Capítulo 54
1 Volví la mirada hacia otra parte de la tierra y vi allí un valle profundo con fuego ardiente,
2 y llevaron a los reyes y a los poderosos y comenzaron a arrojarlos en este valle profundo.
3 Allí mis ojos vieron cómo fabricaban sus instrumentos: cadenas de un peso inconmensurable.
4 Le pregunté al ángel de paz que iba conmigo, diciendo: "¿Para qué están siendo preparadas esas cadenas?".
5 Y me dijo: "Esas están siendo preparadas para las tropas de 'Asa'el, para que puedan agarrarlos y lanzarlos al abismo de total condenación y cubrir sus quijadas con piedras ás- peras tal como mandó el Señor de los espíritus.
6 Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel en ese gran día los agarra- rán y los arrojarán en el horno ardiente, para que el Señor de los espíritus pueda vengarse de ellos por convertirse en súbditos de Satanás y descarriar a aquellos que habitan so- bre la tierra.
7 Como en los tiempos en que vino el castigo del Señor de los espíritus y Él abrió los depósitos de agua que están sobre los cielos y las fuentes subterráneas.
8 Y todas esas aguas se juntaron, aguas con aguas: las que están sobre los cielos son masculinas y las que están bajo la tierra son femeninas.
9 Y fueron exterminados los que habitaban sobre la tierra y bajo los límites del cielo,
10 para que reconocieran la injusticia que perpetraron so- bre la tierra y por ella perecieron.Capítulo 55
1 Tras ello la cabeza de los Días se arrepintió y dijo: "En vano he destruido a todos los que habitan sobre la tierra".
2 Y juró por su gran nombre: "De ahora en adelante no ac- tuaré más así con los que habitantes de la tierra; colocaré un símbolo en los cielos como prenda de la fidelidad mía para con ellos por el tiempo que los cielos estén sobre la tierra.
3 "Esta es lo que está de acuerdo con mi decisión: Cuando desee atraparlos por manos de los ángeles en el día de la tribulación y el sufrimiento a causa de esto, desataré mi castigo y mi ira sobre ellos", dijo el Señor de los espíritus;
4 "reyes y poderosos que habitáis sobre la tierra, veréis a mi Elegido sentarse sobre el trono de gloria y juzgar a 'Asa'el, sus cómplices y sus tropas, en el nombre del Señor de los espíritus".
Capítulo 56
1 Vi las huestes de los ángeles de castigo que iban soste- niendo látigos y cadenas de hierro y bronce.
2 Pregunté al ángel de paz que iba conmigo, diciendo: "¿A donde quién van aquellos que llevan látigos?".
3 Me dijo: "hacia sus queridos elegidos, para que sean arro- jados a los profundo del abismo del valle;
4 entonces este valle será llenado con sus elegidos queridos, los días de su vida llegarán a su fin y a partir de ahí, el tiem- po de su extravía no será contado.
5 "En esos días los ángeles regresarán y se lanzarán hacia el oriente, donde los partos y medos y sacudirán a los reyes, tanto que un espíritu de desasosiego los invadirá, y los de- rrocarán de sus tronos, de manera que huirán como leones de sus guaridas y como lobos hambrientos entre su manada. 6 "Ellos irán y pisarán la tierra de sus elegidos y la tierra de sus elegidos será ante ellos un camino trillado.
7 "Pero la ciudad de mis justos será un obstáculos para sus caballos: comenzarán a combatir contra ellos y su mano derecha desplegará su fuerza contra ellos. Un hombre no conocerá a su hermano ni un hijo a su padre ni a su madre, hasta que el número de cadáveres complete su matanza y su castigo no será en vano.
8 En ese tiempo el seol abrirá sus mandíbulas, serán engu- llidos por él y su destrucción culminará: la muerte devorará a los pecadores en presencia de los elegidos.Capítulo 57
1 Sucedió después de eso que vi un ejército de carros con- ducidos por hombre y que iban sobre los vientos desde el oriente y desde el occidente hacia el sur.
2 Se escuchaba el ruido de los carros y cuando ocurrió tal alboroto los santos notaron que las columnas de la tierra se movieron de su sitio y el sonido que se produjo se oyó de un extremo al otro del cielo durante un día.
3 Y ellos se prosternaron y adoraron
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El Libro Blanco De Enoc
SpiritualIntroducción El Libro de Enoc ha sido traducido al castellano desde dos versiones inglesas, editadas por Robert H. Charles y Hedley F. Sparks, y desde la versión francesa de François Martin; las tres a su vez traducidas de los manuscritos etíopes, c...