Las Winx y los especialistas acabaron con los villanos más poderosos de la dimensión mágica, ahora les toca la tranquilidad y el merecido descanso. Pequeñas historias de lo que es de ellos después de la oscuridad.
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—Explíquenme otra vez.—pidió por décima vez Brandon.
—¡Brandon! Qué tonto estás hoy.—se quejó Layla terminando de alisar el traje del moreno.
—Entiendo a Brandon, ¿Por qué hacemos esto?.—preguntó Timmy algo incómodo.
—Porque es su deber como los mejores amigos de Riven, así que dejen de quejarse y cooperen.—pidió Tecna irritada.
Sky, Brandon, Timmy y Helia vestían trajes iguales para el loco plan de ese día. Después de la conversación en el palacio de Andros, Musa estaba de mal en peor, su padre fue excesivamente rudo con ella y eso sus amigas no lo seguirían permitiendo. Layla y Tecna recorrieron toda la dimensión e hicieron entrar en razón a Riven, el cual estaba muy nervioso tocando la corbata.
Ese día, de una vez por todas, pediría la mano de Musa en frente de su padre, diga si o diga no, saldría de ese lugar con ella.
—No puedo creer que dejé a Bloom con todo el trabajo de hoy, va a matarme.—se lamentó Sky sacudiendo su cabello.
—Dímelo a mi, tenía una reunión importante y ahora Stella estará sola.—concordó Brandon imaginando lo que le espera en casa.
—Denle gracias a Flora por ofrecerse a cuidar a Arwen, Adora y Tristán.—intervino Layla señalando a su amiga.
La nombrada estaba sentada en el suelo, viendo jugar a Arwen y Tristán mientras abrazaba con ternura a Adora. Tal vez no podía tener un hijo propio, pero tenía muchos sobrinitos los cuales amar. Helia se percató de esto, sólo desvío la mirada.
—Tienes razón.—admitió el rey de Eraklyon.—Después de todo, mi muerte no será tan mala.
—Chicos, creo que Riven se va a desmayar.—llamó la atención Amore viendo muy preocupada al chico.
Los presentes observaron a su amigo, estaba totalmente quieto mirando al vacío, gotas de sudor bajaban por su rostro. Sin duda, estaba nervioso.
—Lo que faltaba: que al novio le de un ataque.—Helia se golpeó la frente con la palma de su mano.
—¡Ah no! ¡Tú no te vas a estar desmayando aquí!.—ordenó Tecna dándole una cachetada, haciendo reaccionar a Riven.
—¿Es idea mía o todas después de tener a sus hijos se comportan como Stella?.—comentó Timmy cargando a su pequeña hija de dos meses.
La pequeña de cabello anaranjado como su padre y ojos azul verdoso como su madre, de nombre Lux, llegó al mundo en un día lluvioso mientras caminaban por las calles de Magix. Para su suerte, estaban cerca de un hospital y no tuvieron ningún inconveniente.
—No es eso. Él tiene que estar en todos sus sentidos, la vida de mi mejor amiga depende, en parte, de esto.—se defendió acariciando la mejilla de su hija.
