La otra reencarnación [Akatsuki No Yona]

Capítulo 11

Narra Akane

Me desperté de golpe al sentir la caricia de alguien en mi mejilla. Al abrir los ojos pude observar a Kija a escasos centímetros de mi cara. Nuestras respiraciones se mezclaban y con un simple movimiento nuestros labios se juntarían. La sangre subió a mis mejillas por la situación. Mi corazón empezó a latir de forma más fuerte. Latía tan fuerte que temía que Kija pudiera escucharlo.

- Ki-Kija - dije nerviosa.

- Akane...esto...te ví dormida y...- intentó explicarse sin éxito, aprovechando para distanciar nuestros rostros.

Entonces Yona nos llamó diciéndonos que se iban de la ciudad.

- Akane, quiero que nos acompañes, quiero que me ayudes - dijo Yona seria.

- De acuerdo, te ayudaré pero tengo que ir a mi casa antes - dije corriendo dirección a mi casa.

Ya en mi casa, cogí lo necesario, metiéndolo en una pequeña bolsa. También enganché mis espadas en mi cintura. Entonces llegó mi padre adoptivo.

- No hace falta que me expliques nada, todo Awa lo sabe. Y también presiento que te irás a descubrir mundo, ¿o me equivoco?

No pude aguantar más y lo abracé fuertemente. No sabía si lo vería otra vez, así que con este abrazo quería transmitirle todos mis sentimientos.

- Gracias - dije elevando mi cabeza mirando su rostro - gracias por cuidarme y ocultarme tras la muerte de mis padres, nunca te olvidaré - finalicé con lágrimas en mis mejillas para irme corriendo hacia la salida de Awa donde me esperaban los demás.

- Akane, ¿es que has llorado? - preguntó Yona preocupada, llamando la atención de todos.

- Bueno, es que me he encontrado con una persona muy especial en mi vida... - dije ahora sonriendo con nostalgia.

Se dieron cuenta de que no debían preguntar más, porque me encontraba sensible. Nos despidió toda la tripulación de Gi-Gan.

- ¿Y Jae-Ha? - preguntó Yona mirando a su alrededor.

- Ni idea - respondió la capitana Gi-Gan - pero tened por seguro que si volvéis lo veréis y siempre tendréis un barco a vuestra disposición.

Yona puso una cara deprimida.

- Lo siento Yona, pero no podíamos secuestrarlo - dije abrazando a la princesa. Ella rió ante mi idea del secuestro.

Empezamos a andar por el sendero. Yona, Yoon y Kija lloraban.

- Me hubiera gustado despedirme de Jae-Ha - dije un poco triste.

- Yo creía que se nos había unido - comentó entonces Kija, sorprendiéndonos.

Shin-Ah desenfundó su espada y corto el tronco de un árbol con un ágil movimiento. Este al caer, dejó ver a Jae-Ha que estaba subido en la rama del árbol.

- Vaya Akane, veo que me echabas de menos - dijo acercándose a mi. Iba a besarme la mano, pero entonces Kija le dió un manotazo con la garra de dragón para apartarlo de mi.

- Parece que el Dragón Blanco se pone celoso - con esas palabras, Kija se sonrojó.

- Jae-Ha, decías que no querías tener lazos con los dragones - dijo Yona sorprendida.

- Si, pero no estoy actuando como ellos, yo estoy haciendo esto por mi cuenta, porque quiero - dijo sonriendo - Yona, llévame contigo.

Él tendió su mano y Yona la aceptó. Hak lo golpeó con su arma en la cabeza.

- No solo están las señoritas, un poco de educación - dijo Kija molesto.

- Cierto. Disculpadme. Me presentaré como es debido. Soy Jae-Ha, soy un monstruo que tiene un dragón en su pierna. Un placer.

Tras esto, seguimos caminando hasta que decidieron que deberíamos de parar. Jae-Ha cazó un cervatillo. Yona empezó a abrirlo con un cuchillo. Se veía en su mirada que no le gustaba la idea de matarlo.

- Yona, si quieres, lo puedo hacer yo así evitas el mal rato - le ofrecí sentándome a su lado.

- No, gracias quiero hacerlo yo, no puedo ignorar que estaba vivo - dijo terminando su tarea. Entonces juntó sus manos en señal de respeto hacia la comida. Yo realicé la misma acción. Entonces, de detrás de nosotras escuche como ¿sonaban ruidosamente las tripas de alguien? Me giré y ví a un chico rubio, con aspecto desariñado y babeando.

- Sabias palabras señorita, todos los seres vivos van al cielo y serás perdonada - dijo con sus manos también juntas.

- Estas babeando, tu estómago gruñe y ¿Quién rayos eres tú? - preguntó Yoon.

- No te preocupes por eso, yo solo pasaba por aquí y olía algo delicioso - dijo restándole importancia.

- Pero si está crudo - dije un tanto confundida.

- ¿Tienes hambre? - preguntó Yona.

- Muchísima - contestó el rubio.

De mientras Hak había encendido un fuego para cocinar. En cuanto tuvimos todo preparado, lo pusimos a que se cocinara.

Ya cuando estaba hecho, el desconocido empezó a comer con nosotros.

- Kija - lo llamé - aún queda el dragón amarillo ¿no? ¿Tienes idea de dónde puede estar?

- Akane, es muy probable que sea el chico que tienes a tu lado comiendo - respondió el dragón verde. Giré mi cabeza sorprendida. Entonces dijo:

- ¡Vaya pero si son los dragones blanco, azul y verde! El grupo está al completo. Soy Zeno - dijo aún comiendo.

Todos nos quedamos asombrados por lo que nos dijo aquel chico o mejor dicho, el dragón amarillo.

- ¡¿QUÉ?! - gritamos todos a coro.

- No puede ser...tan fácil... - dijo Yoon.

- ¿Qué hace el Dragón amarillo comiendo con nosotros? - preguntó ahira Kija sorprendido.

- Que escandalosos sois, Zeno se sienta a comer como los niños buenos - dijo metiéndose otro trozo de carne en la boca.

- ¿No sientes nada cuándo las ves? - preguntó Kija.

Con su zarpa, nos señaló a Yona y a mi que estábamos juntas.

- Son la princesa Yona y Akane, las reencarnaciones del Dragón Rojo, las amas de los cuatro dragones - nos presentó con admiración.

Zeno nos miraba fijamente, como pensativo.

- Claro que siento algo, las dos son preciosas - dijo sonriendo.

Los otros tres dragones empezaron a debatir sobre porque el "despertar" o algo así. De mientras Yona decía:

- Ya que viajas solo, y yo estoy buscando a los cuatro dragones...podrías...

Pero Zeno no le dejó continuar.

- Claro, me uniré a vosotros. De todas formas solo viajo de allí para allá solo sin hacer nada.

Fue dándonos la mano y presentándose. Este chico es adorable. ¿Pero qué dices Akane?

Entonces Kija se acercó a nosotros.

- Dragón Amarillo, Zeno, yo soy el Dragón Blanco, Kija y poseo una garra de dragón. Me gustaría que nos mostraras tu poder para proteger a las señoritas - comentó Kija serio.