Ryota se encontraba en el castillo Hiryuu. Frente a él estaba un joven de tez clara, cabellos rubios y ojos esmeralda. Se encontraba sentado
- ¿Qué le trae por aquí, Ryota-san? - preguntó el rey sentado desde su trono.
Ryota, que se encontraba de rodillas levantó la cabeza para mirar a su rey.
- Soo-Won-sama, vengo a informarle sobre la existencia de una joven llamada Akane que tiene poderes curativos - dijo Ryota - y creo que sería de gran ayuda, alguien, que puede curar a nuestros guerreros en a penas unos segundos.
- Es cierto que sería de gran utilidad, pero ¿para qué me cuenta esto, Ryota-san? - cuestionó Soo-Won.
- Mi rey, necesito de sus guerreros más fuertes para capturarla, aunque a parte, me gustaría que a parte de un arma a nuestro favor, se convirtiera en mi prometida - pidió Ryota.
- De acuerdo, le cederé un grupo de mis mejores soldados, pero con una condición - dijo Soo-Won.
- La que sea Soo-Won-sama, mientras que consiga tener a Akane a mi lado - respondió Ryota.
- Nada más capturarla, deberás traerla al castillo Hiryuu, para garantizar que tu misión ha sido un logro - explicó ahora el ojiverde.
- Sus deseos son órdenes mi majestad - dijo Ryota para irse de la estancia.
Soo-Won se dirigió a sus aposentos y se desvistió quedando en una bata blanca simple. Fue al baño de aguas termales y se sumergió para aclarar sus ideas.
- Soo-Won-sama, está demente, ¿Ha pensado que si la mujer con poderes curativos se casa con Ryota-san, su tribu tendría un gran poder y podrían intentar un golpe de Estado? - le regañó su consejero.
- Querido Kye-Sook, la joven de la que hablaba Ryota-san, es nada más y nada menos que la prima por parte de madre de mi prima Yona, recuerdo que de niños, curaba a los animales del bosque. No dejaré que se case con ella, en cuanto la traiga al castillo él será condenado a prisión por traición a la corona, yo me casaré con Akane y así me convertiré en un rey indestructible. Podré cumplir el sueño de mi padre, que el reino crezca y sea una de las mayores potencias mundiales.
- Que gran plan, Soo-Won-sama, disculpe mi insolencia hacia su idea. Olvidé que usted siempre consigue lo que quiere. Ahora le dejo que disfrute de su baño.
- Gracias Kye-Sook - dijo Soo-Won para deleitarse y meditar sobre la idea de casarse con Akane.
Desde niño se enamoró de esa niña pelirroja y quería casarse con ella. Se lo pidió a su padre, pero entonces se enteró de que los padres de ella la habían comprometido con el estúpido hijo de un general. Ahora se le presenta ese estúpido con un magnífico plan, con el que podrá tenerla de vuelta sin tener que hacer él nada.
Tras salir del baño, el ojiverde se vistió en sus aposentos y salió de estos, en dirección a la sala del trono. Se sentó en el gran sillón y mandó a que viniera a su presencia un hechicero de pueblo llano que era famoso en las cercanías del castillo Hiryuu. No tardó más de media hora en estar frente al rubio. De rodillas, con la cabeza gacha.
- ¿Qué desea de mi, su majestad? - preguntó el supuesto hechicero.
- ¿Son ciertos los rumores que corren sobre su persona? - preguntó el rey.
- Tantos rumores hay sobre mi persona, que no sé a que se refiere, mi rey - contestó el hombre.
- Dicen que es capaz de utilizar la magia -respondió Soo-Won.
- Entonces, no son ciertos en su totalidad - dijo el hombre, desilusionando al rubio - lo que yo hago son hipnotismos, que no son magia como tal. Lo que hago es jugar y controlar la mente de las personas a mi antojo - finalizó el hombre.
- Entonces lo que hace me es de gran utilidad - comentó el rey pensando - si me ayuda con lo que le pida, le prometo una vida acomodada hasta el fin de sus días.
- Su majestad, sus deseos son órdenes - contestó el hombre agachando de nuevo su cabeza - ¿Y para que requiere de mis servicios, su majestad?
- Venga conmigo, vamos a hablar del tema en un lugar más privado, dónde no podamos ser escuchados - dijo ahora Soo-Won, levantándose del trono y yendo hacia el "hechicero". Este se levantó cuando ya el rey estaba a su lado. El rubio lo guió a una de sus estancias privadas.
- Dentro de poco traeran al castillo a la que será mi esposa y reina de Kouka. El único inconveniente es que ella me odia y por ello requiero de sus servicios como "hechicero" - explicó el rey de Kouka.
- Su majestad, haré que la mujer de la que habláis solo os ame a vos - dijo el hombre convencido de ello.
Flashback
Soo-won iba al castillo Hiryuu para visitar a su prima Yona. Esa fue la excusa que le dijo a su padre para que lo llevara al castillo de su tío, el rey Il. Quería ir justo esos días, ya que la prima de Akane por parte de madre iría también y así podría verla. La llevaban con frecuencia porque tras la muerte de la reina, Yona tenía bajo el ánimo y su padre pensó que trayendo a una niña de su edad se distraería y se divertiría.
- ¡Soo-won has venido! - dijo alegre su prima para acercarse corriendo desde donde estaba para recibirlo con un cálido abrazo. Mientras abrazaba a su prima, observó a Akane que estaba sentada aún respetando una distancia entre ellos para que se saludaran. Al separarse, el niño corrió hacia Akane.
- Akane, que agradable sorpresa, me alegro de verte - saludó Soo-won a la pelirroja con una sonrisa de oreja a oreja. Yona notó la diferencia de saludo de su primo entre ella y su prima por lo que se molestó.
- Vaya, sólo falta Hak para estar al completo - comentó Akane. En ese momento, la puerta se volvió a abrir y allí estaba Hak.
- ¿¡Eres bruja, Akane!? - preguntó la inocente Yona. Todos rieron por la sorpresa de Yona.
- Está nevando fuera, ¿os apetece salir? - propuso el pequeño pelinegro.
- ¡Si, salgamos y juguemos! - dijo ahora Soo-Won tomando a las dos pelirrojas de las manos para llevarlas al jardín del castillo.
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La otra reencarnación [Akatsuki No Yona]
FanficLa leyenda del Rey Hiryuu era conocida por todo Kouka y Yona era la reencarnación del Dragón Rojo. Precisa de la ayuda de los dragones y va en su búsqueda. Los encuentra, pero sin esperarlo se tropezarán con una chica casi idéntica en apariencia a l...