El violinista: As bajo la manga.

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— Fufufufufu. ¿Qué sucedió Dragon-san? —Hizo un leve gesto con la cabeza y trajeron a dos personas con la cabeza tapada—. ¿Quieres saber quienes siguen?

— ¡No! —Reconoció de inmediato esas vestiduras—. ¡Infeliz!

— Fufufufufufufu. ¡Retírate con esta ridiculez! Y los dejaré libres —le ofreció—. ¿Qué dices?

— Mi hijo —pronunció, volviéndose hacía la tropa—.Él es mi hijo.

— Dragon-san —se le acerco Ivankov, dándole esperanza—. Podrá ganar suciamente esta pelea, pero la guerra aún no acaba.

— Lo sé, pero fui un estúpido. Dejar que capturarán a mi hijo —sollozo, a lo que los hombres de la alianza, se rindieron, por el momento, reconfortando a su patriarca.

— Dragon-sama siempre le apoyaremos —dijeron al unísono.

Aquellas palabras hicieron ensanchar la sonrisa de DonQuixote, a lo que sin descubrir los rastros de ambos, los tiro al piso.

— Para que no lo olvides, ellos lo pagarán —dijo, de manera tétrica—. Fufufufufu.

Los dos presentes, eran Trafalgar Law, el violinista y Monkey D. Luffy, el señorito. Al primero, en uno de sus brazos, lo repaso con una fina daga, haciendo que al acto se rasgará y humedeciera aquel líquido carmesí.

Al otro muchacho, lo colocó con el pecho hacía arriba. Dragon trato de correr, en auxilio de su único hijo, a lo que noto, que estaba apuntado cada uno de la alianza, el violinista y su primogénito, pero este último tenía pistolas en cada punto vital del cuerpo, dando una muerte inmediata, a lo que tuvo que permanecer en su lugar. Impotente.

— Fufufufufu, muy bien —ahora con dos espadas, una en cada mano, trazo varias cruces en el pecho del chico, haciendo que se desmayará por el fuerte dolor—. Buen chico. Recuerda esto, Dragon—san.

— ¡Te arrepentirás! ¡Lo juro! —La rabia y deseo de venganza corría por sus venas—. Destruiré este malogrado sistema y a ti junto a él.

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CONTINUARÁ... 

El violinista. [LawLu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora