Las Winx y los especialistas acabaron con los villanos más poderosos de la dimensión mágica, ahora les toca la tranquilidad y el merecido descanso. Pequeñas historias de lo que es de ellos después de la oscuridad.
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El sol comenzaba a salir y con el despierta una jóven con 5 meses de embarazo.
La chica se estira en la enorme cama, buscando a su amorcito, al sentir vacío el otro lado del colchón se sentó en este, sólo para comprobar que el muchacho estaba tomando una ducha en el baño privado.
-¡Cariño, me ganaste la ducha!.-gritó para que escuchase del otro lado, pues, ella siempre tomaba el baño primero.
-¡Buenos días para ti también, amor!.-le corrigió para luego reírse.
La rubia se levantó con pereza y mucho esfuerzo de la cama, acariciaba su vientre mientras abría la puerta de su dormitorio, para encontrarse con una escena un tanto graciosa.
-¡Bloom! ¡Llevas ahí más de una hora! ¡¿Stella está en tu cuerpo o que?!.-reprochaba Tecna dándole patadas a la puerta del baño que compartía con sus amigos.
-¡Solo unos minutos más!.-suplicó la pelirroja del otro lado. La del cabello rosa suspiró.
-Debí quedarme con la habitación de Flora.-se quejó en susurro.
Stella seguía ahí, riéndose de sus amigas. Le dió los buenos días a Tecna y bajó para saber a quién le tocaba hacer el desayuno. Se encontró con Sky, quien había corrido un rato cuando despertó, este la saludó con amabilidad y subió para darse una ducha.
«Va a tener que esperar un buen rato, su majestad». Pensó recordando el escándalo del baño compartido.
En la sala de atrás estaban Musa y Timmy, la azabache escuchaba música con unos audífonos y el de lentes miraba las noticias. Stella se metió por el pasillo que daba a la cocina, siguiendo el exquisito olor a huevos con tocino recién hechos, aceleró el paso a la maravilla de la mañana para encontrarse con los responsables de tal delicia.
Era el turno del segundo grupo preparar la comida, lo que significaba que Helia y Flora cocinaban el tan esperado desayuno y Riven ayudaba con una que otra cosa. La cocina no era su especialidad.
-¡Por el amor a mi ropa! ¡Huele de maravilla!.-exclamó la rubia asustando a los presentes.
-Buenos días, Stella. Espero que hayas dormido bien.-saludó el hada de la naturaleza gentilmente mientras llevaba su famoso té a la mesa.
-Sientate y disfrútalo, los chicos se lucieron toda la mañana.-Riven se notaba feliz, algo que asustó a la embarazada.
Sin embargo, la pareja presente ya sabía sobre su cambio radical de humor, él mismo se los comentó y les pidió ayuda, la cual no pudieron negarse.
Helia llamó al resto y poco a poco se iban acercando, le cedieron el puesto a las chicas para que comieran primero. Flora con educación, decidió esperar a que todos comieran para ella hacerlo, lo mas sorprendente fue que Riven estuvo a favor de esperar a los demás para él comer. La noche anterior cambió su vida y eso se notaba a kilómetros.
