Como lo prometí, me fui en cuanto los primeros rayos del sol comenzaron a asomarse por el horizonte, me removí ligeramente de su agarre. Su cuerpo estaba sobre el mío, un abrazo que ninguno de los quería soltar. Se durmió sobre mi pecho, y sentirla tan tranquila y en paz entre mis brazos me hizo desear despertar así todas las mañanas. Con ella en mi vida, quería experimentar todo.
Ayer noche fue la ultima persona que vi al dormir, y ahora era el primer rostro que mis ojos podía apreciar ¿Qué podría ser mejor? Me quedé contemplándola un ratito, mirando como el cabello suelto se le iba hacia la cara y las puntas cortas le hacían cosquillas en la nariz. Ella, incluso dormida, sonreía y se apartaba el mechón, sin interrumpir su pacifico sueño. Sonreí cuando vi que hacia aquella acción.
Sin embargo, era hora de volver a la realidad.
Con cuidado solté su agarre, tome la almohada que había terminado en el piso y la puse en mi lugar. Como lo prometí, bese sus mejillas y su frente antes de marcharme. Se removió un poco, pero su sueño fue más fuerte que ella, así que simplemente se acomodó y siguió dormida, mi pequeña y bella perezosa
Hoy ni siquiera vi a Tikki, así que supuse que, o seguía enojada o simplemente se había dado por vencida por una vez.
Salí al balcón, me estire como el gran felino que soy y cruce por los techos hasta aterrizar en el gran ventanal de mi habitación, deshice la trasformación y me deje caer en el sillón mientras Plagg corría a buscar su reserva personal de queso en caso de emergencia, aunque no entendía el nombre, menos cuando tenía que abastecerlo cada día.
-esa chica te tiene en la palma de su mano- como siempre mi Kwami y sus malos modales hicieron acto de presencia, hablando con la boca atiborrada de alimento y migajas en sus bigotes y mejillas. Yo me deje caer hacia atrás, extendiendo las manos y cerrando los ojos.
Tenía que darle la razón, Marinette podía hacer conmigo lo que quisiera y no la detendría, yo era tan suyo como ella lo aceptará, y aplicaba en mis dos versiones. Chat y Adrien, las dos caras de la moneda, tan diferentes y tan parecidos.
Adrien, el perfecto chico, hijo de un padre diseñador, modelo y futura promesa de la casa Agreste, educado, social, amable, serio. Eso y cuanto más adjetivos hubieran redactado las revistas cuando hablaban de mí. Pero yo no era ni de cerca parecido a todos los chismes que mes tras mes se difundían.
Era curioso, extrovertido, quería tontear, divertirme, cometer errores, ser independiente, no vivir bajo la sombra de mi padre ni tener que ser lo que la gente esperaba. Deseaba con todas mis fuerzas poder coquetearle libremente a la chica que se había robado mi corazón, y que ella lo aceptará de buena gana y me siguiera el juego. Que los demás se desencantaran de la apariencia y vieran mi verdadera esencia.
-Hey, sigue frunciendo el señor y estoy seguro que obtendrás una bonita arruga en esa cara tuya hoy- Plagg se escuchaba cerca, pero no quise abrir los ojos para averiguarlo. Estaba demasiado concentrado en mis pensamientos que no quise interrumpir el hilo, supuse que aun lado debían conducirme, de alguna forma, ponerlo en mi mente me tendría que dejar ver si estaba haciendo lo correcto con esta idea de no revelar mi identidad. Pero esa respuesta jamás llegó, más bien obtuve la mejor interrupción, con Natalie tocando mi puerta para que bajara a desayunar.
Cambie mi ropa, tome mi mochila y a Plagg con su tercera ración de queso y baje rápido, mi desayuno siempre era en solitario, así que me sorprendí mucho cuando en la cabecera de la gran mesa del comedor mi padre tomaba una humeante taza de café y miraba concentrado cualquier cosa que proyectara la pantalla de su Tablet.
Mire a Natalie, una pregunta silenciosa rondando en mi rostro, ella solo se encogió de hombros y salió del salón, no sin antes decir que el auto estaría listo en 20 minutos. Me quede parado, sin saber muy bien que hacer ¿hace cuánto que no teníamos este tipo de interacción? Definitivamente había pasado un tiempo muy grande.
ESTÁS LEYENDO
todos los gatos ronronean
FanfictionMarichat Una tarde lluviosa permitió que dos almas conectarán... Ahora las decisiones que tome cada uno puede llevarlos al vivieron felices para siempre o terminar con lazos rotos... recuerda algo, lo más peligroso en la vida es un corazón roto