Entrelazados ~

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Espero el fuerte golpe que se avecinaba tras la caida, pero nada sucedio, sintio como una mano le anclaba con fuerza, volvio la mirada y ahi se encontro con aquellos ojos de un azul artificial mirandole sin comprender lo que hacia, como si cualquier palabra que utilizara no tuviera justificacion alguna. Sin ganas de discutir dejo que le subiera como si fuese una muñeca de trapo, su mirada estaba perdida y seguia sin comprender como habia terminado encontrandose a ese hombre, esperaba una reprienda dura sobre madurez y responsabilidad tal como las que solia darle su padre en ocasiones, fue por eso que le sorprendio cuando el mas alto le acogio entre sus brazos con fuerza, cuando acaricio su cabello y repetia una y otra vez que estaba bien... que se alegraba de haber llegado a tiempo, unas lagrimas recorrieron sus mejillas y por primera vez en largo tiempo se solto a llorar como una niña, correspondio al abrazo con la misma intensidad y se perdio en la calidez que le era otorgada, una calidez que habia buscado con desesperacion y solo ahora que estaba deshecha alguien le proporcionaba sin pedir nada a cambio.

Habia algo claro en todo esto, y es que ese hombre estaba poniendo su mundo de cabeza, era tan extraño el poder sentirse a cómoda con un desconocido que parecia poder ver a través de sus ojos todos los secretos que escondia, por eso cuando el mas alto le dijo que la llevaria a su casa se quedo parada como una tonta pensando en como rechazarlo. 

-Ven conmigo a mi casa, necesitas cambiar tu ropa y darte una ducha.

-Yo... no creo que... sea buena idea. 

- Lo que no es buena idea es que sigas vagando por la ciudad con este clima.- ella sabia que el pelirosa no solo se referia al clima, habia algo más, algo que obligaba al mas alto a retenerle a su lado. - asi que vamos, mañana te llevaré a casa.

Sin oponer resistencia asintió ante las palabras del mayor y tomó la mano de este por mero acto reflejo, cuando se dio cuenta de su acción inmediatamente penso en soltarle pero el entrelazo sus dedos y le dio un ligero apretón antes de mirarle por unos segundos y sonreirle tímidamente, aquello le descoloco, ¿Cómo podia un gesto tan sencillo hacerla sentirse tan cómoda, tan protegida? ¿Cómo podía explicar las sensaciones que estaba experimentando en aquel momento? No se detuvo a pensar en la respuesta a esa y otras preguntas que se formaban en su cabeza, solo camino al lado de aquella persona que le acompañaba, experimentando algo que tiempo atras no podia, ese sentimiento llamado felicidad.

Cuando llegaron a casa se quedo parada en la entrada sin saber muy bien que hacer, lo primero que paso por su cabeza fue dar media vuelta e irse pero una extraña fuerza le retuvo y termino por desatar las agujetas de sus tenis, los dejo de lado, se quito los calcetines y esta vez miró a su alrededor, era una casa bellisima, se sentia tan cálida pero tambien solitaria, aunque esto segundo era apenas perceptible. Escucho unos pasos acercandose hacia ella  sacandola de su ensoñación, por un momento se habia olvidado de aquel joven, ni siquiera notó en cuanto este se  separaro de su lado, ahora le tendía una toalla, lo observo apenas de reojo para darse cuenta de que el cabello del mas alto ya no iba recogido en una coleta, ahora estaba suelto fue ahi cuando pudo notar cuan largo era, por debajo de la mitad de su espalda, incluso mas largo que el suyo, y por lo que apreciaba estaba mil veces mas cuidado, como el de una muñeca. Tomó la toalla y le miró un poco perdida sin saber muy bien que decirle.

- ¿No sabes como secar tu cabello? - dijo él medio en broma, mientras la mas baja calvaba la mirada en el suelo.

- Claro que se como hacerlo, es solo que... temo mojar el piso - mintió, mientras su voz se iba apagando por cada palabra dicha y el otro solo pudo reir, esa risa inundo el lugar, le parecio tan contagiosa, tan cristalina, tan genuina.

