31°

6.9K 663 176
                                    

No entendía porqué hacía esto. Ya estaba agotado, y Suga no quería quedarse quieto. Raro en él.

Era, por así decirlo, su primera cita. Fue demasiado romántico, primero fueron a una cafetería ya que con el frío que hacia se antojaba un chocolate caliente. Luego, Suga pagó las entradas para ver una película de terror en el cine, (no todo fue tan romántico) y ahora, estaban caminando por el parque con el frío viento golpeando sus rostros. Suga, desde que salieron, a querido poder tomar la mano de Tae o por lo menos hablar de algún tema. El único problema era que era un asco para iniciar una conversación. Pero, tenía que hacerlo.

— Emm... — Suga hizo un sonido para captar la atención de Tae, y lo logró. Al sentir la mirada del menor en él, sus mejillas se enrojecieron. Ocultó su rostro en la bufanda que llevaba para que Tae no lo notara. — Hace... frío. — ¿Tan patético era?

— Sí. Es temporada, es obvió.

— Claro.

Seguían caminando sin rumbo alguno, cada vez, Suga acercaba su mano a la de Tae.

Acercó por completo su mano a la de Tae, pero éste, a penas sintió la mano de Suga y la metió en su abrigo desviando la mirada. Suga, al ver la acción del menor, se sintió de una forma tan horrible que no podría describirlo.

Llegaron a una banca donde Tae se sentó y Suga, por inercia, también. Suga miraba de reojo a Tae pero éste solo miraba a la nada. Antes de que el menor dijera algo, Suga se removió en su lugar llamando la atención de Tae.

— Toma... — Suga acercó una cajita color cereza a Tae. El mayor sólo evitaba la mirada de Tae ya que estaba muy sonrojado.

— ¿Qué es esto? — Dijo Tae tomando la caja y sacudiéndola un poco, acción que divirtió al mayor. Tae abrió la cajita y pudo ver un reloj de león en ésta. El mismo reloj que quería comprar desde hace mucho.

— ¿T-te gusta? — Tae no respondió, solo se lanzó contra Suga dándole un gran abrazo. Suga tardó en corresponder, pero al final, rodeó sus brazos al rededor de la cintura de el menor. — Tomaré eso como un sí.

El ambiente ya no era incómodo. Ambos hablaban de cosas triviales. Tae se reía a carcajadas por las expresiones del mayor haciendo que otras personas los voltearan a ver. Pero, ¿a quién le importa?

— Tae...

— ¿Si, GiGi?— El corazón de Suga se aceleró al escuchar aquellas palabras de la boca de Tae.

— ¿P-puedo...? Ya sabes...

Tae lo miró serio, pero al ver las mejillas de Suga rojizas, soltó una risilla. Tae tomó la mano de Suga, la cual estaba helada ya que este no tenía guantes, y la metió dentro de su abrigo haciendo que se calentara de inmediato.

— Gracias TaeTae...

— No hay de que. Suga, no deberías de estar nervioso. Si quieres volver a como eramos antes... debes de ser fuerte... — Suga ya no podía estar peor que un tomate.

— Tae...

— ¿Sí? — Suga tomó el rostro de Tae apretando sus cachetes y antes de que pudiera decir algo, lo besó. Pero, al sentir que Tae no correspondía, se separó de inmediato temiendo de que la haya cagado.

— L-lo siento... no quise obligarte.

Tae sonrió un poco y volvió a juntar sus labios. Ese sentimiento cálido se apoderado de él. Ese sentimiento de felicidad y tranquilidad volvió a él. No sabía como pudo haber sobrevivido todo este tiempo sin Suga. Y Suga, no sabía como pudo dejar ir algo tan preciado como Tae Hyung.

Solo Un Beso 《TaeGi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora