Paseos

9 3 0
                                    

Pudimos atravesar todo el pasillo, no sin antes poder seguir abrazados y darnos un beso; me encantaba sus labios, eran una simple combinación perfecta, algo atrevida y acertada. Nos sentamos en el piano que había en la sala, él estaba esperando para poder apreciar la melodía, pero apenas empece a tocarla, sus ojos se escondieron, empezó a oírla antes de poder apreciar con la mirada para maniobrar semejante obra, que según él, lo habían enamorado. Al terminar no pude contenerme y toque otra, no muy diferente a la anterior; era triste y melancólica, tal y como estaba en ese momento, quería calmarme, me estaba imaginando por todo lo que paso Arkadi con su hermano Zedd; quería aguantar esas lágrimas contenidas, y poder decirle lo mucho que lo quiero y lo mucho que lo amaba, además de pensar que si hubiera llegando un poco antes, ¿qué hubiera pasado? Se da cuenta que estoy metida en un profundo sentimiento y trata de interrumpir mis pensamientos

-Se que te debes de hacer muchas preguntas ahora mismo de lo que mi hermano te acaba de contar. Pasamos un infierno, él mas que yo; yo simplemente no servía para nada, no quería saber de nadie y por eso mi hermano estaba melancólico, porque desde hace 3 años el no me veía así de entusiasmado con algo; es más hasta yo me sentía así, porque se lo que es sentirse mal por tanto tiempo, sin necesidad de comer o incluso dormir, llorar sin saber el porque- mi corazón se iba encogiendo a cada paso, cada palabras, cada vez que decía algo era como haberlo sentido yo- pero no te preocupes, ahora estas tu.

Algo nos interrumpió desde la puerta, no sabíamos quien era ni queríamos descubrir quien era, pero lo entendimos de inmediato.

-Hey tortolos, el auto los espera afuera.- Al girarnos era Arkadi, la única persona que hasta ahora conocía nuestro secreto.

-¿Para qué?- Pregunte algo indiscreta.

-Bueno era para dar un paseo contigo; si quieres- su voz era suave y tímida, Zedd aclaro la garganta.

-Claro, ¿pero a dónde vamos?- respondí.

-A donde tu quieras- dijo mirándome fijamente.

-Podemos ir a la Cinta Costera y pedir un raspa'o.

-Si, aunque no se que es eso, eso más bien debe saberlo mi hermano.

-An, Zedd nunca a salido de esta, ha estado encerrado aquí sin salir ni siquiera a la esquina.

-No te preocupes, de eso me encargo yo.- Nos fuimos al auto, en eso le dije que íbamos a Cinta Costera, nos llevo sin ninguna objeción, ya se le podía ver como estaba satisfecho de que Zedd saliera de casa; tenía como deseos de conocer a la otra persona para la cual trabajaba. Estaba orgullosa de lo que estaba pasando. Ya se veía parte de la Cinta Costera, Zedd estaba medio distraído con los edificios que había, por lo que le llame para que viera la vista tan maravillosa que había, nos dejó en un parking para que estuviéramos mas cómodos y poder apreciar más. Salimos y pasamos por el puente peatonal, no había tanto sol ya que estaba tapado con las nubes y así se iba a quedar por un buen tiempo. Él estaba contento, como a un niño cuando se le da un chupete. Estaba mirando a todas partes, no podía contenerse. Observo a personas comprando algo, no sabría decir que fue ya que no me dejo más que un leve impulso hacia alante, cuando paro fue que me vine a dar cuenta que era el famoso raspa'o que le llamo su atención desde la primera vez que lo mencione.

-¿Cuánto valen?- desde aquí sabía que iba a empezar a preguntar sobre esa bebida.

-Depende de lo que quieras, si es un raspa'o normal son a 1 dólar, si es malteada es a 1.25 o 1.50.

-¿Qué es lo que le echan a la malteada?

-Eso- apunte a una malteada que acaban de preparar y se quedo mas que emocionado, quedó con más ganas que nunca. Ya casi nos tocaba y fue allí cuando me invadió con otra pregunta.

-¿Y qué sabores ellos preparan?

-Fresa, marácuya, uvas y limón.

-Creo que pediré de fresa.

-Yo siempre pido el de uva- y fue en ese momento en el que nos tocaba y pedimos lo que queríamos, él pidió que fuera el mío primero, el hombre obedeció y lo hizo, al terminar y dármelo empezó a hacer el de Zedd, estaba empezando a creer que tenía un deseo nato de hacer las cosas bien ahora, su mirada, todo había cambiado en él; me di cuenta que prácticamente había encontrado a alguien que me quería tanto como mis padres, que nunca me defraudaría.

Llegó la malteada de fresa de Zedd, me quita mis pensamientos en lo cual no fue ni siquiera tan difícil ya que eran pensamientos cortos sin la necesidad de estar tan enfocados, ni me cuenta que él había sacado su celular, para tirarnos una foto, estaba con la malteada mirando para el frente y él agarrándome la mano, en eso veo como ya había tomado la selfie, aunque no me veía tan fea como pensaba que había salido, aunque me dio la confusión, solamente porque él estaba mirando a la cámara y con una sonrisa pícara como si hubiera hecho alguna trastada. Pero no pude simplemente mirarlo como si de verdad se hubiera atrevido a subirlo, pero no lo había hecho. La fanaticada; que probablemente estuviera esperando a cualquier señal de vida que diera él, estallaría las redes sociales; más alguna que otra radio o inclusive la televisión transmitirían noticias sobre él y más su romance conmigo, lo último estallaría por completo todo, no sabría como reaccionar a tal semejanza de lo que podría satisfacer a todas ellas e inclusive ellos. 

Zedd estaría orgulloso, pero el ver como iba a reaccionar a tal semejanza, pero por lo que veo, estaba como si nada, como si no le importará nada en ese momento, pero no lo había subido a ninguna red social, revise todo y no había ninguna foto de él conmigo.

-¿Por qué no la subiste?

-Y arruinar el momento más bonito de nuestra relación, además de que serviría si al final todas estarían lamentándose el por que no ellas, que veía en especial en ti, es mejor dejar que pase un tiempo además de que quiero tener paciencia para todo.

Precios incontablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora