El bosque de Tunda

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  El enemigo era un trol inmenso de piel oscura y dura, Rang desmonto con velocidad, con la espada en la mano corrió detrás del perro y el lobo. Surga cogió la espada y su vara, y empezaron a luchar. Los cánidos se lanzaron a las enormes y gruesas piernas del trol, sus poderosos dientes, intentaban atravesar la dura piel del trol, pero era complicado hacer presa. Rang y Surga daban estocadas con sus espadas mientras esquivaban los ataques del poderoso contrincante. Las espadas se clavaban una vez y otra en el cuerpo del trol, mientras las mandíbulas de Kavik y Rosh se cerraban en las poderosas piernas. La batalla seguía sin demasiados cambios, hasta que Rosh decidió dar un gran salto, y dándose impulso en la barriga del trol, salto mas arriba y hizo presa en el cuello de este. El cuello del trol era duro y grueso y a Rosh le costaba mantener la mordida, pero su poderosa mandíbula no aflojo la presión, y los colmillos se clavaban cada vez mas, para encontrar la yugular. Kavik al ver lo que hacia Rosh saltó y se aferro a la pierna del trol. El trol gritaba de dolor y empezaba a flaquear. Rang y Surga continuaron clavando las espadas hasta que los cánidos consiguieron que el trol cayese al suelo, momento que aprovecho Rang para clavar la espada en el pecho del trol, buscando su corazón.
Después de la batalla, decidieron que seguir por el camino era demasiado peligroso, eran un blanco fácil de encontrar, así que decidieron que seguirían su largo camino campo a través. Evitarían los caminos y así les seria mas fácil no ser descubiertos. Siguieron a Rosh que les hacia de guía dentro del bosque, ya que el lo conocía muy bien. Caminaban entre los imponentes abetos, que crecían apretados y dificultaban la marcha. La marcha era complicada de seguir, por que la visibilidad era complicada en la oscuridad, y los pasos eran muy estrechos. Así decidieron seguir el camino a pie, caminaban lentamente para no perder a Rosh que es el que marcaba el camino.
Después de tres horas de camino, decidieron que ya era bastante tarde, y que tenían de parar a dormir un rato. Encontraron un lugar bien camuflado, ideal para pasar la noche escondidos. Rang y Surga aprovecharon para descansar, mientras Kavik y Rosh salían a cazar acompañados de toda la manada. Esa noche la caza fue efectiva, pudieron cazar un gran ciervo. Disfrutaron y saborearon el banquete, sabían que no volverían a comer tan bien en mucho tiempo.
Aquella noche los dos cánidos hicieron guardia, mientras los compañeros humanos dormían. No querían que les sorprendiera otro enemigo. Después de toda la noche durmiendo y ya descansados, se despertaron con los pequeños rayos de sol que entraban a través de los espesos arboles. Emprendieron el camino largo y cansado dentro de la oscuridad del bosque. Les costo una semana y media atravesar el impresionante bosque de Tunda. Pero ya estaban llegando al limite, ahora la luz entraba sin complicación, después de dos días mas de marcha llegaron a los limites del bosque y contemplaron el paisaje que se extendía delante de sus ojos. A bajo en el valle se extendía la inmensa región de Fiten, la región de los grandes lagos, esta región en una llanura inmensa, salpicada de lagos de agua cristalina y frondosos bosques.
Fiten se encontraba en el valle, y ellos aun se encontraban en la cordillera de Lubos, así que tenían que descender para adentrarse en esta bella región. Continuaron por un sendero estrecho y pedregoso que bajaba en dirección sudeste, el camino serpenteante corría con mucho pendiente hacia el valle.
Les costo todo un día descender de las montañas por aquel camino, la noche ya estaba bien entrada y la luna brillaba cuando consiguieron encontrar un claro de abundante hierba donde pasar la noche, ya inmersos en el valle. Por la mañana se levantaron antes que naciera el sol, comieron algo, y siguieron el camino hacia Fiten. Tardaron un par de horas en llegar a las fronteras de Fiten, pero cuando llegaron, cuando llegaron se pararon para contemplar el maravillosos paisaje que se abría ante ellos.
Ahora el camino era fácil de seguir, corría llano y reseguía todo el valle a través de bosques y lagos. Montaron los caballos y siguieron el bonito camino, Kavik y Rosh iban delante indicando el camino que tenían que seguir. Todos avanzaban contentos, disfrutando de las maravillas que les ofrecía el camino, pero de repente Kavik y Rosh se pararon, el mago y el chico pensaron lo peor, ellos no veían ni oían nada, pero los finos sentidos de los animales detectaban alguna cosa. En un momento los dos cánidos desaparecieron en el bosque. Rang intento seguirlos, pero ya los había perdido, así que decidió esperar. Surga y Rang estuvieron un buen rato esperando, no sabían lo que estaba pasando y sufrían por sus compañeros, y por si había algún enemigo. Pero de repente aparecieron los dos cánidos, no parecían heridos. Los cánidos se acercaron al muchacho para enseñarle lo que habían encontrado. Kavik se acerco al chico y le mostró lo que llevaba en la boca. Rang cogió con delicadeza el animal que le habían traído, era una inmensa águila dorada, herida por el ataque de alguna bestia. La inspecciono, tenia una ala rota y diversas heridas, Rang las limpió con cuidado, luego envolvió al animal con una pieza de ropa y la puso dentro de la bolsa que llevaba.
Cabalgaron durante horas, hasta que encontraron el primer lago, con aguas cristalinas y abundantes animales. El chico y el mago decidieron pararse a descansar a la orilla del lago.
Rang y Surga decidieron que se quedarían allí a pasar la noche, ya que era un lugar tranquilo y agradable. Los dos cánidos salieron de caza, y por suerte no les costo mucho encontrar presas, en menos de una hora ya volvían a estar al lado de sus compañeros, con un cervatillo y un conejo, se repartieron el cervatillo, y con el conejo alimentaron al águila
Esa noche hicieron una hoguera, se estuvieron contando historias y disfrutando de aquellas horas tranquilas, después se pusieron a dormir, aun les quedaba un largo camino por recorrer. A la mañana siguiente se tomaron las cosas con calma, el lugar les gustaba. Dejaron que los caballos pastasen con tranquilidad, y que los cánidos se bañaran en el lago.
A media mañana emprendieron el camino de nuevo, pasaba entre bosques, que ya no eran tan frondosos, y al rededor de lagos y ríos, ahora el camino no era tan duro, corría por el valle, pero sin desniveles.
Surga sabia que esta región era tranquila, pero igualmente todos avanzaban con cautela. Después de horas de seguir el camino al galope llegaron a otro lago, a la orilla del río se veía una silueta, todos se pusieron alerta y pensaron que era mejor no acercarse, pasar sin que los vieran. Pero a Kavik le encantaba explorar, y decidió que seria buena idea ir a ver que era. Rang no quería que se acercara y llamó al perro, que ya se acercaba, pero Kavik muy tozudo, no le hizo caso y siguió acercándose. Todos se quedaron observando desde la lejanía sin saber que hacer.  

Tierra salvaje (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora