La hora a llegado

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  Rang continuó con sus faenas durante meses, hasta que un día recibió la visita de un viejo conocido.
Aquel día Konrat quedo paralizado, la gente observaba sorprendida el visitante que acababa de llegar. Un hombre viejo, montando un elegante caballo blanco.
Surga recorrió el pueblo bajo la atenta mirada de todos los habitantes, hasta que Rang al verlo salió a su encuentro.
- Rang, acompáñame a dar un paseo - dijo Surga
Rang corrió hasta el establo, ensillo su caballo y salió con Surga y Kavik. Se adentraron en el bosque, caminaron bajo los arboles hasta el claro donde se habían encontrado por primera vez.
- Recuerdas lo que te explique hace meses, en casa? - pregunto Surga
- Si, como olvidar-lo - respondió el chico
- Ha llegado el momento de emprender el camino, y vencer a Lugro, o sera demasiado tarde para el mundo, y todos viviremos bajo las sombras del mal - dijo el mago
- Esta bien, te ayudare, ya te lo dije - dijo Rang
- Estas seguro, aun puedes renunciar, sera un camino largo y peligroso, no sabemos si venceremos y volveremos a casa. Puede que dejemos la vida en el intento. - dijo el mago
- Lo se, quiero hacerlo - respondió el chico
- Sabia que eres fuerte de espíritu y que no me defraudarías. - dijo el mago
Los dos emprendieron de nuevo el camino a Konrat, para explicar a la gente lo que pasaba. Al llegar Rang fue en busca de sus padres y con tristeza les explico lo que pasaba. Sus padres lo escucharon con temor, con lagrimas en los ojos, pero aceptaron con gran tristeza, pero muy orgullosos lo que hacia su hijo.
Pasaron la noche en casa de Rang, por la mañana se levantaron antes que el sol saliera, fueron al establo a buscar los caballos y emprendieron el camino acompañados de Kavik.
Salieron de Konrat en dirección norte, para emprender el camino hacia las tierras de Mora, donde se escondían las joyas. Descendieron por la vertiente sur de la montaña Fornat, por un camino escarpado y pedregoso, con mucho pendiente, que serpenteaba rodeando la montaña, adentrándose en el valle, por donde corría el rió Track. Se pararon a descansar un rato cerca del rió, siguieron el curso del rió hasta encontrar el camino que giraba al este, dirección a las montañas de Lubos. La cordillera mas grande de todo Skyrna, las nieves perpetuas cubrían los picos durante todo el año, y los bosques que cubrían la parte baja eran viejos, frondosos e impenetrables, y escondían multitud de peligros.
El camino serpenteaba entre los apretados abetos, avanzaban bajo la oscuridad de los arboles, mientras el sol se alzaba en el cielo, avanzaron sin descanso, el sol empezaba a caer, y su reflejo teñía los picos de las montañas de oro. Aquella noche durmieron a la intemperie, encendieron una hoguera, para soportar el frió de la gélida noche, y sentados a su alrededor Surga le estuvo contando historias a Rang
El sol empezaba a alzarse en el horizonte, y las primeras luces del día brillaban en el cielo, cuando emprendieron de nuevo la marcha, continuaron por el mismo camino adentrándose mas en las profundidades del bosque. Cabalgaban con la sensación de que todo el bosque les observaba, y esta sensación les producía desazón. Avanzaban atentos, vigilando a lado y lado del camino. Ya habían avanzado unos kilómetros cuando apareció un lobo enorme en medio del camino, con toda su manada. Se pararon, sabían que la manada defendía su territorio, y que no dudarían en atacar. Kavik se acerco amenazante, enseñando sus poderosos dientes, aun cuando estaba en inferioridad, no se dejaba intimidar. El lobo respondió con la misma amenaza, siguieron acercándose, hasta casi tocarse, cuando el ataque era inminente, Kavik mostró sumisión. Rang no entendía esta reacción, después de la valentía que había mostrado hasta el momento.
Pero Kavik sabia muy bien que no podía enfrentarse al lobo, era su padre, sabía que eras mas grande y fuerte, a demás la jerarquía le decía que debía sumisión a su líder. Kavik se acerco al lobo y le lamió el hocico, el lobo acepto las señales de sumisión del perro, y el ambiente se relajo.
En aquel momento Rang entendió que el lobo era el padre de Kavik. El lobo lo superaba en tamaño, pero la diferencia no era muy grande, y los dos tenían la misma mirada intensa y sabia.
Después de ese encuentro, la manada se adentro en el bosque dejando libre el camino, pero el lobo se quedo junto a ellos. Todos entendieron que tenían un compañero mas. Rang lo bautizo con el nombre de Rosh.
Después de este pequeño incidente, los cuatro siguieron el camino, en dirección este, hasta volver a encontrar el curso del Track, que corría hacia el mar, donde se tomaron un breve descanso.
Siguieron el camino que serpenteaba por el interior del bosque, el día declinaba, y en el cielo cada vez mas oscuro brillaban las primeras estrellas, todos pensaban ya en encontrar un lugar donde pasar la noche, cuando una silueta en medio del camino los sorprendió. Se pararon, intentando ver lo que era, los cánidos estaban alerta, pues sabían que no era un amigo, y mostrando los dientes avanzaban amenazantes hacia la forma oscura. Rang los llamo, pero los animales no hacían caso, estaban preparados para la batalla.  

Tierra salvaje (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora