Hormonas de Embarazada.

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—Riven

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—Riven.—susurró en la oscuridad de su habitación, la mujer miraba la ventana desde hace más de media hora, sin saber cómo despertar a su marido.

Eran aproximadamente las 3 de la mañana, nuestra querida Musa despertó hambrienta de brócoli sin poder evitarlo. No podía levantarse, sus 6 meses de embarazo se lo impedían en gran magnitud, ese niño o niña sería muy grande.

Se preguntarán como pasó, pues se enteraron al octavo mes de embarazo de Layla, quien ya tiene a su pequeño Eloy en sus brazos durmiendo en medio de ella y Nex, el niño de piel y cabello de su madre con los ojos de su padre nació en Alfea, ya que todos se reunieron para celebrar el cumpleaños de Griselda.

La reacción de Riven no fue peculiar, al principio pensó que era una mala broma de su esposa, no le creyó por tres semanas, hasta que los cambios de humor se hicieron presentes en el hada y una noche se hartó de su marido, teletransportándolo al lugar donde estuviera Helia,—según ella, Riven prefería estar con su mejor amigo.—quien en ese momento estaba en un momento de intimidad con Flora.

Milagrosamente, se aclaró todo el asunto antes de que la morena intentara matar al hombre y este se disculpó con Musa.

Ahora mismo, ella le daba la espalda, llamándolo para ver si despertaba mientras que Riven dormía a su lado abrazándola por la cintura, pegando su abdomen en la espalda de su mujer.

—Riven.—lo llamó más alto, su estómago no paraba de rugir.

—¿Hum?.—fue lo que pronunció estrechándose más a ella.

—Cariño, tengo hambre.—avisó con cierta vergüenza.

—Musa, es más de media noche. Vuelve a dormir.—ordenó con voz ronca.

La azabache frunció el ceño ¿Su esposa y su hijo se estaban muriendo de hambre mientras él solo piensa en dormir? Vaya marido que se consiguió.

—Tienes razón, lo lamento.—afirmó con fingida tristeza, para luego añadir lo siguiente con una sonrisa macabra:—No quería ser una molestia para tí.

Los ojos de Riven se abrieron como platos rápidamente, no podía dejar que ella se sintiera así, no era una molestia, todo lo contrario, es lo mejor que le ha pasado en la vida, no podía perderla.

(...)

—¿Así está bien el brócoli?.—preguntó un poco cansado.

Su mujer asintió energéticamente mientras seguía devorando aquel platillo que antes detestaba; los embarazos cambian a la madre de una manera radical.

—Necesito que más tarde me acompañes a ver unas cosas para el bebé.—pidió el hada aún con comida en la boca.

—¿No pueden acompañarte Tecna o Flora? Sé que Layla está ocupada con Andros, así que las otras te pueden ayudar.—aconsejó para no tener que ir.

Winx Club (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora