6:30 AM. Emi logró despertarse temprano a pesar de dormirse tarde gracias a Damián, se vistió poniéndose su uniforme. Con mucho entusiasmo baja a la cocina y decide preparar el desayuno. Hizo algo simple, tostadas con mermelada, también café con leche. 7:00 AM. La mesa estaba servida, de paso Emi dejó un florero con rosas rojas, Silvia baja y al entrar a la cocina se alegra al ver al joven.
—Buenos días, Emi.
—Buenos días señora Blade.
—Se ve muy bien el desayuno.
—Gracias, es algo simple pero soy el nuevo empleado y quiero impresionarlos.
—Sos casi cómo de la familia, debo agradecerte lo de ayer.
—No fue nada, bueno desayune tranquila, subiré a llevarle su desayuno al señor Ricardo, el cual ya debió despertarse... Creo.
—No hay problema. Sube tranquilo. —Emanuel afirma y se va.
Emi llega a su habitación, Ricardo aún seguía dormido. El asistente deja la bandeja en la mesa de noche, toma una silla y se sienta al lado de la cama de Ricky. A los pocos minutos, el hombre empieza a despertar, al abrir los ojos ve a Emi con una alegre sonrisa.
— ¡Buenos días, señor Blade! —Ricardo grita del susto y le tira a Emi su almohada con todas sus fuerzas. La almohada le da en la cara a Emi y éste se cae para atrás sentado en la silla— ¡Estoy bien!
— ¡Cielos Emi, casi me matas de un susto!
—Buenos días para ti también Emi ¿Cómo dormiste? Yo muy bien, gracias. Creo que debe decir algo así, señor Blade ¿No cree?
— ¿Quién te crees, el presidente de la buena moral?
—Más o menos, le traje el desayuno. Está hecho especialmente para usted.
Emi toma la bandeja, Ricardo se acomoda en la cama para recibir el desayuno, al ver el contenido, sus ojos se abren cómo platos blancos ante lo servido.
— ¿Hiciste esto para mí?
—Sí, es especialmente para usted. —Le pone la bandeja y Ricardo la mira.
— ¿Para mí, acaso le pusiste veneno? —Dijo Ricky de manera seca, Emi se ríe.
—Que gracioso es, señor. Muy bien, consuma su desayuno antes de que se enfríe.
—... Gracias.
La bandeja tenía dos mini floreros, uno llevaba una rosa roja, el otro un hermoso jazmín, el aroma de ambas era exquisito. Había un pequeño plato con mermelada, una taza de café, un vaso con jugo de naranja exprimido, unas galletas. Pero lo que más le llamó la atención a Ricardo, fue ver las tostadas con forma de corazón, estaban con un poco de manteca. El mayor toma de manera sería una de ellas y mira a Emi, quien que lo miraba contento.
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No Soy Quien Crees
RandomEmanuel Evangeline es un inocente policía de trabajos encubiertos, el cual debe custodiar a la última víctima de una red de prostitución. Para lograrlo se infiltrara en una empresa que es la que aparentemente maneja ésta trata. Lo que Emi no espera...