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Nos pasamos todo el día fuera de casa y fuimos a mi casa ya a la noche, nos tumbamos en el sofá con unas cuantas latas de cerveza en la mesilla que había delante nuestra por si a caso nos entraba la sed. Kise me miró preocupado pero en seguida bajó la mirada.

--¿Qué pasa?—extrañado por la repentina mala cara del rubio—¿Por qué esa mala cara?

--¿Cómo puedes fingir estar relativamente bien?

Le miré extrañado, era verdad que fingía el no estar tan preocupado para que la gente no me viera de una forma en la que pareciese la persona más débil del mundo pero no era para que Kise me preguntase eso.

--Ya sabes... Seguro que ha tite gusta Kurokochi pero finges que no te afecta mucho... ¿Cómo lo haces?—me volvió a preguntar tomando una lata y abriéndola—yo no sería capaz si estuviera en tu caso.

Fruncí el ceño y cogí su lata dándole un tragó para luego devolvérsela.

--No soy él único que finge aquí, tú lo haces de una manera que no es normal siempre con esa actitud de niño pequeño un poco hiperactivo—le respondí chasqueando la lengua—¿O no es así?

Bajó la mirada dando un tragó largo y luego cogí yo una lata disfrutando del sonido que hacía al abrirla.

--Mira, no hace falta que finjas conmigo... no me gusta que la gente finja sobre como realmente está...

--¿Tú que sientes al saber que Kurokochi está mal?

Cerré los ojos cogiendo airé de una manera muy profunda para evitar llorar sinceramente prefería dejar ese tema bloqueado en mi cabeza porque si no me ponía fatal.

--Me siento como si fuera basura...—susurré mirando a Kise de reojo y dándole un sorbo a la cerveza—no he podido evitar eso—intentando no sollozar—n-no hay n-nada peor que s-saber que no has podido hacer nada—pasándome el dorso de la mano que tenía libre por los ojos—no me gustá mostrar esta forma mía es tan... débil...

--Aisss Kagamichi, no está mal que estes así... todos tenemos nuestros altibajos, sigue contando... ¿Qué es para ti Kurokochi?

--¿Hace falta preguntarlo?—me acabé la cerveza de un tragó—antes era solo mi mejor amigo, mi compañero pero poco a poco fui empezando a sentir cosas, no las quería aceptar y menos aun cuando se vino a vivir conmigo, no es que yo esté en contra de que a mi me gusten los hombres de echo yo ya tengo muy aceptado que soy bisexual pero no podía aceptar que me gustara Kuroko, asta que un día fue en plan, eres estúpido, acéptalo ya.

Cogí otra cerveza y la abrí mientras sentía la mirada de Kise clavarse en alguna parte de mi cuerpo. Me tocó el hombro y se recostó en el sofá con la cabeza en mis piernas teniendo que elevar la cabeza cada vez que quería beber de su bebida.

--Entiendo... pero bueno, si él ahora tiene pareja... de cierto modo es mejor que lo cambies por otra persona... ¿No? Más de una vez yo lo he hecho y no me va tan mal, no digo con Kurokochi eeeh, él y yo solo amigos.

Pasaba el tiempo y al final todas las latas se acabaron, el rubio y yo nos reíamos de cualquier cosa literalmente, estaba seguro de que si pasaba una mosca volando por enfrente nuestra nos reiríamos como si nos hubieran contado el mejor chiste del mundo.

--¿Voy a por más...?—señalando una lata de cerveza mientras reía—ya sabes, no me... no me sale el nombre.

--Umm... sehh—el rubio acomodándose más en el sofá—hace sentir bien, mucho.

Me levanté tambaleándome y cuando me giré para mirar hacia donde esa Kise sentí un gran peso sobre mi cuerpo y me vi en el suelo sin saber como había llegado ahí.

--Neee~ No me dejes solo... Kagamichi~

--Ummm... Rubia teñida bipolar...

