7.

417 45 9
                                    


--¿Ha donde vas tan temprano?
Eso es lo que le estuve diciendo todas las mañanas al pequeño durante un par de semanas.

Durante ese par de semanas actúo extraño, no iba a clases, no iba a los entrenamientos, volvía tarde o no volvía, cuando estaba en casa se comportaba de una manera más fría que de normal y se solía ir directo a su cuarto o a bañarse. No le tomé mucha importancia, todos teníamos épocas en las que nos sentíamos diferentes y necesitábamos cambiar un poco la rutina, a mi mismo me había pasado otras veces.

Un buen día mi móvil sonó, era un número desconocido pero aun así lo cogí sin importarme.

--KAGAMIIICHIII—se reconocía a kilómetros que era Kise—MALAS NOTICIAS KAGAMICHIII.

Ya sabía quien era ahora la cuestión era como había conseguido mi número de teléfono, que yo recordara nunca se lo había dado.

--¿Cómo has conseguido mi número de teléfono...?

--Un mago nunca revela sus secretos—con tono de sabiondo—bueno, la cuestión es que hay malas noticias...

--Kise, que te he dicho de hablar por teléfono cuando quedas con alguien...—una voz enfadada que me resultaba familiar—te lo he dicho miles de veces.

--NO, KASAMATSU SENPAI, CON LA CHANCLA NO—gritó desesperado—NO NO NO, PREFIERO LA CHANCLA AL CINTURÓN... por cierto si se quita el cinturón se le caerán los pantalones... umm... VALE YA PARO KASAMATSU SENPAI

Se escuchó un golpe seco seguido de un grito de Kise y reí escandalosamente, no había quien cambiara a esos dos, siempre iguales.

--¿Y por qué malas noticias Kise?

--He visto a Kurokochii muy mal... me he ido a acercar y se ha ido corriendo... Tenía que decírtelo Kagamichii... Se ve más delgado también... Me estoy preocupando mucho por él mientras que Kurokochii ni me coge el teléfono.

--Lo notaba raro pero no sabía que era para tanto, hablaré con él cuando llegue a casa.

Oí a través de la línea un forcejeo por el móvil y cuando dejé de oírlo la persona que hablaba por la otra línea había cambiado.

--Mira Kagami, no os conozco mucho ni a Kuroko ni a ti pero si está así es por algo grave así que no te dejes llevar por la situación—dijo Kasamatsu relajado—tienes que hablar con él lo más tranquilo posible.

--Vamos, no marcarte un Kasamatsu Senpai...

--KISEEEEEE

Esos dos volvieron a discutir y colgué el teléfono, así que Kuroko realmente estaba mal... Me tiré en el sofá y miré la hora, las nueve de la noche, y el pequeño aun no había vuelto, para ser sincero le echaba de menos. Echaba de menos su poca presencia, su esencia afrodisiaca, su aroma casi imperceptible, todo él en general, nunca había imaginado que le echaría tanto de menos.

Horas más tarde noté una presencia más en la casa, una presencia que intentaba no ser descubierta.

--Kuroko...--sin girarme a ver—ven...

--Tengo sueño Kagami-Kun—su voz sonaba débil y con miedo—mañana nos veremos.

--Yo no quiero mañana—levantándome y mirándolo de pies a cabeza—yo quiero hablar contigo ahora.

La cara de Kuroko se veía cansada, con ojeras y su piel había perdido el brillo. Iba vestido con un jersey de manga larga y cuello alto junto con unos pantalones vaqueros ceñidos pero había algo que no me cuadraba... nunca había visto esa ropa en su armario y cuando había salido por la mañana iba vestido de manera diferente.

--Yo solo quiero ir a dormir—dijo Kuroko sin abandonar su expresión seria—estoy muy cansado Kagami-Kun.

--Kuroko—le agarré de la muñeca.

--NO ME TOQUES—gritó alejándose—DEJAME EN PAZ.

Qué narices le había pasado... ese no era el Kuroko que yo conocía... Kise tenía razón Kuroko estaba muy mal, algo muy malo le tenía que estar pasando para ponerse tan a la defensiva.

--¿Qué te ha pasado Kuroko...? Me preocupas...

--N-No ha pasado nada, si me disculpas me voy a mi habitación.

Se fue y me quedé un buen rato mirando por donde se había ido sin comprender nada, quería ayudarle pero si él no ponía de su parte me era imposible.

Pasaron un par de horas y fui a ver si el peliazul ya se había dormido, acerté, estaba dormido pero no parecía que estuviera teniendo un buen sueño, si no más bien una pesadilla. Se estremecía, agarraba fuerte las sabanas, soltaba jadeos de desesperación, no soportaba ver así a la persona que quería, me tumbé a su lado e instantáneamente se agarró a mi camiseta refugiándose en mi peño mientras temblaba.

--Kuroko... que te ha pasado—abrazándole y suspirando—ya no eres el mismo...

Deje que el sueño me invadiera y acabé durmiéndome sin poder evitarlo.

A la mañana siguiente logré levantarme antes que él y apreciar su rostro sereno, no como el de anoche que transmitía agonía y sufrimiento, ojala él siempre estuviera así era demasiado bueno como para merecerse sufrir.

Fui a hacer el desayuno, tortitas, solo que estas tenían algo especial, les había echado esencia de vainilla para ver si así al pequeño le gustaban más que de normal.

Ese se levantó y desayunamos a la vez pero ninguno dijo nada, solo a veces nos mirábamos pero enseguida retirábamos la mirada como si tuviéramos prohibido vernos. Me dolía mucho estar así con él pero debía mantenerme fuerte, no podía caer si Kuroko estaba mal, eso sol le pondría peor.

--Voy a cambiarme Kagami-Kun.

Se fue de allí y tras esperar un rato y ver que no volvía decidí ver si realmente estaba bien. Abrí un poco su puerta y lo que vi me rompió el alma en mil pedazos, me ponía triste y a la vez furioso, me llenaba de sentimientos de odio pero en ese momento recordé lo que dijo Kasamatsu Senpai "Mira Kagami, no os conozco mucho ni a Kuroko ni a ti pero si está así es por algo grave así que no te dejes llevar por la situación, tienes que hablar con él lo más tranquilo posible".

-------------------------

Inspiración: *sigue corriendo para que no le tiren piñas*  zoy muh cruel 

Escritora: VEN AQUÍ MALDITA INSPIRACIÓN, SE UN POCO MÁS BUENA

Inspiración: NUNCA ME ATRAPARAS CON VIDA *le da una chancla en la cabeza*

Escritora: bueno... ya esta...

Espero que les haya gustado el episodio, que no sufráis mucho, porque yo a la hora de meter drama no se controlarme.

Inspiración: eh mi curpa

Escritora: que te caaalles *le tira una piña*

~Nos leemos

El amor es cosa de tres ~Kuroko no Basket~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora