Alister in Wonderworld

Ojos del bosque

El viento golpeaba raudo el rostro de Alister. Cada vez veía las copas de los árboles más cercas e imaginaba que se quedaría insertado en una de ellas antes de tocar suelo. 

Una superficie plana en el suelo con distinta textura le hizo darse cuenta dónde caería. La extensión de agua se abría paso frente a los ojos de Alister. Era un gran estanque rodeado de árboles de dimensiones colosales. A diferencia de la caída que había tenido con anterioridad, esa había sido mucho más rápida y menos terrorífica (en lo que cabe decir). No se dio cuenta antes por haber estado cayendo, pero una vez que el agua aliviano su descenso al fondo comprobó que su cabeza había dejado de doler. Tenía los ojos abiertos y, para su sorpresa, podía ver con claridad debajo del agua.

"Morir ahogado sin duda es horrible, tienes suerte de haber caído ahí"

Una risa exagerada resonó en su cabeza, la voz no había sido la misma que había estado escuchando con anterioridad. Era más aguda y en cada palabra se podía percibir un poco de sarcasmo acompañado de un tono de burla.

Dejando de lado el comentario, Alister observó a su alrededor para ver cuál era su situación. La vista bajo el agua era realmente colorida y estaba llena de figuras irregulares de múltiples colores. Una especie de planta marina, bastante larga con un chillante color amarillo y rayas violetas, rodeó el cuerpo de Alister impidiéndole el escape. La planta se alargaba y retorcía cada vez que él trataba de alejarse, enredándose en sus piernas y brazos cada vez más, hasta que por fin logró inmovilizarlo por completo, cuando él dejó de luchar, la planta dejó de moverse. Trató de pedir ayuda, pero en lugar de salir palabras de su boca, salieron burbujas que rápidamente subieron a la superficie. 

Viendo como las burbujas se alejaban, Alister se dio cuenta que durante el largo rato que había estado bajo el agua no había sentido necesidad de salir por aire para poder respirar, como si su cuerpo hubiera dejado de ocupar aire para vivir. Pero que no necesitara salir por aire no significaba que se quedaría ahí hasta que alguna criatura gigante la devorara. Los animales bajo el agua eran, inesperadamente, tan grandes como Alister. Algunos peces incluso le doblaban el tamaño.

«Es imposible que los peces puedan ser tan grandes, tal vez me encogí al tomar esa cosa del cuarto» bromeó en su mente; pensar que se había encogido al tomar ese líquido le dio gracia. Aunque la mano que se sumergió sin aviso dentro de el agua le decía que su pensamiento no había sido tan absurdo como le había parecido.

Aquella mano era lo suficientemente grande como para tomar a Alister de la misma manera que un niño recoge a un escarabajo. Ella lo separó con una velocidad aterradora del atrape de la planta y lo sacó del agua con algo de brusquedad.

Los ojos le escocieron al sentir el aire directo. El frío recorrió su cuerpo y casi por inercia comenzó a toser y escupir el agua que había estado tragando. Su cuerpo se contrajo un poco cuando el aire inundó de nuevo sus pulmones, después de haber sacado toda el agua que los habían estado llenando tan naturalmente.

—¿Estás bien? 

Alister siguió el brazo de la mano que lo sostenía en el aire hasta ver a quién le pertenecía. Un chico castaño con grandes ojos amarillos; tenía el cabello algo largo y un mecho del color de sus ojos en él. Su voz era un poco aguda y, a simple vista, no parecía tener más de quince años. Si Alister hubiera tenido su estatura normal, le ganaría por unos seis centímetros—. ¿No te lastimaste?

—Estoy bien, gracias—murmuró. Temió que por lo bajo el chico no lo hubiera escuchado, pero de alguna forma éste pareció entenderle.

Dejó a Alister sobre el suelo con delicadeza para luego sentarse a su lado mientras suspiraba aliviado. Al verlo de cerca Alister pudo notar un par de orejas redondas sobre su cabeza, eran muy similares a las de los ratones e incluso una cola alargada y delgada cola asomaba por su espalda. Por más que Alister las viera, no había duda de que tanto la cola como las orejas eran reales.