--Calla, Fresa psicópata 2~

Los dos empezamos a reir como tontos sin saber el por que. Kise fue el primero en dejar de reír y pasó una mano por mi cara.

--Neee~ No eres el único que necesita olvidar a alguien~

--¿A qué te refieres?—haciendo un puchero.

--No te hagas el tonto Kagamichi~—mordiéndome el lóbulo de una oreja.

--K-Kise—sonrojado a más no poder—y-yo...

Se apoderó de mis labios, no me resistí pero para ser sinceros en esos momentos no me habría resistido a nadie ni si quiera si el estúpido de Ahomine se me hubiera lanzado.

Alguien abrió la puerta y tanto Kise como yo levantamos la vista para ver de quien se trataba, eran Kuroko y el estúpido de Aomine. Kise se levantó y se tiró a los brazos de Aomine mientras que yo me levanté y fui a abrazar a Kuroko pero esté se apartó.

--No me toques Kagami-Kun.

Esas palabras consiguieron que me derrumbara y viera todo lo que me rodeara de "color negro", subí a mi cuarto y me tumbé cerrando los ojos, ya me daba igual que la puerta estuviera cerrada o abierta, que Kise y Aomine se quedaran a dormir también... ya todo... no importaba... Me quedé con los ojos cerrados sintiendo un leve mareo por culpa del alcohol pero no llegaba a quedarme dormido.

Sentí un lado de la cama hundirse pero el cansancio no me permitió moverme ni reaccionar.

--Lo siento Kagami-Kun—susurró Kuroko pensando que estaba dormido—no quiero apartarte cuando me abrazas pero algo dentro de mi me obliga, por favor Kagami-Kun necesito ayuda, sálvame—lo último lo dijo con la voz temblorosa—me duele todo, estoy mal, pero no quiero mostrarme así... pero necesito ayuda porque nada esta bien... por favor... aunque mientras tu seas fuerte yo lo seré para que tú no te hundas, seré como tu punto de apoyo.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y unas ganas de abrazarle inmensas me inundaron pero no podía moverme es como si estuviera paralizado así que seguí haciéndome el dormido asta que realmente me quede dormido.

"Sálvame" se oía a alguien gritar en la lejanía, reconocía esa voz, tenía que hacer algo, empecé a correr lo máximo que pude pero parecía que no avanzaba, el paisaje era siempre el mismo un enorme pasillo de color blanco que me empezaba a poner nervioso.

Al fin vi una luz y al pasarla entré en un cuarto completamente vacío, era enorme y completamente blanco también, seguía oyendo la voz y corrí guiándome por el sonido pero aquel cuarto también parecía no tener fin asta que al final todo se hizo negro y pude ver a Kuroko con una cuerda atada a las muñecas y a la vez esta atada al techo.

--K-Kagami-Kun—su voz estaba quebrada y dolorida—a-ayuda, p-por favor.

Intenté correr hacia él pero yo no avanzaba y una figura oscura se puso detrás de él y empezó a torturarlo. El peliazul soltaba gritos de agonía mientras la figura oscura le golpeaba, le jalaba del pelo y estiraba de él, le estaba haciendo de todo y yo no podía evitarlo.

"KAGAMI-KUN, AYUDA" gritó por última vez y en ese momento todo se acabó.

Desperté con el corazón a cien, miré a todos lados, todo estaba normal y Kuroko ya no estaba a mi lado, pasé mi mano por mi pelo y suspiré aliviado al darme cuenta de que aquello había sido una pesadilla pero de algún modo me sentía preocupado porque de verdad alguien golpeaba a Kuroko... era todo tan confuso... solo quería ya descubrir todo.

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Estoy enamorada al 100% de este video, es puro amooooorrrrr, por cierto no creo que este sabado suba mi la semana que viene ya que son fiestas de mi ciudad, lo siento

El amor es cosa de tres ~Kuroko no Basket~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora