5. M.R: Máscaras Reveladas

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  Matías y Emanuel fueron los últimos en entrar a la sala de reuniones. La mesa era rectangular, de cristal. En una de las cabeceras se encontraba Guido de pie, se pone alegre al ver a Matías muy feliz, no lo había visto así desde hace un buen tiempo, la esposa del hombre había fallecido en el parto de los gemelos, de en ese entonces Mati vivía muy melancólico. Silvia, Ricardo y Kisara se encontraban sentados a la izquierda de Guido. Sólo estaban disponibles los dos lugares que estaban a la derecha de Guido. Los demás comienzan a poner laptops entre otros documentos sobre la mesa.

 —No reconozco a la gente acá sentada. —Dijo Matías mirando a los presentes.

 —Qué raro, sos de la empresa, deberías conocerlos. —Dijo Emanuel sonriéndole.

 Ricardo miraba la conversación entre los dos hombres, entonces hizo algo llamativo. Las sillas tenían ruedas, se levantó y movió a Kisara al lado de Silvia. Después tomó a una joven y la cambió de lugar con Emi, a Matías no le gustó ver eso. Matías ahora estaba sentado al lado de una desconocida que se le notaba sentir algún interés en el hombre. Al lado de Kisara se sentó Ricardo, mientras que Emi estaba al lado de éste.

 Los presentes habían visto lo sucedido pero no le prestaron atención, Emanuel estaba molesto. Guido sorprendido, Ricardo enojado y Kisara algo incomoda. Guido inicia la reunión, donde se descubre que las personas presentes, son espías que de cada tanto miraban si hay informantes de empresas rivales. Esta vez no encontraron nada pero a Emi le parecía raro que no fue informado por la policía de eso.

 Aclarado lo de los espías. Se pasa a un nuevo tema, sobre cómo obtener nuevos accionistas, inversores y proyectos para la empresa. La mujer que estaba con Matías, apagó la luz y comenzó a mostrar un power point de su idea. Todos miraban atentos la idea de la mujer, excepto Matías. Él miraba sonriendo a Emi, para él, ese pequeño ángel era lo único que merecía toda su atención. La proyección termina y Guido decreta que la idea de la mujer era buena, se pone a votación, Matías era el primero que debía votar.

 —Votaré lo que Emi decida. —Emi se sonroja al escuchar eso.

 —Matías, Emi es mi asistente, el que tiene voto soy yo.

 —Ricardo, sabes las reglas, a la hora de votar, vota cada persona presente en la sala, tu asistente nos acompaña, por ende puede votar ¿Cuál es tu voto Emi? —Preguntó Guido.

 —Yo... Voto que sí, me parece un muy buen proyecto.

 —Entonces también voto por el sí. —Dijo Matías mirando directamente a Emi.

 Sólo un hombre votó por el no. Por mayoría gana el proyecto de la empresaria, quien entrega a cada uno una copia del mismo para vean que ir haciendo. Durante dos horas se tratan diferentes asuntos, después Guido da una hora para ir a comer algo. Los presentes se levantan y van guardando sus cosas. Matías muy alegre va con Emi y antes de que le pueda hablar, Ricardo da una orden.

 —Kisara, Emanuel, vengan conmigo... Ahora.

 — ¡Pero! —Interrumpe Matías.

 — ¡Dije que vienen conmigo, ahora! —Ricardo le había gritado a Matías, de manera seria toma de las muñecas a los mencionados y salen de la sala. Matías estaba furioso, esa era su oportunidad de comer con Emanuel, Guido se le acerca.

 —Paciencia, él es así a veces, pero es un buen hombre.

 — ¿Buen hombre? Papá, no estoy para chistes, si me disculpas, debo ir a seguir y rescatar a alguien de tu sobrino.

 Matías da un abrazo a su padre y se retira. Ricardo caminaba rápido jalando a Kisara y Emi. Llegan a una puerta, Ricky la patea, ésta se abre. Ricardo mete a sus seguidores allí y cierra la puerta. Era un baño para discapacitados. Ricky empieza a lavarse las manos, Kisara se sienta en el inodoro y saca su espejo para mirarse. Emi suspira y de brazos cruzados se apoya en la pared.

No Soy Quien CreesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora