-Podríamos ir a merendar juntos.
Lo miro a los ojos y suspiro, cansada. Quizás debería aceptar el hecho de que se confundió e intentar que las cosas vuelvan a funcionar; quizás tendría que perdonarlo. Comienzo a recordar todas esas tardes que merendamos juntos y las miles de escenas se repiten sin cesar en mi mente. Recuerdo cuando me quiso sorprender con unas chocolatadas y galletas, todo estaba jodidamente horrible y nos reímos tanto que hasta llorábamos. No era ninguna sorpresa que Harry fuera un completo desastre en la cocina,pero era una simple merienda y él quemó las galletas y puso demasiada azúcar en las chocolatadas. Ese fue uno de los mejores días, porque Anne luego vino con un pastel directo de su empleo y puedo jurar que estaba delicioso.
-¿Te acuerdas cuando...?
-Estaba pensando en eso -lo interrumpo.
-Entonces, ¿qué dices? -me sonríe abiertamente y quiero golpearlo porque sabe que jamás me negaría si él sonríe así.
Él es tan guapo. Sus ojos verdes y esa sonrisa de millón de dólares combina a la perfección con su barbilla marcada y esos hoyuelos que aparecen cada vez que su sonrisa se ensancha. Es tan, pero tan alto, que logra hacerme ver pequeña aún con mi metro setenta y pico. Tiene la espalda ancha y trabajada, justo como su abdomen.
Tan sexy.
Me planteo la idea de aceptar y desperdiciar tres horas y media de siesta. Cuando veo la carita de cachorro abandonado que pone quiero decirle que si efusivamente, pero me controlo.
-De acuerdo.
Lo observo sonreír por el rabillo del ojo y quiero reír por su infantil actitud, sin embargo permanezco seria y me limito a seguir caminando.
-Vamos a casa -me dice, y se que se refiere a la suya.
En cuanto ponemos un pie en su casa, tira la mochila en el gran sillón negro de su sala de estar y grita algo así como "¡Mamá, ya llegué!"
-Estoy en la cocina, cielo -escuchamos decir a Anne.
No puedo moverme. Hace dos largos meses tanto Harry como su madre habían desaparecido ridículamente de mi vida y no sabía como tomaría Anne el hecho de que estuviera en su casa. Harry me mira confundido y sin previo aviso toma mi mano y la entrelaza con la suya, lo que me hace poner roja automáticamente. Su mano es tan grande que logra envolver la mía con facilidad.
-Hola, mamá -le dice Harry.
Una sonriente Anne gira a saludar a su hijo pero se pone seria cuando nota mi presencia. Frunce el ceño y arquea una ceja, y yo solo quiero salir corriendo ahora mismo. Sáquenme de aquí, por favor.
-Veo que tienes compañía.
Quiero irme ya.
-Mamá...
-Hola, Elizabeth. Hasta que por fin vienes a verme -me dice y se que toda la sangre se ha drenado de mi sistema.
-Hola, señora Styles -la saludo y sonrío tímidamente -. Nunca fue mi intención alejarme.
-¿De quién fue la culpa, entonces?
-Mía -dice el castaño a mi lado y aprieta mi mano -. Fui un completo estúpido.
-Por supuesto que lo fuiste. ¿Cómo se te ocurre alejarte de Liz? Ustedes dos se conocen hace demasiado tiempo y estoy segura que tanto tu madre como yo -dice mirándome -, estamos de acuerdo en que necesitan sentarse y hablar y pensar que demonios ha pasado para que se peleen de esa forma. Son como hermanos, chicos.
-Ella no es mi hermana -dice él y frunzo el ceño en su dirección.
-Pero se criaron prácticamente juntos.
-Que va, la quieres más a ella que a mi.
-No te pongas celoso, Harry -se mofa Anne -. Las dos te queremos mucho.
-Elizabeth ha dejado de quererme -nuestras manos siguen entrelazadas y puedo jurar que estoy nerviosa hasta la mierda. Hago el intento de separarme pero él insiste en sostener mi mano y de pronto Anne se da cuenta de nuestra cercanía.
-Umh, no quiero sonar entrometida pero... ¿Quizás se dejaron de querer como hermanos y ahora ustedes...?
-¡Mamá! -Harry se tapa la cara con la mano libre pero aún así logro ver lo rojo que se ha puesto. Por mi parte río divertida y Anne me guiña un ojo.
-¿Qué? La madre de Liz y yo queremos nietos algún día.
-Dime por favor que no has dicho eso... -suelto una carcajada mientras Harry niega con la cabeza y se muerde el labio -. Que vergüenza, Anne. A veces eres irritante -le espeta divertido y ella se ríe.
-No tanto como ustedes, par de hormonas con patas.
-¡Joder, callate, por favor!
-¡Consiganse un hotel!
-¡Mamá, por el amor de Dios!
No puedo parar de reír y Anne se une a mis risas luego de unos segundos. Molestar a Harry siempre ha sido divertido y más si Anne es la que lo avergüenza frente a los demás. Ella era tan sincera y directa todo el tiempo. No tenía pelos en la lengua.
-Ahora, como me gusta festejar las reconciliaciones, les prepararé un pastel de chocolate. Se que les encanta.
-Algo tenías que hacer para arreglar esta situación.
-Yo no debo arreglar nada -arquea una ceja en dirección a Harry y le sonríe -. Tú debes hacerlo.
Harry me lanza una rápida mirada y suspira para luego guiarme escaleras arriba. Seguro a su habitación.
Joder.
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Moments || h.s
Fiksi PenggemarCuarto año de secundaria. Esta es la historia de Liz Tyler, una chica como cualquier otra con el corazón roto, que intenta plasmar en su cuaderno todos los momentos que pasó junto a su mejor amigo; el mismo que la abandonó sin razón. O tal vez h...