Libro sobre el Movimiento de las Luminarias Celestiales Capítulo 72

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1 El Libro del Movimiento de la Luminarias Celestiales, las relaciones entre ellas, de acuerdo con su clase, su dominio y su estación, cada una según su nombre y el sitio de su salida y según sus meses, las cuales Uriel, el santo ángel que estaba conmigo y que es su guía, me mostró y me reveló todas sus leyes exactamente como son y como se observan todos los años del mundo, hasta la eternidad, hasta que se complete la nueva creación que durará hasta la eternidad.
2 Esta es la primera ley de las luminarias, la luminaria del sol, que tiene su nacimiento en las puertas orientales del cielo y su puesta en las puertas occidentales del cielo.
3 Vi seis puertas donde el sol nace y seis puertas donde el sol se oculta, y la luna nace y se oculta por esas puertas, así como los líderes de las estrellas y quienes los guían a ellos. Son seis puertas al oriente y seis al occidente, una tras la otra en riguroso orden y además muchas ventanas a la dere- cha y a la izquierda de esas puertas.
4 Primero allí aparecía la gran luminaria cuyo nombre es el sol y cuya circunferencia es como la circunferencia del cielo y está totalmente lleno de un fuego que alumbra y abrasa.
5 El viento lleva el carro en el que él asciende y el sol se oculta y retorna a través del norte para regresar al oriente y es conducido para que entre por esa puerta y brille en la faz del cielo.
6 En esta forma nace en el primer mes por la gran puerta que es la cuarta.
7 En esta cuarta puerta por la cual el sol nace el primer mes hay doce ventanas abiertas de las cuales procede una llama cuando están abiertas en su estación.
8 Cuando el sol nace viene desde esa cuarta puerta por treinta mañanas seguidas y se pone exactamente por la cuarta puerta en el occidente del cielo.
9 Durante este período cada día llega a ser más largo que el anterior y cada noche llega a ser más corta que la anterior: 10 En ese momento el día se ha alargado en una novena parte a costa de la noche: el día equivale a diez partes y la noche exactamente a ocho partes.
11 El sol nace por esa cuarta puerta y se pone por la cuarta y vuelve a la quinta puerta oriental a las treinta mañanas y nace por la quinta puerta y se pone por la quinta puerta.
12 Entonces el día se ha alargado en dos partes y es de once partes y la noche es más corta y es de siete partes.
13 Y retorna al oriente y entra en la sexta puerta y nace; y se oculta por la sexta puerta durante treinta y una mañanas, por cuenta de su signo.
14 En ese momento el día es más largo que la noche, el día llega a ser el doble de la noche y equivale a doce partes y la noche es acortada y equivale a seis partes.
15 Entonces el sol se eleva para acortar el día y alargar la noche y el sol regresa al oriente para entrar por la sexta puerta y nace por ella, y se pone, durante treinta mañanas. 16 Y cuando las treinta mañanas han pasado el sol ha dis- minuido en una parte exactamente y equivale a once partes y la noche a siete.
17 El sol sale del occidente por esa sexta puerta y va al oriente y nace por la quinta puerta durante treinta maña- nas y se pone en el occidente, de nuevo por la quinta puer- ta.
18 En ese momento el día disminuye en otra parte y equi- vale a diez partes y la noche a ocho.
19 El sol va desde esa quinta puerta y se oculta por la quinta puerta del occidente y nace por la cuarta puerta durante treinta y un mañanas a causa de su signo y se oculta por el occidente.
20 En ese momento el día es igual a la noche, llegan a ser equivalentes: la noche tiene nueve partes y el día nueve par- tes.
21 El sol que nace por esa puerta y se oculta por el occiden- te, nace por la tercera puerta por treinta mañanas y se pone al occidente por la tercera puerta.
22 En ese momento la noche es más larga que el día y que las noches anteriores y cada día es más corto que el día an- terior hasta la trigésima mañana; la noche equivale exacta- mente a diez partes y el día ocho.
23 El sol que nace por aquella tercera puerta y se pone por la tercera puerta en el occidente, regresa para salir por el oriente y nace por la segunda puerta durante treinta maña- nas y así mismo se pone por la segunda puerta al occidente del cielo.
24 En ese momento la noche equivale a once partes y el día a siete.
25 El sol que sale durante ese período por esa segunda puerta y se pone al occidente por la segunda puerta, vuelve al oriente por la primera puerta durante treinta y una ma- ñanas y se oculta por la primera puerta al occidente del cie- lo.
26 En ese momento la noche se ha alargado hasta llegar a ser dos veces el día: la noche equivale exactamente a doce partes y el día a seis.
27 El sol que ha recorrido las secciones de sus órbitas, vuel- ve de nuevo sobre ellas y entra por cada una de sus puertas durante treinta mañanas y se pone al occidente por la opuesta.
28 Entonces la noche disminuye una parte su duración y la noche equivale a once partes y el día a siete.
29 El sol ha regresado y ha entrado por la segunda puerta del oriente y retorna por las secciones de su órbita durante treinta mañanas naciendo y ocultándose.
30 En ese momento la duración de la noche disminuye y equivale a diez partes y el día a ocho.
31 Entonces el sol nace por la segunda puerta y se pone por el occidente y vuelve al oriente y nace por la tercera puerta durante treinta y una mañana y se pone al occidente del cielo.
32 En ese momento la noche se ha acortado y equivale a nueve partes y el día equivale a nueve partes, la noche es igual al día y el año tiene exactamente trescientos sesenta y cuatro días.
33 La duración del día y de la noche y el acortamiento del día o de la noche, son señaladas por el recorrido del sol.
34 Así en ese recorrido el día se alarga y la noche se acorta. 35 Ésta es la ley del recorrido del sol y su retorno, según la cual el vuelve y nace sesenta veces, así la gran luminaria que se llama sol, por los siglos de los siglos.
36 La que se levanta es la gran luminaria, nombrada según su propia apariencia, como lo ha ordenado el Señor.
37 Así como nace se oculta, sin decrecer ni descansar, sino recorriendo día y noche; y su luz brilla siete veces más que la de la luna, aunque al observarlos a ambos tengan igual tamaño.

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