Edward X Envy

Ardiente posesión

Envy se despertó y a su lado vio la dulce y tierna cara de su pequeño marido. Dulcemente le beso en el cuello provocando un gemido por parte del rubio.

-Hoy amaneciste cariñoso-suspiro Edward abriendo los ojos.

-¿Como no ser lo con mi pequeño amor?-pregunto Envy.

-¿Pequeño?-pregunto Ed provocativamente.

-No sabes como me gusta verte así-gruño exitado mientras presionaba con su miembro erecto y duro con el de Edwards que gimió placentero.

-Mami, tengo hambre-dijo una vocesita infantil en la puerta. Ambos se congelaron.

-Mami ya va-dijo Edward en ese momento controlando su vos. Para su alivio los pasitos de Kia se alejaron.

Cinco minutos después Ed servía el desayuno a su pequeña y a Envy que lo miraba amorosamente.

-Envy ¿Que hay de tu "padre" y "hermanos"? - preguntó de pronto Ed.

-Tranquilo cielo, ellos entendieron bien-tranquilizó Envy.

Edward esperaba a Roy en su oficina. El hombre le había llamado por unas misiones. El joven no podía creer todo lo que había pasado.

En ese momento un perfume muy conocido inundó la sala. Edward levantó la mirada y vio a Roy. El alquimista de la llama había cambiado mucho. Su pelo llegaba hasta la mitad de la espalda y tenía un semblante muy diferente.

-¡Roy! Te ves diferente-exclamo Edward sin salir de su asombro. Ya que no lo veía hace cinco largos años.

-Y tu estas mas hermoso que nunca-dijo Roy con un suspiro.

Edward se sonrojo notoriamente y para distraerse pregunto por las misiones que se requerirá alquimia. Roy no respondió y se dejó caer a su lado con un suspiro agotado.

-¿Te acuerdas que hace cinco años le dije a Envy que te robaría de su lado?-pregunto Roy. Un extraño miedo invadió a Ed.

-¡¿Que le isiste a mi hija?!-chillo Edward al borde del llanto.

En ese momento Hallarkwe, mano derecha de Roy apareció en la sala con la niña en brazos que salio corriendo a los brazos de su madre asustada y sin entender nada.

-Le conté todo a ese tal "Farther" que tienen los homúnculos y me dijo que hablaría con Envy para que no te se te acerques-dijo Hallarkwe con un rastro de culpa en la vista y mirada.

-¿Por qué?-Edward mirada a la pareja con miedo y repudio.

-Tu tuviste que ser mio hace tiempo-gruño Roy con lujuria.

Edward caminaba apresurado por la calle y apretando contra si a su niña que se había quedado dormida. Por fin llegó su casa. El lugar era un sepulcro de soledad y vacío.

-¿Que significa esto?-preguntó Edward a la vacía estancia. Una mano conocida le sacó de sus pensamientos.

-Ya te lo había dicho. Tuviste que ser mio-dijo Roy severamente.

Mientras tanto. En el subsuelo un nuevo Envy nacía sin los recuerdos del anterior. O eso parecían ser.