¿Qué tal mis queridos lectores? Ya sé, ya sé, os he abandonado durante... Pfff... ¿7 meses? Pero os prometo que, por mucho que he querido, no he encontrado la forma de expresar lo que siento hasta este momento. Puede parecer increíble, pero seguro que muchos de vosotros habéis tenido un tiempo de "sequía" verbal. Y eso que yo soy una persona muy habladora, pero bueno. Ahora sí que os voy a poner al día con mi vida.
¿Sabéis ese sensación cuando dentro de ti se acumulan diferentes sentimientos y que no sabes cómo manejarlos? Pues eso me pasa ahora mismo a mí.
Felicidad: dentro de una semana empiezo la universidad y estudiaré lo que yo quería y donde yo quería. Sí, conseguí pasar el curso sin suspender ninguna asignatura y con buena nota. He pasado un verano estupendo con mis amigos y espero hacer más cuando empiecen las clases. En este aspecto de mi vida no me puedo quejar actualmente, la verdad.
Tristeza: se acabó el amado y esperado verano, dejando grandes recuerdos en mi mente, pero sobre todo tristeza, porque no he podido disfrutar estos tres meses como debería o esperaba hacerlo. Vuelve la rutina y el estrés de las clases, exámenes y demás. También me separaré finalmente del regazo de mis padres. No crean que soy una niña mimada, pero si he estado siempre muy pegada a mis padres y sé que será duro estar separados durante un tiempo.
Añoranza: este año voy a echar mucho de menos a mis amigos, sobre todo a dos en concreto, con las que he pasado casi todo mi tiempo a lo largo del curso pasado y que con ellas se hacían las clases más amenas. Todos estarán lejos, algunos mucho más que otros, pero es algo por lo que hay que pasar, ¿no? Lo hacemos para cumplir nuestro sueño de convertirnos en lo que hemos soñado con llegar a ser. Será duro, pero espero tenerlos ahí para poder seguir adelante. Os echaré mucho de menos, chicos.
Nervios e incertidumbre:¿Cómo serán las clases en la universidad? ¿Y los profesores? ¿Y mis compañeros de clase? ¿Serán amables o, por el contrario, me ignorarán y no querrán ser amigos míos? Miles de preguntas como esas hacen que cada día esté más nerviosa, a la espera de saber lo que me depara mi vida a partir de la semana que viene. Espero que no sea tan malo como me lo he imaginado muchas veces.
Más sentimiento difusos están presentes dentro de mí, pero no consigo identificarlos aún.
Al mismo tiempo, mi mala autoestima me esta haciendo acto de presencia en estos momentos y, la verdad, no quiero que lo haga. Me va a hacer parecer tal y como soy: insegura, débil, torpe... Y eso es malo para empezar una nueva etapa, ¿verdad? Pero sigo sin saber cómo remediarlo. O quizás es que no quiero averiguarlo, porque puede que no me guste la respuesta.
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Querido diario
De TodoAquí es donde me desahogaré con vosotros, mis lectores, siempre que pueda. Gracias por leerme.