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Ocho años después...


— Señorita White, usted es la siguiente.

Agarró sus apuntes y pasó al frente. La maestra Brooks tenía su cabeza apoyada en su brazo y, como tenía más sueño que otra cosa, su cabeza resbaló provocando la risa de los demás presentes.

Si que la presentación anterior estaba muy aburrida, pensó Ann.

- Bien... - tosió para preparar su voz - Soy Ann White y le vengo a presentar mi intento de ensayo acerca de: "Lo que siento por mi ciudad".

La maestra les había dicho que sean totalmente sinceros y bueno, ella si lo era. Prosiguió:

- Hugerville, ubicada en el culo del diablo, olvidada por las autoridades y desconocida para el 99,9 por ciento de la población mundial. El 0,1 por ciento que sobra es la cantidad de pobladores que hay. Aunque creo que exagero. Hugerville, con tan solo 9 504 habitantes es el lugar en donde nadie quisiera vivir ¡No me quejo! Se que existen lugares mucho peores azotados por guerras y otras cosas, pero este se ubica en el TOP 10 de los lugares menos cómodos para vivir. Que puedo decir, el clima es muy frío, solo unas cuantas casas tienen artefactos de último modelo, siempre ves a las pocas personas de este lugar peleando o robando por las noches ¡Y eso que todos se conocen! Las autoridades son corruptas pero sin una pizca de vergüenza. Y para ponerle cereza al pastel la sociedad es machista y homofóbica. Siento lástima por...

- ¡Suficiente!

Se escuchó un estruendoso golpe en la mesa principal. Lo ojos de Brooks irradiaban furia ¿Qué he hecho mal?

- ¿Pasa algo?

- ¡Qué barbaridades estás hablando! ¡¿Acaso piensas que somos el único lugar con ese problema?! ¡Todo el mundo está en esta miserable situación!

Nunca se había visto a la maestra tan alterada ¿Tanto le dolía que ella hablara así de Hugerville? ¿Acaso no había pedido sinceridad?

- Fui muy sincera en mi ensayo.

- Fuera de acá White. - gruñó la última palabra.

Agarró su ensayo y lo dejó sobre su escritorio -tiene que corregirme después de todo- pensó, caminó hacia la puerta y cuando estuvo a punto de salir, gritó :- ¡Tampoco hay libertad de expresión! - para finalmente salir corriendo.

Ann contuvo sus ganas de reír, pagaría lo que fuera para volver a ver el rostro de Brooks de nuevo, una y otra vez. Así hasta quedarse muy pobre.

El pasillo estaba desolado, ni siquiera había una bola de paja rodando por ahí, definitivamente no habría ya que ahí era todo lo contrario al desierto. Si no se equivoca ahí estaban a 08 C°.

A los lejos pudo ver que por la enfermería había alguien caminando, no lo distinguió muy bien ya que llevaba una capucha y un cubrebocas.

Desde pequeña a ella no le gustaba estar sola, era muy habladora, así que decidió hablarle a ese desconocido.

Caminó por el pasillo con cautela, de seguro sus pasos se escucharían desde ahí hasta China si no fuese por que su respiración agitada se escuchaba aún más fuerte. El desconocido volteo a verla. Ann pudo ver que aquel tipo abrió los ojos como platos y apresuró sus pasos.

¡Parece que alguien quiere jugar a las carreras!, pensó ella.

Ambos comenzaron a correr por todo Huggerhigh, a Ann esto le resultaba divertido, hace más de diez años que ella no jugaba a las carreras y eso empezaba a hacer efecto, le faltaba la respiración, más aún con ese clima.

Mr. Black • Min Yoongi |PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora