Capítulo 5

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Mi madre a veces es demasiado exagerada, tampoco he estado tanto rato perdida por ahí. Obviamente no voy a estudiar y tampoco tengo nada que hacer. En mi cabeza solo está el chico rubio que me ha quitado hasta el hambre. Cierro la ventana e impido que la luz del día entre por esta. Me quito la ropa y me pongo el pantalón corto de deporte con una camiseta básica, me dejo los calcetines puestos. Me da igual en que época del año estemos, siempre tengo que ir con calcetines, es una de mis manías.

Enciendo el televisor de plasma, abro la cama y me meto dentro. Las sábanas huelen a limpio, tienen un tacto suave, son realmente acogedoras. Agarro el mando de la tele y cuando la enciendo empiezo a buscar algún canal con algo interesante. El problema es que son todos en inglés y eso no me ayuda. Me quedo en la mtv aunque no presto mucha atención.

Mi cabeza solo da vueltas a lo que acabo de vivir hace unos minutos. Primero no entendía porque me miraban tan raro los dos chicos y segundo no sé porque había reaccionado de esa manera ante el rubiales. La última vez que sentí algo parecido lo pase tan mal que me prometí a mí misma que jamás me volvería a pasar.

*Dos años atrás*

Hoy era el día. Mis amigas me han preparado una fiesta por mi 16 cumpleaños y él va a estar ahí. Llevo enamorada de David cerca de dos años. El tiene tres años mas que yo y siempre que le decían algo sobre mi decía que era demasiado pequeña para el, pero hoy no. Han invitado a medio instituto y por supuesto ni David ni sus amigos se lo van a perder.

Llevo puesto un vestido nuevo que me han regalado mis amigas para hoy, medias del color de mi piel y unos tacones negros de al menos trece centímetros de altura. El vestido es blanco en forma de tubo y se ajusta perfectamente a mi delgado cuerpo. Me he rizado el pelo y mi maquillaje me hace aparentar más edad de la que tengo. Sombra negra difuminada en mis parpados, abundante rímel y mis labios color rojo pasión.

El timbre de mi casa suena y recorro el pasillo a toda velocidad, intentando no caerme con los tacones. Debe de ser o Ana o Sara.

-Puton, abre que me congelo y quiero ver lo preciosa que estás. -Oigo decir a gritos tras la puerta. Es Sara.

-Voy. -Grito yo también y abro.

-Madre. Mia. -Dice haciendo una pausa cada entre medio de cada palabra. -Estás jodidamente hermosa Mica, en serio. Estás increíble.

-Gracias Sar, tu también estás muy guapa. -Le digo con una sonrisa.

-¿Estás lista? Tenemos que irnos ya, solo faltamos nosotras allí. Ana me ha llamado hace cinco minutos y me ha dicho que todo está perfecto.

-¿Hay mucha gente?

-Si, está David.

Sonrío como una idiota cuando pronuncia su nombre y Sara se rie de mi reacción. Cojo mi bolso y me pongo el abrigo antes de salir.

El taxi nos lleva hasta un bar, con globos en la puerta y una alfombra roja en extendida por toda la entrada de la calle. Cuando salimos del taxi el grupo de gente que hay en la entrada se gira hacia nosotras. Unos sonries y saludan, otros solo nos observan de arriba abajo y cuchichean entre ellos. Algún 'felicidades' oigo decir y yo sonrio. Camino a toda velocidad porque me da demasiada vergüenza sentirme tan observada.

Al entrar en el bar, un hombre con bastante arreglado, con americana y todo de negro, se acerca a nosotras y nos recoge el abrigo. Supongo que es de seguridad porque lleva un pinganillo en el oído. Después me da una pulsera de color verde en la que pone -VIP- y a Sara otra pero de color rosa y con el nombre del bar escrito. En el momento que lo veo alejarse de nosotras, oigo que dice -listo-. En ese momento un foco de luz me ciega por un momento y la canción del cumpleaños inunda toda la sala. Todas las personas que se encuentran dentro se giran para observarme y cantarme. No puedo estar pasando mas vergüenza. Al acabar la canción todo el mundo aplaude y siguen a lo suyo bailando con la siguiente canción que suena en ese momento.

HOTEL (PARADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora