La verdad.

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Se recargo en la puerta de su camarote. Estaba cansado. Tenia días pensando en lo que pasaría a continuación. 

Por que si él....

No tuvo tiempo de terminar su linea de pensamientos cuando la puerta fue tocada de aquella forma inconfundible para él.... Retiro su espalda de tal cómoda re cargadera y con un suspiro, se decidió a abrir la puerta y enfrentar a quien se encontraba al otro lado de esta. 

Un par de ojos azules enfrentaron sus esmeraldas con convicción y sin titubeos. 

-Ya lo he decidido.- El joven apretó sus puños.- Quiero saber toda la verdad. -

El inglés se tenso. 

-Pasa.- Se hizo a un lado y el chico entro.- Quiero que sepas que no hay vuelta atrás desde aquí, así que te preguntare por ultima vez....¿Estas seguro de esto?

-Mas seguro que nunca.- Respondió con convicción en sus palabras. Arthur bufo. 

-Bien, estas bajo tu propio riesgo.- El chico asintió.- Esta bien.- El ingles camino con lentitud hasta su imponente asiento. Alfred solo lo observo sentarse y regresarle la mirada con ¿indecisión? ¿El capitán era capas de tener una mirada como esa? Su estomago se revolvió, como avisándole que lo que escucharía, no seria para nada agradable.- No me iré con rodeos, el inicio ya lo sabes. Un año desaparecido y tu buscándolo. Amnesia, etcétera, etcétera.- Hizo un ademan con su mano, acentuando la antigüedad de esas noticias.-  No se como, o por que pero tu hermano......

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Podía ver como la boca de Arthur se movía, en señal de estar hablando, pero el ya no escuchaba nada. Su mirada dejo el rostro del capitán, y comenzó a navegar en una neblina espesa y lugrube. 

-"¡Alfred, Matthew! ¡Cuidado!"

-"¡Ahh! ¡Alfred!"

-"¡¡Matthew!!"

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Abrió los ojos. Abrió los ojos con un dolor de cabeza insoportable y con el conocimiento de estar solo.

Abrió los ojos con el recuerdo paralizante de las palabras crudas del inglés.

-"Matthew esta muerto"

Su garganta se seco, y por un momento le llego la sensación de no poder hablar. Su estomago se sentía vació, y su cabeza le punzaba de una forma horrorosa. 

Se sentía frió.

Intento levantarse, pero una mano cálida lo detuvo.

-Shhh, no te muevas, te has desmayado, Alfred.- Pronto el dolor de cabeza aumento, la sequedad en su garganta cobro fuerza, y todo se manifestó en un gemido lastimero en su garganta.- Lo siento, chico. Lamento lo de tu hermano.- Y las lagrimas surgieron. Silenciosas, pero lo hicieron. Miraba al techo, con los ojos llenos de agua y las mejillas con lagrimas, su dolor de cabeza lo estaba matando. Arthur lo miro. El chico no emitía ningún ruido, y si no fuera por que podía apreciar a sus ojos albergar agua salda, diría que seguía dormido en la cama de su camarote. Poco a poco retiro su mano, listo para dejarlo solo para que pudiera expresar su dolor sin metiche alguno, pero la mano mas grande del ojiazul se lo impidió.- Voy a supervisar la ruta.- Se excuso rápidamente, intentando no decir que quería dejarlo solo para que llorara sin mirones.  Pero aun así el rubio no lo soltó.

Piratas. Hetalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora