Epílogo

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El vestido es tan pomposo que debo sentarme en un escalón para poder quitarme los tacones, porque ni de broma voy a subir todas las escaleras con semejantes zapatos.

Los dejo en el suelo, ya que necesito las manos para levantar la falda del vestido. Llego a la puerta de la azotea, y respiro profundamente antes de abrirla. Eric está sentado en el bordillo, con el traje todavía puesto.

Me acerco sigilosamente por su espalda, pero antes de que ponga mi mano en su hombro él se gira.

-Hola. - sonríe.

-Hola.- digo en voz baja.

Es estúpido que me comporte con timidez ahora, pero no lo puedo evitar. Eric me pone nerviosa, y mucho más ahora que somos oficialmente marido y mujer.

Mi marido (que bien suena) se baja del bordillo y da dos cortos pasos hasta quedar frente a mí. Me mira de arriba abajo, con la misma mirada que hace unas horas antes de dar el "sí, quiero".

-Es hermoso.-comento alisando la falda con mis manos.

-Tú haces que sea hermoso.

Me sonrojo tanto por su comentario como por el tono en el que lo a dicho. Ríe dulcemente y, como tantas veces en los últimos días, me alza para besarme profundamente.

Narra Eric

Alex entreabre sus labios para dar paso a mi lengua, con gusto aceptaría, pero en otro momento. Tengo algo mejor planeado para esta noche. Ella se queja cuando me separo, y yo me rio por ello.

-Deja de reírte de mí.- dice como una niña pequeña.

-Es que eres muy graciosa.- doy un toque en su nariz, ella hace un mohín.

-No pretendo serlo.

-¿Tampoco pretendes encenderme de esta manera? - le guiño un ojo.

-No tanto como tú a mí. - responde decidida.

-Te llevaré al cuarto en brazos para poner a prueba esa teoría, pero antes quiero hacer algo. -levanta las cejas y dibuja una media sonrisa- No seas pervertida, no es lo que piensas.

-No he dicho lo que pienso.

-Me lo imagino.

-Oh, ya te digo yo que no.

Reímos. La llevo de la mano hasta el lugar donde está la tirolina.

-¿Te apetece un precioso viaje por los aires con tu recién estrenado marido?

-¿Qué? ¿Los dos juntos?- pregunta con temor.

-Sí. ¿Por qué no?

-No aguantará el peso de los dos, y menos ahora. - pone sus manos en su vientre, que sigue con el mismo tamaño que siempre.

-Vamos, solo tienes un mes de embarazo, no pasará nada. - le ofrezco mi mano para ayudarla a subir.

-Seis semanas.- corrige. - No lo tengo muy claro.

-¿Qué a pasado con tu espíritu Osado?¿Es que el pequeñín lo a absorbido? -me burlo, aunque coge mi mano.

-Será chica, lo presiento. - sube al bordillo y me mira -¿Cómo nos subimos?

-Yo abajo.

Me coloco en la posición correcta, solo que boca arriba. Con dificultad Alex se tiende sobre mí. Pesa, pero es soportable. Nuestras caras están casi pegadas, así que aprovecho y la beso.

-¿Lista?

-Desde que nací.

-Esa es mi chica.

Doy una patada al bordillo para impulsarnos, y salimos disparados. Alex no para de gritar, y yo hago lo mismo.

-¡Esto es alucinante!- ríe.

Asiento gritando. Todo es perfecto, todo va bien. Hasta que el vestido de Alex, movido por el viento, se engancha en uno de los mecanismos. La tirolina no se detiene, pero saltan chispas.

Alex se mueve intentando deshacer el desastre, pero no llega. No paro de decirle que se esté quieta o nos caeremos, pero no me hace caso.

-¡Eric está tirando de mí!- llora.

A medida que la tirolina abanza el mecanismo tira del vestido, arrasando a Alex hacia abajo. Quiero reincorporarme y ayudarla, pero si hago eso caeremos los dos.

-¡Agarrarte a mi mano!- alargo el brazo todo lo que puedo, pero ella está práctica colgando boca abajo.

-¡Eric, el muro!- grita sollozando.

Giro la cabeza en un rápido movimiento, nos quedan segundos para estrellarnos contra la pared, y Alex cada vez está más lejos.

-¡Tira del freno!- grita- ¡Tira del maldito freno!

-¡Si me inclino caerás!

-¡Y si no lo haces los dos nos estrellaremos! - intento pensar rápido en otra solución, pero no hay tiempo.-¡Hazlo o me soltaré!

Como un acto reflejo me lanzo hacia adelante-que en realidad es la parte trasera de la tirolina- y tiro de la palanca todo lo fuerte que puedo.

El peso de Alex nos arrastra a los dos, quedando ambos colgando boca abajo. Pero la tirolina ya se a detenido, a menos de medio metro de la pared. A Alex la sostiene el vestido enganchado en el mecanismo y a mí la cinta enredada en mi pie. Esto es tener suerte y lo demás son tonterías.

-Dios mío.

Las lágrimas de Alex se transforman en risas nerviosas, y cuando se da cuenta de que hemos quedado cara a cara, los dos boca abajo, y que damos una imagen muy divertida, ríe de verdad.

-¡Eh, chicos! ¡Voy a por ayuda!- grita Cuatro desde el suelo. Esa era mi segunda sorpresa: Cuatro esperando al final del trayecto con Aiden.

Me uno a sus risas, intentando no pensar en que podemos caer en cualquier momento si Cuatro no se da prisa. Aunque pensado de otra forma, no sería una mala manera de morir: con ella a mi lado.

No sabéis lo que me a costado escribir un final donde ninguno de los dos muere :(. Pero soy buena persona y los dejo vivos.

Muchísimas gracias por leer, comentar y votar. Y gracias de todos modos a quienes leen pero no votan o comenta.

No diré no creo que haya otra temporada, xq lo mismo dije con la anterior y mirar.

Y pues nada, diría que eso es todo.

GRAAACIAAS!!!!

GRAAACIAAS!!!!

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