Epílogo.

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Estaba con Gerardo y Elizabeth, los tres nos habíamos escondido en la profundidad del bosque.
Mi hija no había dicho ninguna palabra desde hace tiempo, no preguntaba nada, parecía desconectada de éste mundo...

-La policía ya se fue, tenemos que irnos.- habló el ojiverde.

-Lo sé.-

Una vez que salimos del bosque, nos dirigimos a un apartamento que Gerardo compró y rara vez usaba.
Entramos al lugar, necesitábamos cosas.

Elizabeth encendió la televisión y se tranquilizó unos momentos, yo busqué unas tijeras, cuando las encontré me encerré en el baño con ellas.

Acaricié mi pelo mientras miraba fijamente el espejo que se encontraba frente a mí.
Acerqué las tijeras a mi cabello y lo corté arriba de los hombros, abrí la mochila que traía conmigo y saqué un cambio de ropa, eran jeans, tenis y una blusa cualquiera, me puse una sudadera gris, revolví mi cabello y salí del cuarto.

Traté de cambiar mi aspecto lo más que pude, realmente me veía diferente, parecía otra mujer y eso es lo que buscas si quieres que la policía no te reconozca...

Gerardo apareció con una maleta llena de ropa, con una seña me indicó que era tiempo de irse.

Tomé a Elizabeth de la mano y caminos apresuradamente hasta un auto diferente.

-¿A dónde iremos?- pregunté luego de un rato.

-Saldremos de la ciudad, te daré dinero y podremos tomar caminos separados si es lo que deseas.-

-Me parece bien, gracias.- respondí.

Miré a los asientos traseros, mi pelirroja se había dormido otra vez.

-¿No crees que mi hija está rara?- dije.

-Sí... se ve extraña, supongo que es por todo lo que ha pasado.-

Suspiré y miré por la ventana.
-Espero que sea eso.-

Gerardo condujo durante horas, no nos topamos con la policía porque los habíamos evitado siguiendo otras rutas.

El cielo estaba cubierto de nubes, las cuales estaban bañadas en un gris muy oscuro, minutos después, la lluvia comenzó a caer, empapando todo a su paso, era una tormenta fuerte, yo mantenía mi cabeza recargada en la ventana mientras observaba las gotas caer sobre ésta.

Decidimos parar, Gerardo necesitaba descansar por lo que nos dirigimos a un hotel, la recepcionista no nos miró sospechosamente, eso quería decir que no éramos buscados a un alto nivel.

Yo me quedé en una habitación con Elizabeth y Gerardo solo, en otra.

Estaba recostada en la cama con mi hija, peinaba su cabello con los dedos mientras le susurraba una canción que siempre la calmaba, ella aún se veía alterada, y movía demasiado sus extremidades.

El cansancio estaba terminando conmigo, mis ojos estaban a punto de cerrarse, pero una pregunta repentina por parte de Elizabeth hizo que reaccionara de golpe.

"¿Dónde está papá?"

¿Cómo debía responder a eso...?

Hice mi mayor esfuerzo por no llorar, trataba de que las palabras salieran de mi boca pero no lo conseguía, Elizabeth me miraba esperando una respuesta.

-Él... bueno, le ofrecieron un trabajo en otro lugar y tuvo que irse.- dije y forcé una sonrisa.

Ella asintió lentamente, como si estuviera procesando la mentira que acababa de inventarle.

Mommy, Devil Is Real (2da Temporada De Ayúdenme)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora