Capítulo XIII

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Salí del baño asombrada por los disparos que oí y allí estaba la muchacha esa de nuevo.

-Ya están aquí. Dijo con sus grandes ojos grises fijados en mí.
-¿A qué te refieres?.
-Ten cuidado Sofía. Dijo mientras sacaba algo de su cintura. Toma lo necesitarás. Dijo mientras me entregaba un arma.
-Pero. Mis palabras fueron interrumpidas por un hombre vestido de negro que entró por una puerta a lo lejos a mi derecha.

Iba todo de negro, parecía llevar un chaleco pero no pude ver bien y en sus manos tenía una metralleta. (Una de esas que llevan en las películas de acción cuando se dará un gran tiroteo).

Estaba a unos 30 metros de nosotras pero al vernos levantó el arma y sin aviso empezó a disparar.

La muchacha me tomo el brazo y nos adentramos de nuevo en el baño, buscando un refugio.

Podía sentir como la adrenalina corría por mis venas, el corazón latía más rápido de lo normal pero de cierto modo estaba calmada. (Creo que con tantas pesadillas y cosas que he visto empezaba a manejarme mejor en estas situaciones).

Podía escuchar los pasos acercándose a la estancia, cada vez más cerca.

Mire a la muchacha me hizo señas para que me metiera en una de las cabinas, así hice mientras veía como ella se situaba atrás de la puerta.

Entre y esperé oí la puerta de la estancia abriéndose, escuché un forcejeo, disparos y en un momento a otro todo se calmó.

Salí y contemple la escena, un charco de sangre cubría el suelo el hombre tendido sobre su propia sangre y la muchacha observando con sus ojos inyectados en sangre.

-¿Estas bien?. Le pregunté acercándome a ella y posando mi mano sobre su hombro.

No respondió, como si estuviera en un trance hasta que luego de unos segundos reaccionó.

-Si estoy bien, bien. Dijo un poco alterada mientras se calmaba. Me llamo Julieta, Julieta Snow lo digo para responder alguna de las preguntas que tienes.

-Mucho gusto señorita Snow. Dije en tono burlón.

Sonrió, se incorporó y salimos de la estancia.

-Buena suerte Sofía la necesitarás cuídate. Dijo con una sonrisa maliciosa.

-Igualmente Julieta. Dije sonriendo.

Pude ver como se alejaba por el pasillo en unos segundos desapareció de mi vista, di media vuelta y me dirigí de vuelta al gimnasio.

Camine unos segundos por el pasillo, llegue frente a la puerta y no se oía nada del otro lado.

Pose mi mano en la perilla, la gire y me asomé un poco la cabeza, semejante escena que imagen tan macabra tenian que soportar mis ojos.

El piso cubierto de sangre el techo diablos parecía salsa cubriendo espaguetis, tripas por todos lados, decenas de cadáveres tendidos sobre el suelo.

Me adentre a la habitación donde hace unos minutos, había una gran fiesta ahora sólo se había vuelto una escena digna de ser llamada macabra.

Di unos pasos por encima de la sangre, me halle sorprendiéndome a mí misma sobre cómo había cambiado desde la primera vez que vi una escena así.

Aunque aún no sabía si esto era real o si otra vez mi mente estaba jugando conmigo.

Empecé a mirar alrededor en busca de una cara conocida en busca de Logan, pero mi búsqueda fue inútil.

Escuche el ruido de una puerta abriéndose a mi derecha, eché una mirada rápida y pude ver como varios hombres como el que me había atacado antes entraban.

Tenía que reaccionar, tenía un arma pero no soy una asesina pensé. Y aunque lo fuera no puedo simplemente matar a todos a la vez.

Tenía que pensar otra cosa demonios me arrepentiría de eso pero no había otra forma, me eché en el suelo ensuciándome toda de sangre, había un cuerpo a mi lado me acomode justo a su lado.

Unos pasos, ya habían entrado rece por que no se dieran cuenta de que estaba allí escondida, no quería pensar que sucedería si me descubrieran. (Aunque era obvio si me descubrieran no tendrían piedad y dejaría de actuar como una muerta para ser una muerta).

Se acercaban a donde yo estaba, sentí el corazón más rápido, la tensión recorría mi cuerpo, la adrenalina.

Estaban revisando cautelosamente la estancia era obvio que estaban buscando algo o mejor dicho a alguien, me estaban buscando a mi.

Empezaron a hablar.

-Aquí no hay nadie, debe estar en otro lugar. Dijo uno de los hombres dirigiéndose a los otros.

-Debería estar aquí, donde más podría estar. Dijo otro en respuesta a lo que dijo el primero. Tal vez deberíamos buscar de nuevo. Propuso.

-No, si sabe que estamos tras ella se pudo haber ido a otro lado, sigamos buscando. Dijo firme una voz.

Se dirigían a la puerta, el corazón ya se iba calmando a medida que ellos se alejaban.

Pero entonces un hombre se dio la vuelta y me miró, se había percatado de que yo estaba allí.

Debía actuar, me había visto ya no podía seguir allí.

Era sencillo, lo quisiera o no. Ahora era matar o morir.

Illusion: ¿Cual es la realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora