Estoy en mi auto rumbo a la mansión Vanderhilt, la cual era la casa de mi abuelo. Él ya no vivía ahí desde hacía unos meses ya que estaba en el hospital en la ciudad en donde yo vivía, y fue ahí donde murió.
¿Estudios? Bueno, sí, pero en esta pequeña ciudad la universidad parece un instituto por lo mismo del tamaño de la ciudad, además de estar rodeada de un inmenso bosque. El proceso de transferencia de una universidad a otra no fue tan malo como pensé al principio.
La mansión está a las afueras de la ciudad, osea que está algo apartada de la misma, pero no me importa mucho ya que prefiero estar sola la mayor parte del tiempo; supongo que es costumbre.
[...]
Al estar lo suficientemente cerca, veo la gran casa que se hace notar incluso entre los árboles. Estacioné el auto al pie de las escaleras frente a la puerta principal, me bajé y di un corto vistazo a toda la estructura antes de tomar mis maletas y entrar a la casa, la cual era hermosa y espaciosa por dentro. A pesar de tanto tiempo, sigue estando en buenas condiciones.
Subí las escaleras y me dirigí a la que sería mi habitación. También era espaciosa y al igual que las demás habitaciones, esta tenía una gran ventana que permitía claridad en todo el cuarto.
Decidí dar un recorrido por el resto de la casa y me percaté de que había una habitación llena de armas para cazadores y otra al lado para entrenamiento; honestamente, no recordaba todo esto, probablemente sea porque con mis padres nos mudamos cuando apenas tenía unos seis años.
Pensé que sería bueno también recorrer la ciudad para conocerla mejor, por lo que salí de la casa pasando por el largo jardín que se encontraba entre el muro y la casa.
[...]
Llegué a la ciudad en cuestión de minutos y caminé por toda ella, o al menos lo que mi flojera me permitió. Tenía hambre así que entré a un café, me senté y llegó una joven de no más de 25 años con una sonrisa amigable.
--¿Qué vas ordenar? -- preguntó amable.
--Un café y una hamburguesa -- respondí de la misma forma.
--De acuerdo, ¿algo más? -- apuntando en su libreta, negué con la cabeza -- Bien, entonces en seguida traeré tu orden.
[...]
Al terminar de comer me quedé sentada pensando en mi abuelo y en cómo murió. Ya sé que es muy perturbador pensar en eso, pero me incomodaba la idea de saber que un vampiro lo mordió dejándolo casi sin sangre y, a causa de eso se debilitó y algo poco tiempo murió. Sabía muy bien la clase de persona y cazador que él era, y he de decir que para dañarlo no sería así de fácil, mucho menos matarlo.
De pronto unos chicos entraron al pequeño restaurante y pude divisar en su olor que eran vampiros, pero no iba a atacarlos sin razón, no podía hacer eso y menos en frente de toda esta gente. Habían normas para los cazadores y los del reino Anormal, normas que debíamos seguir y cumplir sin importar qué.
Mis sentidos eran tan buenos y desarrollados como los de un vampiro o un hombre lobo y mi agilidad de cazadora me ayudaba aún más. La esencias de seres inhumanos en mí, eran prácticamente escondidos por mi esencia de humana, por lo que mi secreto estaba a salvo, así que pasaba desapercibida.
Pagué lo que había comido y me fui a mi casa.
[...]
Al estar de vuelta en la casa me dí una corta ducha y me vestí para dormir. Suspiré de cansancio y me tiré en la cama.
-- Mañana tendré que ir a estudiar.
Sólo pensar en eso me daba más sueño, además de tener que conocer a nuevas personas; nunca he sido tan sociable pero tan poco una solitaria.
<<¿Entonces? Eres rara >>
Lo sé pero no tengo remedio, no hay cura para mi "retraso mental".
💚
Publicado: 20/09/16
Editado: 25/03/21
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Cazadora De Monstruos
VampirosSullivan Vanderhilt es una chica de 19 años que vive sola. Después de la muerte de su abuelo se mudó a una pequeña ciudad en donde no sólo habitan humanos sino también vampiros, hombres lobo y cazadores. Pero ella tiene un secreto triple que la imp...