III

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UN VENDEDOR


Vanessa se había quedado pasmada,   atascada en sus pensamientos, era cómo si estuviera hipnotizada o en un trance que no pudo darse cuenta que la mujer  se había despedido y ya se había ido con su compra, quedando sola en la tienda. Se sacudió volviendo a la realidad y observó  el perchero de descuentos, habían cosas y colores que ella no se había fijado,era como "magia". Desapareciendo esos colores chillones por colores crema y pasteles su mirada se posó sobre un vestido corte griego blanco largo de una sola manga realmente hermoso. Tomándolo  en sus manos  el corte  era parecido a un vestido griego llena de capas de tela suave y transparente. 

—wow, que hermoso— se dijo a si misma viendo los detalles más cerca, era cómo si estuviera bordado en el pecho por finos hilos. Ella miraba con detalle el vestido como si hubiera sido parte de su clóset en algún momento. 

 - es un vestido digno de una princesa- dijo el joven desde su lugar. 

Ella alzó la mirada sobre el espejo que tenía sobre ella y lo miro extrañada, su rostro era diferente y aquella capa de barro o arcilla roja ya no era tan notoria. Su cabello largo y negro era como si hubiera sido hidratado con los mejores productos, brillaba con tanta facilidad que le hacían sentir celos, su rostro lo que podía ver era como si un maquillaje brillante lo cubriera ella quería girar a verlo.

Pero una fuerza más grande se lo impedía y era cómo... si no podía verlo, buscando  su reflejo a través del espejo  se dio cuenta que su rostro no lucía tan rojo, su cabello largo era más negro podía verlo. Ella tomó el traje y pensó que sería divertido probarlo.

—  ¿ por qué no?  —y fue al vestidor con el traje en la mano. Se acercó  y observó  que era una puerta blanca.

 -¿ acaso su mente le estaba jugando otra vez? ¿ no era una cortina morada apenas puesta donde la chica anterior había entrado? — Se sacudió y abrió la puerta mirando todo el pequeño lugar.

 No era especial, una alfombra color morada y un gran espejo desde el piso que no estaba muy nítido. Trato de ver su reflejo borroso y empezó a desvestirse.

- mal momento para usar ropa interior llamativa- se dijo mirando la panty de color morado y apenas un top sin mangas rosado. Al colocarse el vestido sintió un aroma familiar a naranjas y canela, tratando de inspeccionar si la ropa interior se notaba.

 - ¿puedes salir?— Preguntó el joven que se encontraba detrás del mostrador, Vanessa se sorprendió pero a la vez recordó qué como vendedor trataría de decirle las maravillas de por qué debería comprar el vestido.  Ella abrió la puerta y con torpeza fue caminando tratando de no enredarse con el el ruedo del vestido ...

 —Te faltan las joyas que combinan y te verías como la real descendiente de Nefertiti... —dijo  sonriendo de forma amable Vanessa se sintió dentro de ella que   algo le hacía no poder mirarle el rostro pero si tenía la vista clavada exactamente  en sus ojos, se sentía como un pequeño roedor atrapado por una serpiente siendo hipnotizada.

- Ella era considerada "la mujer más hermosa de Egipto" , y yo a duras penas puedo caminar con tacones - dijo con timidez.. ella se miró al espejo observandose. Su silueta le recordaba a esos sueños locos que tenía de niña, ese  tipo de sueños usando esa clase de vestidos blancos y costosos, una fantasia de primaria donde ella era una hermosa doncella. Desde el primer momento que llegó a esa tienda,  el olor que tenía le hacia sentir como en su hogar. Era más familiar que el aroma a madera mojada y flores de lilas de su niñez y para ella esta sensación  era increíble de  cómo al realizar un viaje tan largo lejos de su "hogar" sentía como si en verdad había llegado al final  de su viaje.

Dónde propio lugar que llamaba "hogar " luego emprender un largo viaje lejos y estar rodeada de salistre y el desierto, hacía sentirla de forma tan familiar; el olor de la tienda e inclusive la voz de aquel joven.  Una brisa helada entró a la tienda sacudiendo los vestidos ; fue como un escalofrío que recorría su cuerpo entre la tela delgada del vestido ypor un momento ella sintió la necesidad de mirar a la estatua creyendola ver pestañear  como un... SER VIVO.

- vaya mi imaginación si es activa— pensó riéndose y otra voz la despertó  otra vez.

- ¿te llevarás el vestido? está al descuento del 99% y parece hecho para ti,— Insistio el vendedor  sonriendo y ella se sonrojo completamente..

- Yo... sería interesante tener un recuerdo de este lugar, aunque nunca he usado un vestido de esta forma, no se donde lo usaría ¿en la playa ?¿ O en una boda? Imaginas que entre usando este vestido tan revelador y blanco a una iglesia? ¡Blasfemia! —bromeo  mientras se miraba al espejo.

 - si lo has hecho, solo que no recuerdas,- agregó en voz baja — además, lo puedes usar para cualquier ocasión, las descendientes de Nefertiti pueden hacerlo. Yo no veo el problema- respondio el vendedor sin importancia. Vanessa no pudo evitar sonrojarse mas y corrió a cambiarse rápidamente intentando no tropezar con el ruedo. Al entrar al vestidor se sacó el vestido quedando en ropa interior, siendo basante comoda ya que era en una panty color fucsia y un top sin tirantes del mismo color.

—,¿ descendiente de Nefertiti? Este hombre era perfecto para vender .  Este era capaz de  vender un vestido de plástico a cualquier mujer diciéndole que era oro— pensó mientras se cambiaba y arreglaba el vestido.

 - ¿ Qué voy a hacer con un vestido como este ? Ni siquiera tengo el cuerpo perfecto para usarlo. — tomándo su short  lo sacudió  para colocarselo y se fijó en el lunar que tenía en su abdomen. Ya estaba de un rojo más intenso aunque seguía del mismo tamaño casi de 3 cm parecía estar palpitando —Debería ir es al dermatologo y no gastar mi dinero en tonterías—- se dijo preocupada que era otra cosa tenía la forma circular de color rojo, siempre estuvo intrigada sobre esa marca pensando que era un cáncer de piel.

Pero, hasta este momento jamas había cambiado de color, al cerrar el pantalón algo se  cayó al piso de color negro desde el techo, ella lo vio moverse rápidamente en la alfombra hacía ella y la mancha simplementa era un horrendo animal.

 -¡ demonios!, ¡demonios!— gritó  de forma espeluznante mirando el escarabajo, luego otro empezó a salir de la alfombra intento tomar la blusa rápidamente por reflejo y al mirarla estaba llena de escarabajos enormes de color verde esmeralda.

 -¡¡ MALDIICION!! ¡¡Ayuda!! —saliendo corriendo del vestidor sin aun vestirse -¡ayuda! todo está lleno de escarabajos — sollozaba  gritando, estaba  tan asustada que  mientras corría hacía el mostrador para subirse mientras veía como cientos de escarabajos salían del vestidor.

-¡ mátalos!,—gritaba asustada  señalanadolos mientras estaba tratando de montarse para que no la tocaranse giro hacia el dependiente y miró su sonrisa curvarse de oreja a oreja.


El bazar de Khaldun/ la tienda de Khaldun ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora