El violinista. [LawLu]

El violinista: Recital de bienvenida.

— ¡Damas y caballeros! Sean bienvenidos al recital de nuestro nuevo integrante, un muchacho que sin duda alguna lleva el talento en la sangre. Sus perfectas manos los harán deleitarse, sacudir sus emociones. ¡Con ustedes... nuestro violinista innato!

Con paso gallardo y seguro, camino hacia el frente, hasta la parte delantera del escenario. Dando una reverencia, colocó su instrumento al hombro, pasando lenta y armoniosamente el arco por las cuerdas, dejo escuchar una pequeña parte de la sinfonía.

Cerrando sus ojos y dejándose llevar por el placer de tocar el instrumento, siguió recorriendo las cuerdas con el arco, chirriando con el contacto de la cinta. Dando un paso hacia atrás, mientras sus facciones se tensaban en cuanto se creaba una aguda melodía, y se relajaban de pronto se suavizaban.

Abriendo los ojos, recorriendo la mirada, deleitaba a las bellas señoritas que con los sombreros puestos, sus sonrojos se ocultaban. Pausando por un momento el violín, dando un aíre dramático al recital, avanzo hacía un lado del escenario, y sacando una rosa; la tiro hacía el público.

Retomando el instrumento, prosiguió con la melodía, con la hermosa y glorioso melodía. Parecía que sufría con ella, parecía que estaba llorando, añorando a alguien. Eran simples círculos los que tocaba pero reflejaban una parte del alma, del autor.

Los sentimientos. Sus sentimientos estaban siendo transmitidos hacía los presentes, en una grave parte de la sinfonía, el violinista parecía dolido, dejaba ver su lado lastimado, para dar un énfasis agudo y resurgir del abismo.

Frotando el arco violentamente contra las cuerdas para dar paso a un lento vaivén en ellas, con dulzura y cariño, termino su recital.

Todos se levantaron, dejando caer una ovación con aplausos. No lo creía, era su primera vez tocando en público y le habían recibido de manera impresionante, dando una corta reverencia y agradeciendo, dio media vuelta, dirigiéndose hacia su pequeño camerino. Cuarto lleno de tensión, pánico y miedo.

— Buenas noches, violinista. La rosa es hermosa —la llevó a su nariz, embriagándose con el olor de la flor.

.

.

.

.

.

CONTINUARÁ...