- Es solo un poco de agua, el suelo puede sobrevivir - cuando el pelirrosa le tendio la mano, por un momento penso en rechazar la invitación, pero por alguna extraña razón no lo hizo, se sentia segura en ese lugar y tampoco queria ser grosera con su anfitrión.

- Disculpa por la intromisión -musito quedamente antes de tomar la mano de Koichi y dar el primer paso en aquel sitio que para ella era desconocido.

Despues de una ducha caliente y un poco de ropa limpia que el otro le proporciono y de inmediato se pudo percatar que pertenecia a este, tenia un aroma tan particular, a jabón de lavandería mezclado con algo ligeramente dulzon, sonrió de medio lado antes de sentarse en el sofa que estaba frente al televisor

De pronto se sobresalto cuando Mokuro le olfateo, la naricilla húmeda del felino le saco de ese estado aletargado en el cual parecia llevar minutos. Con su diestra acaricio el pelaje naranja con blanco que poseia el animal y sonrió en cuanto este tomó la confianza de acurrucarse en sus piernas.

-oh vaya - murmuró el otro entre dientes al ver aquella escena, ahora poniendo demasiada atención ella se veia tan desprotegida y solitaria, ¿Cómo es que nunca lo había notado?. Caminó hasta ellos sin hacer mucho ruido, entre sus manos llevaba una charolilla con dos vasos humeantes de te y unos cuantos pastelillos que esperaba le gustasen a la menor. - Mokuro parece muy a gusto contigo.

- Yo... tenía un gato antes pero mi madre se deshizo de él, dijo que era lo mejor - suspiro pesadamente sin dejar de acariciar al minino, incluso mordio levemente su labio inferior - pero parece que el universo conspira en su contra, por que los gatos callejeros van muy a menudo a casa.

- Eso explicaría por que se acerco a ti, es muy tímido, no siempre se acerca a los desconocidos - dejo la charola en la mesita de centro antes de sentarse al lado de la joven y mirarle con mas atención de la necesaria, la ropa que llevaba puesta era una de sus tantas pijamas, pantalones holgados al igual que la playera lo cual para alguien tan pequeña como ella acentuaba aun mas ese rasgo. -Toma... - dijo con ese tono nervioso que le caracterizaba mientras le tendia uno de los vasos con te que pronto fue recibido por la menor.

- Entonces es verdad, el se parece a ti - los ojos color almendra del otro le miraron sin comprender sus palabras, a veces le parecia el hombre mas inocente del mundo - me refiero a que ambos son tímidos pero... parecen sentirse a gusto conmigo. - ante ese comentario las mejillas del bajista se tiñeron de un precioso carmín.

- N-o, no entiendo por que lo dices... - su voz temblo un poco, ahora que caia en cuenta de muchas cosas no sabía como manejarlas, sobre todo por que solía actuar impulsivamente, por eso aquella chica estaba sentada en su sofá acariciando a su mascota. - será mejor que tomes el te y vayas a dormir... debes estar cansada - despues de eso dio un pequeño sorbo a su vaso olvidando que el contenido del mismo estaba demasiado caliente.

- ¿Estas bien? - sus miradas se cruzaron por un instante, decian tanto a través de sus ojos y a la vez nada. La mas baja dejo de lado su vaso y al minino para acercarse al pelirosa, con su diestra acarició la mejilla de este y antes de que pudiera darse cuenta ya había acortado la distancia entre ambos, su mirada estaba fija en los labios del otro, fue cuando un estruendo le saco de su ensoñamiento y abrazó con fuerza a su acompañante.

- Calma... solo fue un trueno- le dijo tranquilizadoramente el joven mientras la estrechaba entre sus brazos, pronto quedaron a oscuras gracias a que la tormenta que minutos antes parecia detenerse ahora tomaba mas fuerza, y asi en la oscuridad dos corazones latian aceleradamente por una razón a la que ninguno queria poner nombre.

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2017 ⏰

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Rainy Days ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora