El juego del gato y el ratón

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—Vine a sacarte de aquí —habló el Sombrerero mientras abría la puerta de la celda—. Tómalo como un regalo de disculpas.

El rostro de Alister se iluminó por completo al ver que Nithan en verdad había ido a sacarlo de ahí. Para que ese tipo de cosas pasaran, en verdad se trataba de un sueño. En una situación normal jamás hubiera pensado que en realidad volvería sólo para sacarlo del problema en el que se había metido. Aunque no era de extrañar porque en un sueño no podía existir tal cosa como una situación normal.

—¿Disculpas?

—Sí, te encerraron por mi culpa. Aunque de cierta forma fue por tu culpa, ya que te perdiste —reclamó mientras lo ayudaba a salir de la celda—. Por favor, esta vez, trata de no perderme de vista. Si vuelven a arrestarte no habrá mucho que pueda hacer.

Antes de que Alister pudiera objetar, Nithan lo arrastró escaleras arriba.

Cruzaron distintas puertas y cada cierto tiempo, el Sombrerero se detenía para comprobar que no se escuchaban guardias en las cercanías. No dio ninguna aclaración sobre cómo fue que logró burlar a los guardias, en especial a Jake, pero ese detalle era nimio para la situación. Primero debían de salir.

—¿Cómo es que sabes a dónde nos dirigimos? —a pesar de que la pregunta no tenía importancia, Alister quería calmar un poco la tensión.

Ambos corrían por el gran laberinto de corredores como si supieran con exactitud cuál era el camino correcto, obviamente que el Sombrerero si sabía cuál era. Aunque por las vueltas repentinas y medidas para evitar chocarse con los guardias, la posibilidad de que terminaran atrapados en un cuarto sin salida no dejaba de estar latiente.

—Bueno, no es mi primera vez entrando a este castillo o escapando de las celdas de éste así que, puedo decir que me sé bastantes rutas de memoria —sonrió mientras continuaba caminando sin frenarse. Sólo se detenía cuando pensaba que Alister se quedaba muy atrás. Quedaba claro de que no tenía la intención de dejar que se volvieran a separar por culpa de haberse adelantado de más.

Caminaron por distintos corredores y entraron a distintas puertas. cada vez que Alister creía reconocer el lugar por el que iban terminaban dando una vuelta que lo volvía a desorientar por completo. Sentía que no había caminado ni por la mitad de pasillos por los que habían pasado.

«No presté atención a los caminos que tomaba, ¿qué esperaba?», se reclamó «Aun si descubro que estuve cerca de salir, ¿de qué me va a servir eso ahora?». Podía jurar que, si en lugar de girar a la derecha hubieran girado a la izquierda, estarían ahora en el cuarto en el que estaban las pinturas donde él y su hermana salían.

El lado bueno de ser guiado por el Sombrerero era que su único trabajo era seguirlo. No debía preocuparse de si venían guardias o si se habían extraviado, por fin podía apreciar el interior del castillo y de los lugares que cruzaban sin un objetivo en particular. Una tarea relajada y sencilla hecha más por gusto que por deber.

—Alister, lo siento —Nithan se disculpó de repente a la vez que dejaba de caminar.

El lugar donde estaban ahora, si no lo estaba confundiendo, no estaba lejos del lugar por el que habían entrado; o al menos por el que Alister había entrado, las posibilidades de que el Sombrerero hubiera entrado por ahí también eran un tanto bajas.

—¿Por qué te disculpas?

Nithan, en lugar de contestar, levantó ambos brazos como si alguien le estuviera apuntando con un arma. Hizo una señal de invitación para que Alister imitara esa acción. No dio explicaciones, aunque apenas ambos estuvieron así, un par de pasos se escucharon cercas de ellos.

Una silueta conocida hizo presencia frente a ambos hombres. El cabello rubio y la sonrisa de superioridad y satisfacción hicieron que el corazón de Alister diera un vuelco. Dejó de respirar unos segundos, sintiendo como era rodeado por un aura espeluznante, aunque Jake no parecía particularmente enojado por encontrarlo fuera de la celda.

—Enserio, ¿me tomaban por idiota? —preguntó sin borrar esa sonrisa victoriosa de su rostro. En verdad parecía estar orgulloso por haberlos atrapado a ambos—. Aunque admito que el juego del gato y el ratón me estaba divirtiendo bastante.

—¿Juego del gato y el ratón? —Alister no entendía a lo que se refería.

—Sí. El gato deja que el ratón escape para atraparlo. Juega un poco con él y le da esa falsa sensación de esperanza, de que está por librarse del problema, para después volverlo a atrapar y devorarlo de un bocado —le explicó Jake mientras le apuntaba con la punta de su espada al cuello.

No entendía por qué el Sombrerero no hacía algo para huir. Se veía lejos de oponerse al hecho de ser atrapados y, posiblemente, encarcelados. Aunque tal vez no hacía nada porque sabía que la mejor opción era ser atrapados, o porque simplemente no había nada que pudiera hacer.

Alister no se había percatado de que Jake los seguía de cerca, así que tal vez estaban rodeados desde hace mucho y él era el único sin darse cuenta. Eso podía explicar por qué habían pasado tanto tiempo sin ver a tan sólo un guardia.

—Pero en ese juego, si el gato no es lo suficiente hábil, el ratón en verdad puede terminar escapando, dejando hambriento al gato —el tono de voz de Nithan era tan parsimonioso como siempre; incluso cuando ahora era a él a quien Jake le apuntaba con el filo de su espada.

—Yo soy un gato muy hábil, y sé discernir con qué ratones se puede jugar, y con cuáles no.

—A veces olvido la calidad de los guardias que hay aquí —comentó Nithan, con un dejo encantador en su voz.

—Tus halagos hacia mi persona no cambiarán tu situación —aclaró mientras hacía una especie de seña con su mano libre—, pero siempre son bien recibidos.

Un par de guardias salieron de la nada y se posicionaron con lanzas a ambos lados de los ahora detenidos. Eran como una especie de refuerzo para que no intentaran escapar, aunque con la gran habilidad que parecía poseer Jake, Alister no lo veía necesario. Tal vez el trabajo de esos guardias sólo era hacer la apariencia de que incluso Jake necesitaba ayuda, por más lejos que pareciese eso de ser verdad.

—Para su suerte, y la de los pobres guardias que han corrido de un lado a otro como ganado, no los volveré a llevar a las celdas —Jake suspiró, parecía que ni siquiera se había percatado de que ahora tenía quienes lo ayudaran. Aunque tal vez era esa la apariencia que quería dar—. No puedo creer que cien guardias no hayan podido con ninguno de tus compañeros, Sombrerero, ¡en verdad que entrenas bien a tu gente!

—Ellos hacen lo que pueden, aunque no te sientas mal, a final de cuentas yo no fui lo suficiente para ti, te aseguro que ellos no son mejores que yo.

—Hum... parece que conoces demasiado bien las habilidades de tu gente.

—¿Qué esperabas? ¿Podría llamarme "líder" si no lo hiciera?.

La respuesta pareció complacer a Jake, por lo que decidió envainar su espada.

Un nuevo guardia se acercó a Jake y éste le dijo algo al oído con una sonrisa traviesa. El guardia hizo una pequeña reverencia y salió a prisa para hacer lo que sea que su posible superior le hubiera ordenado hacer.

—¿Adónde nos llevarás? —preguntó Nithan. No parecía importarle mucho la respuesta pero, al ver el rostro curioso de Alister, y que claramente éste no se atrevería a hacer cuestiones, decidió hacer la pregunta en su lugar.

—A ver a la Reina de Corazones, al parecer, ella quiere conocerlo a él —respondió con una nueva e indescifrable sonrisa mientras que, con la cabeza, señalaba a Alister—. Y debo admitir, que yo tengo curiosidad por lo que pase cuando lo haga.


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Bueno, aquí el capítulo x3 espero que les haya gustado y de ser así no se olviden de dejar sus votos, recomendaciones, comentarios y opiniones (motivan a escribir)

Muchas gracias por leer y nos leemos luego^^

Alister in WonderworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora