Capítulo 17

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Me encuentro desnudo en la fuente Clavelrosa. Permanezco solo en el lugar, y mientras el viento sopla, yo sonrío con la vista puesta el cielo.

Un pétalo cae sobre mi cicatriz, encima de mi pecho; el viento lo ha llevado ahí...

—¡Despierta, despierta! —me grita Theo con efusividad.

—Oye. ¿Qué te pasa? —me quejo—. Estaba teniendo un sueño tan bonito.

—¿Y qué soñaste?

—Que estaba en la fuente Clavelrosa. Fue extraño.

—Anthony, ¿acaso estás leyendo mi mente?

—¿Por qué? —inquiero.

—Bueno, porque hoy iremos a la fuente —lo dice con emoción—. Hace tiempo no visitamos el lugar. ¿Te gustaría?

—Anoche estuve allí —musito.

—¿En serio?

—Sí, con Cherry. Es una larga historia.

No quiero contarle lo ocurrido anoche, así solo se enteraría que su amor y su bondad en realidad le pertenecen a Asher Woods; eso lo destruiría.

Theo come sus Blossom Sparks, como de costumbre. Una sonrisa se dibuja en su rostro, pero yo estoy demasiado distraído para sonreírle de vuelta.

—¿Te sientes bien, Anthony? Te ves un poco distraído.

—Estoy bien —finjo una sonrisa—. Tú sigue comiendo cereal.

—¿Sabes? Me alegra que hoy sea domingo y no tengamos que ir a la secundaria.

—Es genial —digo sin más.

Estoy en el comedor con él, pero en realidad no estoy. La imagen de mi sueño  —el pétalo sobre mi pecho— ha venido a mi mente. De alguna manera, ese sueño me hace sentir triste, o quizá tantas emociones en los últimos días ya están teniendo sus efectos en mí. Parezco como desconectado de la realidad.

—¿Entonces iremos a la fuente?

—Claro, Theo. —Suspiro—. Nos vamos en un rato, voy a ducharme.

Antes de ir a la ducha, llamé a Marisa para contarle lo sucedido anoche. Admití que ella tenía razón sobre Theo y Asher. Luego, ella me dijo que estaría al pendiente de cualquier cosa que pudiese ocurrir.

Theo ya se había alistado desde temprano. Él quiso ponerse mi camisa verde favorita, mis jeans, y todavía usaba el par de zapatos viejos.

—¿Estás listo, Anthony? —me preguntó.

—Claro, iré por la bicicleta.

Llegamos en cuestión de minutos a la fuente Clavelrosa. El sol brillaba —como en cualquier otro día—, mas en mi corazón, no había salido aún.

Theo me miró, tal y como lo hizo el primer día. Sus ojos verdes continuaban siendo mi perdición. Sus besos siempre eran necesarios para mí.

Mientras lo beso, llego a una dolorosa conclusión. Ya no siento que Theo sea real, incluso si nuestros labios se juntan.

Es obvio que sienta eso. Ayer me enteré que él solo es un deseo concedido. Theo, es el amor y la bondad de alguien más, es solamente un chico salido de mis sueños, y está hecho de pétalos.

Con seguridad lo amo, pero él es tan perfecto que ya no se siente real. Deseo, ser amado por el chico de mis sueños, pero quiero que ese chico se equivoque, se moleste y tengamos discusiones, para luego arreglarlas. En otras palabras, quisiera ser amado por un chico imperfecto.

Volverá la primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora