*Probablemente no debería soltar tu piel, no debería dejar de acariciarla y rendirme al olvido para que el destino me humille y te robe de mis manos.
*Probablemente no pueda soltar y al no soltar sienta que cada anochecer es como una docena de agujas clavandome la espalda, que necesito al menos la idea de tu esencia para sobrevivir.
*Probablemente sin querer diga una que otra estupidez para amortiguar la caída inminente de mi mundo idealizado a tus pies, y quizás esa estupidez lastime tu alma y tu ser.
*Probablemente deba recurrir a la persecución extrema de un recuerdo que me transporte a un beso, aquél beso tuyo y mío que sin tener un porqué o para qué se hizo perfecto y eterno.
*Probablemente cometí en el pasado uno que otro error, quizás no supe verte, escucharte, leerte, amarte, tal vez una caricia pudo haber hecho al diferencia.
*Probablemente no aproveché la oportunidad universal de llamarte mía, de sentirme dueño y amo supremo de tu amor.
*Probablemente en este momento me equivoque, quiera ser egoísta y no pueda, quizá me haya dado cuenta de que sucumbir y dejarte volar era la mejor manera de pedir perdón, de decir gracias y fue un placer, tal vez tenga que entender que la despedida es mi deseo irremediable de querer arrepentirme por el daño provocado y aceptar la caótica idea de que si, esta bien, te mereces ser eternamente feliz.