiero decir, esa maquina con pantalla digital me odia, ya lo sabes... —murmuro riendo un tanto nervioso al sentir como Natasha se dedicaba a inspeccionar el daño de una forma mucho más atrevida pasando sus manos por detrás de su espalda.
—Hmm... vamos a arregar este desastre, fossil —comenta sonriendo de medio lado divertida por la situación dándole un rápido beso en los labios.— Al parecer, no puedo dejarte solo unos dias.
— Eso no es... —se interrumpio al escuchar la risa de Natasha contra sus labios y negó sonriendo — ¿Algún día dejarás de disfrutar de mi sufrimiento con la tecnología?
Natasha negó sonriendo de medio lado dejando un prolongado beso en su mejilla mientras subía la cremallera de su chaqueta.
— Jamás... —susurra en su oído antes de alejarse de él para verlo, negó divertida ante la situación y escapándose de entre sus brazos jalo suavemente la tela de su chaqueta llamando su atención. — Andando, tenemos un muchas camisas blancas que arreglar, capitan.
Steve río entre dientes tomando la mano de la espía cuando está abrió la puerta de la pequeña habitación. Oh, como odiaba la tecnologia de este tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Mi Soldado
Fanfiction¿Como pasó? ¿Podría el amor ser real en tiempos de guerra? Lo veo parado frente a mi, de nuevo se va, de nuevo una misión. "Siempre volveremos a vernos" Esa es nuestra promesa, la promesa de un soldado. Mi soldado