Capítulo 13

2K 187 20
                                    

Acabábamos de llegar a la casa de Ik-soo. Yoon abrió la puerta y para nuestra sorpresa, todo se encontraba desordenado y tirado por el suelo, como si hubieran entrado a robar. Entonces Yoon entró corriendo a socorrer a la persona que estaba sobre el suelo.

- Ik-soo - dijo Yoon ayudando a ese hombre.

- Yoon - consiguió decir Ik-soo. Un chorro de sangre nacía de debajo de su flequillo recorriendo su cara.

Todo había quedado en un susto. Ik-soo sólo se había tropezado al intentar hacerse algo de comer.

- Princesa Yona, veo que el grupo ha aumentado - dijo sonriente. No sé si era mi imaginación, pero este monje transmitía paz.

Entonces Zeno llamó a la princesa.

- Princesa, ahora que tiene a los cuatro dragones de su lado, ¿Qué piensa hacer? - preguntó acariciando a Ao

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Princesa, ahora que tiene a los cuatro dragones de su lado, ¿Qué piensa hacer? - preguntó acariciando a Ao. Todos se sorprendieron por la seriedad del rubio, al cual era extraño no verle sonreir. Yona tenía la mirada perdida, como si esa pregunta le hubiera pillado desprevenida. Zeno cambió radicalmente su expresión a la que tenía normalmente - bueno, en realidad no soy nadie para preguntar.

- Ik-soo - dijo Akane seria - me gustaría hablar contigo en privado.

- Acompáname señorita Akane - respondió el rubio, comenzando a caminar hacia el bosque. Akane, anduvo detrás de él hasta que llegaron a un acantilado, con vistas a una gran cascada.

- Sé lo que me vas a preguntar, me lo han dicho los dioses. Y yo tengo la respuesta - comentó el monje con aire misterioso.

- ¿De verdad? ¿Sabes por qué tengo poderes? - preguntó Akane dudosa y un poco avergonzada. Siempre había olcultado sus poderes por miedo a no ser aceptada.

- Sí, querida Akane, fuiste enviada por los dragones para que los ayudes con tus poderes, ¿Los has utilizado alguna vez? - preguntó Ik- soo mirando a Akane.

- Sí, pero sólo en contadas ocasiones - dijo Akane.

Flaskback

Una Akane de siete años corría por el bosque. Observaba todo con ojos curiosos. Entonces escuchó un ruido que provenía de detrás de unos arbustos. La niña con cautela se acercó y pudo ver con más precisión como un pequeño jabalí se retorcía de dolor. Su pata trasera sangraba por una herida de flecha.

- Oh no, pobrecito - dijo triste la pelirroja, agachándose al lado del animal herido. Posó su mano en la zona de la herida. Un enorme deseo de curarlo surcó su mente. Comezó a cantar la canción que cantaba su madre para que se tranquilizara. Cuando se dió cuenta, un resplandor emanaba de sus manos. Las acercó a las heridas, acarició la zona dañada y ocurrió algo inexplicable, el jabalí se había curado. Su pata estaba intacta, como si nunca hubiera estado herida.

Después de eso, Akane cayó desmayada en mitad del bosque. Fué encontrada por uno de los soldados de su padre. Estuvo varios días después enferma.

Fin del flashback

- Es increíble tu grandioso poder, nunca antes había habido algo así - comentó Ik-soo nostálgico.

- Aún no lo controlo bien, pero cuando sé que será de gran ayuda en nuestra lucha contra Soo-Woon - dijo Akane con expresión seria.

Después de esa charla con el monje, Akane decidió ir a entrenar. Estaba corriendo a toda velocidad y llevaba el arco de Yona. Se lo había cogido prestado. Quería fortalecer su precisión. Lanzaba flechas a determinados árboles a los que les había hecho marcas. Iba tan concentrada en sus cosas que no se dió cuenta de que chocó con algo o más bién alguien. Miró hacia arriba y observó el rostro del dragón verde.

- Jae-Ha - dijo sorprendida - perdona, no me dí cuenta de tu presencia.

- Bella señorita no hace falta que te disculpes, fuí yo quién interrumpió tu entrenamiento - respondió el peliverde tomando la mano de una Akane confundida y llevándola hacía su boca para depositar un caballeroso beso. Esta acción provocó que el rostro de Akane se confundiera con el color de su pelo - Akane, estás roja, ¿te encuentras bién?

 Esta acción provocó que el rostro de Akane se confundiera con el color de su pelo - Akane, estás roja, ¿te encuentras bién?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Sí sí, solo me dió un poco de calor, nada grave - contestó con una sonrisa. Jae-Ha comenzó a reírse, provocando un puchero de parte de la pelirroja. Este gesto le pareció demasiado tierno al dragón verde.

- Chicos, la cena ya está lista - gritó Yoon.

Jae-Ha cogió en brazos a Akane y de un salto llegaron dónde estaban todos.

Al ver esto, Kija fue corriendo y cogió a Akane del brazo.

- ¿Qué ocurre Kija? - preguntó burlón el dragón verde por lo que acababa de hacer Kija. Sabía perfectamente que el dragón blanco sentía cierta atracción hacia Akane y para hacerle rabiar coqueteaba con ella. Bueno, al principio era así, pero ahora lo hacía porque le gustaba ver cada una de las expresiones y pucheros que hacía la pelirroja.

Ambos dragones comenzaron a mirarse de manera amenazante.

- Vamos chicos no os pongáis así y vayamos a comer la deliciosa comida que nos ha preparado Yoon - comentó Akane para disipar la tensa atmósfera que se había formado. Por otro lado, Yoon se sonrojó al escuchar las palabras de la joven.

Cenaron todos juntos. 

-Echaba de menos las delicias de Yoon - comentó Ik-soo sonriente. El recién nombrado se sonrojó, pero giró la cabeza para que nadie se diera cuenta. Akane y Yona se miraron entre sí y rieron de la adorable acción de Yoon. Después de cenar, Yona se adentró en el bosque para practicar con la espada.

Akane decidió volver al lugar dónde había estado hablando con el monje. Debía de aprender a utilizar su poder para ser útil.No quería ser una carga para el grupo. Vió una flor bastante seca y lo primero que le cruzó la mente fue intentar revivirla. "¿Por qué no?" pensó la pelirroja acercándose a la flor. Posó su mano sobre la corola de la flor y se concentró. No ocurría nada. Se empezó a poner nerviosa.  Entonces recordó como curó al pequeño jabalí. Ella cantó en ese momento. ¿Y si era eso lo que faltaba? ¿Y si debía de cantar la nana de su madre para que funcionara?

Comenzó a cantar con los ojos cerrados. En su mente sólo había una cosa. Quería que funcionara. Sintió algo cálido. Seguía cantando cada vez más fuerte. Abrió los ojos y vió la luz que salía de las palmas de sus manos. Sonrió contenta por lograrlo. A los pocos segundos, la flor fue tomando colores más vivos y sus tallos y pétalos se erguían en un gran esplendor.










La otra reencarnación [Akatsuki No Yona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora