Capitulo 46 y 47

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Capítulo 46
1 Allí vi a alguien que tenía una Cabeza de los Días y su cabeza era blanca como lana; con Él había otro, cuya figura tenía la apariencia de un hombre y su cara era llena de gra- cia como la de los santos ángeles.
2 Le pregunté al ángel que iba conmigo y que me mostraba todas las cosas secretas con respecto a este Hijo del Hom- bre: "¿Quién es éste, de dónde viene y por qué va con la Cabeza de los Días?".
3 Me respondió y me dijo: "Este es el Hijo del Hombre, que posee la justicia y con quien vive la justicia y que revelará todos los tesoros ocultos, porque el Señor de los espíritus loha escogido y tiene como destino la mayor dignidad ante el Señor de los espíritus, justamente y por siempre.
4 "El Hijo del Hombre que has visto, levantará a los reyes y a los poderosos de sus lechos y a los fuertes de sus tronos; desatará los frenos de los fuertes y les partirá los dientes a los pecadores;
5 derrocará a los reyes de sus tronos y reinos, porque ellos no le han ensalzado y alabado ni reconocieron humilde- mente de dónde les fue otorgada la realeza.
6 "Le cambiará la cara a los fuertes llenándolos de temor; las tinieblas serán su morada y los gusanos su cama, y no ten- drán esperanza de levantarse de esa cama, porque no exalta- ron el nombre del Señor de los espíritus.
7 "Estos que juzgan a las estrellas del cielo, que levantan sus manos contra el más Alto, que oprimen la tierra y habitan sobre ella, cuyas acciones expresan todas injusticia, cuyo poder reside en su riqueza, cuya confianza está puesta en los dioses que ellos han hecho con sus manos: ellos niegan el nombre del Señor de los espíritus;
8 ellos persiguen sus congregaciones y a los fieles, a quienes condenan en nombre del Señor de los espíritus.

Capítulo 47
1 En esos días la oración de los justos y la sangre de los jus- tos habrán subido desde la tierra, hasta el Señor de los espí- ritus.
2 En tales días los santos que habitan en lo alto de los cielos se unirán en una sola voz: suplicarán, orarán, alabarán, da- rán gracias y bendecirán el nombre del Señor de los espíri- tus, en nombre de la sangre de los justos que ha sido derra- mada y para que la oración de los justos no sea en vano ante el Señor de los espíritus, se haga justicia y su paciencia no sea eterna.
3 En esos tiempos vi la Cabeza de los Días cuando se sentó en el trono de su gloria y los libros de los vivos fueron abier- tos ante Él. Todas sus huestes que habitan en lo alto del cielo y su corte estaban ante Él.
4 Y el corazón de los santos se llenó de alegría, porque el número de los justos ha sido establecido, la oración de los justos ha sido escuchada y la sangre de los justo ha sido de- nunciada ante el Señor de los espíritus.

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