¿Qué haces aquí?
Tendría que ser yo quien haga esa pregunta, ¿no crees?
Quizás.
Vete, Billy.
No recorrí medio mundo para oír esa frase.
Me da igual. No quiero hablar contigo.
¿Hice algo malo?
Para empezar, venir hasta mi casa.
¿Entonces dices que preocuparme por la única persona a la que le interesé por mi forma tan estúpida de ser está mal?
Dicho de esa forma, tiene cierta lógica.
No para mí.
Billy...
Venga, Ellie. ¿Qué te ocurre?
Nada.
Hace unas semanas no estabas así. ¿En dónde está la loca que me perseguía para hablar sobre cualquier cosa?
Nunca te perseguí.
Lo sé, pero eso da igual. El caso es que hablábamos. Y sonreías. ¿Entiendes? Sonreías. No llorabas.
No tienes idea...
Por el amor de Dios, Ellie. No soy tan idiota. Sé que algo malo te ocurre y vine hasta aquí para saberlo. Bah, no, también para acompañarte. Lo que prefieras.
Si mi madre te ve aquí, te matará.
Y de todas formas no conseguiría hacer que me vaya hasta saber por qué la Ellie que recuerdo ahora está llorando.
¿Qué mosca te picó? El Billy al que "perseguía" no era... así.
La Ellie que me "perseguía" tampoco.
Supongo que intercambiamos los roles.
Debe ser eso.
Oye, Billy, hablo en serio. Tienes que irte ahora mismo.
¿Y dejarte sola? Ni hablar.
No seas imbécil, Billy. Vete. Ahora.
No.
Si tienes un poco de cerebro, lo utilizarás para razonar e irte.
Vaya, este cambio de roles si que es fuerte.
¡Billy!
Estoy aprendiendo mi lección. No volveré a ignorar a nadie.
¡Vete!
Pero, ¿qué ocurre?
Mañana te lo diré. Te lo prometo, pero tienes que irte ahora.
Está bien.
Gracias. Y lo siento.
¿Te veo mañana?
Claro, como siempre.
