La misteriosa personade negro y su rival se miraron cara a cara. Joel tenía elpulso muy acelerado. Sólo podía ver y cuidar a la joven si quien estaba delotro lado fallaba. El pelado sonrío de manera picara, se lamió los labios ycomenzó a disparar al motoquero de cuero negro. El asesino se seguíasorprendiendo, su rival era muy ágil, una rapidez asombrosa que era de admirar.Como si pudiera predecir sus movimientos, así que guardo su arma en el cinturónde su traje, se puso a aplaudir. Esa batalla le daba más bien morbo, casisiempre en todas sus misiones mataba directamente, ésta vez era diferente.
—Increíble ¡Bravo! Me impresionas, sigue en pie mi oferta, sería una pena matarte, vamos, sólo di si —Su rival se ríe y aplaude, al escuchar su voz era difícil saber su sexo— No entiendo ¿Qué es tan gracioso?
—Te propongo algo, agrega a tu oferta entregarte a la ley y podría pensarlo.
—Sabes que eso es imposible.
—Triste, sería una pena matarte.
Enfurecido, el pelado corre hacia su rival, llevándose al motoquero contra la pared. De ahí comienzan a pelear mano a mano. El asesino ésta vez se encontraba asustado, ya que su contendiente golpeó en zonas muy sensibles y dolorosas. Tenía dolores y fuertes molestias, así que sacó su arma. Empezó a disparar pero ahora estaba fallando, comenzó a sudar. Se puso nuevamente a disparar pero se quedó sin balas. El moquero sacó una pistola y apoyó la punta en su frente, ahora los papeles se habían dado vuelta, había ido a matar a Alexandra pero era él quien se convirtió en la presa.
—Te lo preguntaré bien ¿Quién te mandó, por qué querés matar a la chica?
—Yo... no te lo diré.
—Última oportunidad ¿Quién te mandó? Si me lo dices, tal vez acepte tu recompensa y me encargaré que ellos no te encuentren.
—... dispara, nadie puede ayudarme.
—Yo sí.
El pelado sujeto con sus manos la mano que sujetaba el arma. Sus dedos presionaron el del rival y el arma se disparó. El oficial desesperado se agachó, tomó la cabeza del riquísimo pelón para ver si se podía hacer algo. Fue en vano, ya estaba muerto. Así que con su mano cerró los ojos del asesino. Se escuchan más aplausos, era el comisario quien había llegado por las escaleras ya que el ascensor estaba ocupado. Felicita a la nueva incorporación. Saca su radio comunicador y pide refuerzos. Sin embargo el motoquero se sentía mal, primero porque hacía un muy buen tiempo que un hombre sexy no le coqueteaba.
Segundo porque sintió preocupación y empatía al verlo con tanto miedo. Así que de inmediato comenzó a buscar en sus bolsillos algún celular o documento que les de alguna pista sobre quien lo mandó. Sin embargo la billetera tenía una identificación falsa, algunos dólares y la foto de una bebé. Mientras que el celular sólo indicaba llamados de un numero privado y no tenía números agendados. Al poco tiempo a través del ascensor llegan 4 óficiales con una camilla, se llevan el cuerpo. El rival que quedó de pie quitó los muebles, así que Joel finalmente pudo salir de su encierro.
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No Soy Quien Crees
RandomEmanuel Evangeline es un inocente policía de trabajos encubiertos, el cual debe custodiar a la última víctima de una red de prostitución. Para lograrlo se infiltrara en una empresa que es la que aparentemente maneja ésta trata. Lo que Emi no espera...