T r e s

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Octubre 15, 2017.

R A C H E L P R I C E.

—Eh, Price, ¿has escuchado la noticia de Michael?

Mientras limpio la barra, niego.

—Apuesto un trago a que me lo dirás ahora.

Sam ríe y comienza a servir uno—. Michael ha querido poner a un grupo para tocar desde hace semanas, y al fin ha conseguido uno.

Eso llama mi atención—. ¿Enserio?

Ella asiente—. Algún grupo amateur, pero escuché que son lindos —muestra su sonrisa emocionada.

Bufo.

—¿Y su música?

Ella detiene sus movimientos y lleva su mano a la barbilla en un gesto pensativo—. Nunca los he escuchado tocar.

Me río—. Nunca cambies, Sam.

[...]

Se ha oscurecido, he salido a dar una vuelta por allí como parte de mi descanso antes de que el lugar vuelva a llenarse.

Cuando vuelvo a entrar, las mesas están completas y puedo ver a Olivia coqueteando con el cantante en el escenario. El resto del grupo no se ve.

—Rae, Olivia se me ha adelantado —Sam hace un puchero, visiblemente molesta.

—Todavía tienes al resto del grupo, Sam —le regalo una sonrisa pícara y eso parece alegrarla de nuevo.

Y lo digo por la forma en la que se ha destapado más el escote de la camisa, y el hecho de que llevemos una falda no tan larga destinada para las "ocasiones especiales", como éstas, le da un toque todavía más atrevido.

Mientras charlábamos, al parecer el grupo se ha instalado, y el cantante los ha presentado como "the streghts".

Las chicas definitivamente están en primera fila suspirando por el cantante, sin embargo, mi vista no se despegue del bajista, pues es el mismo chico que justo ayer estaba entre mis sábanas.

Me quedo expectante viendo cómo toca los acordes, porque maldición, si antes creía que era sexy, en este mismo momento lo confirmo.

Un estremecimiento ha cruzado mi cuerpo, y tengo que apoyar mi espalda sobre la barra para no flaquear.

Observo su concentración y la forma en la que mira su bajo, sus largos dedos tocando las cuerdas, y el movimiento de su flequillo que cae por su frente cada vez que mueve su cabello para alejarlo de sus ojos.

Con aquello he descubierto que su flequillo no era sólo porque estuviera despeinado por la mañana, si no que así lo usa. Y le queda.

Su mirada va hacia al frente, y una fracción de segundo, sus ojos se posan en los míos y su boca se curvea. Únicamente vuelvo a respirar cuando su mirada ha regresado al bajo.

[...]

Es alrededor de medianoche, y por ser la primera vez que un grupo toca en el roast, éste aún no cierra.

El grupo ha tomado un descanso, y a decir verdad, no he prestado atención más allá del pelinegro en el escenario.

Sam ha desaparecido para ir en busca de su presa, así que me he quedado en su lugar en la barra, cubriéndola.

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