«17.

105 11 3
                                    

El sol esta brillando mientras camino directo a casa. Estoy hecha un desastre. No me había ocupado en arreglar el lío de nudos que era mi cabello en toda la mañana y parecía una vagabunda justo ahora.

Volteo y observo a lo lejos a Louis y Harry. Ambos siguen discutiendo, o eso parece; no me tomo el trabajo de ir a calmar las aguas y sigo mi recorrido.

Cuando llego a casa, mamá me recibe con una sonrisa y luego hace una mueca bastante divertida, haciendo referencia a mi cabello.

Si, ya he entendido que esta horrible.

Voy directo a mi habitación, tomo ropa, y me dirijo al baño. Me ducho durante veinte minutos. El agua caliente se encarga de relajar mis todavía tensos músculos mientras disfruto de unos minutos de paz conmigo misma. Amo el agua.

Comienzo a recordar todos esas vacaciones compartidas con Harry, donde visitábamos las playas y a veces íbamos de campamento. El padre de Harry siempre nos llevaba en su impresionante camioneta a distintos lugares para pasar la noche en una tienda de campaña; allí aprendimos a tocar la guitarra, a prender fogatas, a saber armar una carpa, a cocinar malvaviscos... Esos viajes eran simplemente los mejores. Des era sin duda como un padre para mi. Bueno, a falta de uno, creo que lo veía como tal. Recuerdo también cuando fuimos a una playa por primera vez. Ambos nos metimos al agua en el instante en que llegamos y no salimos durante todo el día. Si, nos resfriamos después de eso, pero valió la pena: ese día me divertí muchísimo. En realidad nunca me aburría con Harry. Él estaba todo el tiempo inventando juegos y planeando salidas para pasar el rato, así que prácticamente estábamos las veinticuatro horas del día juntos.

¿Será que se aburrió de mi?

Seguro.

Cuando salgo del baño, ya cambiada y con una toalla en la cabeza, mamá me dice que alguien está esperando en mi habitación. Le pregunto quien es y se limita a decirme "deberías subir, yo te aviso cuando el almuerzo esté listo"

Subo a regañadientes, estoy casi segura de que Louis ha venido a disculparse por su infantil actitud. Él y Harry ya eran grandes y no tendrían que actuar como dos niños.

Cuando abro mi puerta, el castaño esta recostado en mi cama mirando su móvil. Cierro la puerta y rápidamente se incorpora, guardando su móvil en uno de los bolsillos de sus jeans.

-¿Qué se supone que estas haciendo aquí? -busco mi secador de pelo mientras espero una respuesta de su parte.

-Vine a disculparme -contesta apenado.

-¿Por qué?

-Porque no debería haber armado una escena así. Estaba enfadado y me dejé llevar, lo siento.

-Por supuesto que no debiste hacerlo -gruño -. No se por que piensas que puedes hacer lo que se te antoja.

-Yo... -comienza, pero piensa sus palabras un poco y frunce el ceño -ha sido un impulso. Estoy muy acostumbrado a que sólo seamos tu y yo.

-Tienes que ir perdiendo esa costumbre.

-No puedo -dice bajito -. He intentado todo pero no puedo.

-¿Entonces por qué te alejaste de mi?

Joder, he querido hacer esa pregunta hace tanto tiempo.

-No lo se... -dice y agrega -: en realidad si lo se. Pero estoy muy seguro de que he hecho bien.

-¿De qué estas hablando, Harry?

-Tu... Tu estás mejor ahora, ella tenía razón -comienza a jugar con sus manos, está nervioso.

-¿Quién es ella? -pregunto mientras me acerco hacia él y me siento a su lado -. Sabes que siempre vas a poder confiar en mi, Harry. Aunque seas un imbécil egoísta, siempre serás mi mejor amigo.

-Se que soy un imbécil egoísta -sonríe mirando al suelo -. No puedo decírtelo. Lo lamento.

-No esperaba que lo hicieras -me encojo de hombros y me levanto para secarme el pelo.

Cuando conecto el artefacto y lo prendo, hace un ruido horrible y Harry se levanta de mi cama. Creo que lo ha tomado como una señal para retirarse.

Se acerca a una de las paredes de mi habitación y comienza a contemplar el collage de fotos que tengo allí.

Si, quizás debería haber sacado todas esas estúpidas fotos, ya que en el noventa por ciento de ellas aparecemos Harry y yo.

De campamento, en la playa, fuera de mi casa, fuera de la suya, en mi habitación, en la de él, comiendo un pastel, en starbucks hace cuatro meses, en París cuando teníamos catorce, en un crucero, en la boda de Margaret la tía de Harry, en la boda de mi prima Vivian, en la boda de su tío Mark, en el jardín de casa, en todos y cada uno de nuestros cumpleaños... Harry mira detenidamente una en particular. Anne la tomó cuando estábamos en el zoológico viendo a las jirafas; yo les tenía pánico, pero él y Anne habían sabido controlar la situación, es decir, hicieron lo correcto para que yo no actuara como una completa loca gritando que esa cosa quería comerme. Casi lo hago, sin embargo. En ella Harry sonreía mientras yo lo miraba a él, con una enorme sonrisa. La foto era preciosa, y en el fondo podías observar una impresionante jirafa que habíamos alimentado. Teníamos trece y ese día fue uno de los mejores.

Todos los momentos con Harry lo fueron.

-Recuerdo perfectamente ese día -dice quitando la foto y mirándola más de cerca. Apago el secador y lo escucho -. Estabas tan asustada porque decías que la jirafa podía comerte... -rió y sentí ganas de llorar. Yo también lo recordaba -. Mamá te explicó que ella nunca podría comerte y cuando la alimenté para enseñarte que no era mala, me sonreíste y tomaste mi mano. Amaba cuando hacías eso.

No se que contestar. Hace dos escasos meses nos podías encontrar a ambos caminando juntos, tomados de la mano, riendo por cualquier cosa. Hoy, parecemos dos desconocidos.

-¿A que viene todo esto? -le pregunto frunciendo el ceño -. Un día dejas de hablarme y luego, cuando a ti se te da la maldita gana, vienes a recordar momentos que pasamos juntos a mi habitación -señalo -. Harry, no te entiendo.

-Tú me hablaste.

-Porque tomaste mi cuaderno y todavía no me lo devuelves -le recuerdo.

-A veces eres tan exagerada -gruñe -. ¡No se puede hablar contigo!

-Me estas cansando, te lo juro -digo masajeando mi sien -. Será mejor que te vayas.

-Que conste que vine a disculparme. El imbécil de tu nuevo mejor amigo, novio, amante o lo que sea, decidió no preocuparse por ti -brama molesto y se va de mi habitación. Por supuesto que no cerró de un portazo porque mi mamá está abajo.

Me causaba gracia el hecho de que en todo momento intentaba competir con Louis.

-Hombres -digo tirándome en la cama y cierro los ojos -, un día me sacarán canas verdes -miro a la pared y noto que se ha llevado la foto-. ¡Ahora se le da por robar fotos, también! Joder.

Moments || h.sWhere stories live. Discover now