Estaban llegando, después de días de vagar por el mar, ya estaban llegando. Dainan miraba todo con el mismo asombro que el. Aroha mantenía calmada a Michelle que estaba ansiosa por ver de nuevo al capitán.
El Capitán Bonnefoy estaba cansado, se notaba por sus ojeras, su cabello despeinado, y su ropa desalineada. Algo muy raro en el.
-¡Tierra a la vista!- Grito un hombre desde el puesto del vigía.
-¡Alistense para desembarcar!- Ordeno el francés. Los tripulantes lo miraron con caras de flojera, por lo que Bonnefoy busco con la mirada a Michelle, pidiéndole ayuda silenciosamente.
-¡Ya oyeron a Bonnefoy! ¡Alistense para desembarcar!- El grito potente de la mujer africana fue suficiente para poner a todos los hombres en movimientos, todos hacían algo, incluso Dainan, Aroha y el.
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Sentía hambre. Hambre, sed y sueño.
Hambre de libertad, sed de ron y sueños de aventuras.
Sentía una insaciable hambre, sed y sueño.
Eso sentía el grande y poderoso Capitán Arthur Kirkland.
El hombre, vestido como todo un pirata haciendo el buen uso de la capa de capitán roja, el sombrero negro, las botas altas, el pantalón negro ni tan apretado ni tan flojo para su comodidad, la tela roja atada a la cintura, la camisa blanca y abierta hasta el pecho de una forma provocadora, ese hombre, tan gallardo, tan intimidante, tan... respetable, se encontraba mirando a su tripulación, de una forma arrogante, listo para dar ordenes.
Era una escena digna de fotografiar. Es una lastima que esa tripulación sea..
-Señor Kirkland
...imaginaria.
-¡¿Si, Capitán!?- respondió la alucionacion de si mismo.
-¡Vaya a limpiar la cubierta!- ordeno, y rápidamente su alucinación fue corriendo por materiales para el aseo.- ¡Señor Kirkland!- Otra alucionacion suya dio un respingo y lo saludo con respeto.- ¿Que se supone que esta haciendo?- Le cuestiono revisando una cuerda.
-Estoy atando las velas, Capitán- Respondió el otro.
-¿Cree usted que es este un buen nudo?- La alucinacion se puso nervioso.
-Yo creo que...
-No, señor Kirkland, no necesito que lo crea. Necesito que lo afirme con total seguridad.- Pauso un momento y tomo un largo trago de su botella de ron.- Le volveré a preguntar: ¿Cree usted que es este un buen nudo?
-¡Si, Capitán!- El Kirkland original desenfundo su espada y atravesó a su alucinacion frente a sus otras quince alucinaciones que cumplían diferentes acciones en el barco imaginario.
-Mala respuesta.- Le susurro al oído antes de dejarlo caer. Volteo y se dio cuenta que los demás lo miraban.- ¿Que? ¿Quieren ser los siguientes?- Los demás negaron.- ¿Entonces que están esperando? ¡Trabajen, idiotas!- Todos retomaron sus actividades, el Capitán inglés volteo he intento dar un trago mas a su ron, pero solo se quedo con el aire, ya que su reserva especial, se había acabado.- Ya habías tardado.- Le susurro a la botella, aventandola a su espalda sin preocupación alguna.- Bien, creo que iré a caminar.- Se dio la vuelta, y emprendió la marcha a la costa.
Aun que no importaba que tanto caminara, o que tanto gritara, lo único que había ahí, era un oasis pequeño que había encontrado desde hace un día, y lo demás, era solo arena blanca. Kilómetros y Kilómetros de arena blanca.
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Piratas. Hetalia.
FanfictionLas personas hacen cualquier cosa para llegar a su tan preciada libertad. Pero esta libertad les traerá consecuencias.