Capítulo seis.

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Hoy era el día. Hoy por fin le iba a hablar a esa misteriosa chica. Y si todo iba bien, probablemente le confesaría que siento cierta atracción hacia ella. Traté de vestirme lo mejor que pude para la ocasión. Un par de pantalones verdes con una playera blanca y un suéter naranja acompañado por mi par de zapatos cafés favoritos.

Tomé mi rumbo hacia la cafetería respirando y tratando de calmarme. No puedo creer que iba a hacerlo. Una parte de mi quería gritarle al mundo todo, la otra tenía miedo ya que no había nada planeado. Troné mis dedos. Ya estaba a tres bloques de la cafetería. Estaba decidido.

El frío del otoño me pareció más hermoso aún. Todo era más... ¿alegre? Sí, eso. Todo esto era por ella. La chica que no sale de mi cabeza, la dueña de mis pensamientos y la que me ayuda a dormir en la noche. ¡Wow! Nunca había sentido esto. No desde ella...

Nada me importaba. Lo iba a hacer. Estaba decidido. Un bloque más y llegaba a la puerta de aquella pequeña cafetería en Melrose. Rayos... no sé cómo acepté. No sé porqué rompí mi promesa. Y lo más importante, no sé cómo le voy a decir. Comienzo a crear falsos escenarios y hacer pequeños monólogos en mi cabeza. Me río un poco de lo tonto que parezco.

Por fin llego a la puerta de la cafetería. Son las 9:00 p.m. Un Chao Latte es lo que pido. ¡Joder! ¿Cómo puede ser que esta pequeña cafetería en Melrose me haya cambiado? Estoy nervioso. Comienzo a agitar mis piernas y a mover los dedos sobre la mesa. La chica por fin sale y cuando termina la presentación me acerco a ella.

- Hola- Digo algo nervioso.
- ¡Hey!- responde ella sonriendo.- A ti te conozco...- hace una mueca de concentración y no puedo evitar reír un poco.
- ¿En serio? ¿De dónde?- pregunto divertido e intrigado.
- Ya sé, te veo todos los sábados. ¿Que te parece mi voz? ¿Y la música?

Espera un momento... ¿tú? ¿Tú me has visto a mi? No puedo creerlo. Mi corazón se acelera. Quiero gritar de alegría. Parezco colegiala enamorada. Trato de guardar la cordura y contesto.

-Tu voz es hermosa. Y pude notar que tenemos gustos similares.- Sonrió de lado un poco.
-Gracias- dice y se sonroja un poco. ¡Qué linda es!- ¿Cómo cuales?
- Bueno... LANY es mi banda favorita y amo a Blackbear.
-¡Tienes que estar bromeando! No he conocido a nadie que los conozca.

Hablamos un buen rato. Teníamos bastantes cosas en común y poco a poco fuimos hablando de otras cosas. Tenía razón. Ella era linda, tierna y amable. Me armé de valor y le pedí su número de teléfono. Ella aceptó. Luego decidí confesarle algo. Algo como una cierta atracción.

-¿Puedo decirte algo?
-¡Claro!
-Bueno, la razón por la que me ves los sábados aquí en realidad... en realidad eres tú. Eres muy linda.
-Tú también me pareces muy lindo...

Ella sonrió. Me acerqué a ella. La abracé por los hombros y nos quedamos en silencio.

Lástima que eso era sólo un sueño. Ese tipo de cosas no le suceden a un chico como yo.

La chica del café de las 9:30Donde viven las historias. Descúbrelo ahora