capitulo 4

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-Mamá puedes ayudarme!.-grite desde mi cuarto, pidiendo ayuda.

Me mire al espejo y pude apreciar el maravilloso trabajo de Olenka, nunca antes me había maquillado. Siempre pensé que cuando me maquillará estaría en la universidad o algo así. Pero no, ahí estaba yo, con mis cortos 15 años, oh si, ya tenía 15 años.

Se lo que deben estar pensando. Y, Si. Ese día era  mi reunión según yo intima. ¡feliz cumpleaños a mi!

El maquillaje no era exagerado, era suave. Resaltaba mis grandes ojos, que acompañadas de mis largas  pestañas, provocaban la envidia de cualquier chica que tenia que usar pestañas postizas. La sombra era un tono rosa pastel muy suave, que acompañado de unos toques de brillo hacia que mis ojos brillaran más de lo normal. Mis labios tenían un tono cereza con brillo labial trasparente. El polvo en mis mejillas no era tan pronunciado, era ligero. Mi cabello caía como cascada por los lados de mi rostro, lo había ondeado. Y no me quedaba mal.
En resumen me veía muy bonita, pero tampoco era porque Olenka haya hecho magia, yo era una chica agraciada y eso ayudaba mucho-- Yo solo resalto tu belleza natural-- fueron sus palabras.

-¿Qué pasa?.-La armoniosa voz de mi madre se hizo presente en mi habitación.

-Me ayudas con el vestido?.- le di una sonrisa de niña de 5 años cuando quiere un helado.

Se acercó a mi y comenzó a subir la cremallera del vestido. Se aclaró la garganta, haciendo notar que diría algo -Has crecido muy rápido. Recuerdo que era solo ayer cuando te cargaba en mis brazos, eras tan pequeña e inocente. Ahora miraté, ya estas grande, toda una señorita. Te quiero mi niña- las lágrimas amenazaban por escapar de los ojos de mi Madre. Se inclinó a mi, me dio un beso en la frente. Y se fue.

Mi madre era una persona muy sentimental, pero esto no lo hacia notar. Siempre se mostraba fría. Es como si no quisiera que nadie supiera de su lado cursi. Y oh vaya! mi Mamá si lo era.

Me di otra mirada al espejo, ya tenía el vestido puesto. Era un vestido de noche color rosa. Era entallado, lo que no me agradaba mucho, pero viéndome en el espejo no se veía mal, parecía una esas chicas que están en las portadas de los catálogos.

Me asome a mi sala, lo había hecho en mi casa porque no había invitado a muchas personas. Pero vaya que eso fue un error. Mi casa no era pequeña, pero se veía como tal, debido a la gran cantidad de adolescentes en ella.
Nunca antes había visto tantas personas en mi casa.

Eran las 9:00pm si que mis invitados fueron puntuales, yo ni pensaba salir. Me había dado algo de sueño. Bueno, no es cierto. Estaba algo nerviosa.

-Que hermosa!.- sentí un beso en mi nuca, voltee y era mi PApá.

-¿ya tengo que salir?

-no tienes que hacerlo, sino quieres. Podemos decir que tuviste un accidente o que se equivocaron de día.

-PApá! Dije riéndo. Tuve un accidente? Me quieres muerta. Se equivocaron de día? La casa esta todo adornada y con una gran gigantografia, donde yo salgo con una tímida sonrisa. Odiaba esa foto.

- Esta bien, yo solo decía.- levantó las manos en defensa - 10 minutos para que salgas, iré por tu madre y hermano.

Mi hermano, pequeño detalle que olvide mencionarles. Tengo un adorado púber como hermano. Al cual llamo insecto, bueno no. Su nombre es Leonardo.
La verdad nunca me he llevado bien con mi hermano, siempre hemos vivido peleando. Parecemos perro y gato. La verdad no me sorprendería que no quisiera salir a mi fiesta.

Mi padre regreso juntos a los mencionados anteriormentes, no era necesario que salieran conmigo. Pero me encontraba algo nerviosa y no quería solo aparecerme y ya.

-Diablos! Que te hicieron, para demandarlos por daños a la integridad humana

Bien ahí esta uno de los comentarios inteligente de mi querido hermanito.

-Eres un idiota! .- lo fusile con la mirada

-Solo digo la verdad. Si yo fuera tú no salgo.-levantó los hombres excusándose.

Tan mal me veía, bueno debo admitir que algunos de los comentarios de él, siempre me afectan.

-No digas tonterías, se ve hermosa.-interrumpió mi madre, antes de que sus estúpidos comentarios me afectaran. Y se lo agradezco.

Mi hermano solo rodó los ojos y entro a la sala, donde se encontraban todos los invitados.
Cuando se fue, mi PApá se me acercó junto a mi Mamá.-éstas lista? Pregunto Mamá- la verdad no lo estaba, pero solo asentí con la cabeza.

Mi padre me tendió la mano para que la cogiera, la tome y junto a ellos camine hacia la sala.
A penas estuve ingresando, cuando sentí todas las miradas en mi. Genial, tener la atención de todos no me agradaba, bueno que me esperaba era mi fiesta no. Tenían que mirarme.

Una vez dentro mi padre pidió la palabra, haciendo que la música de fondo bajará un poco y todos guardarán silencio. Trague saliva y apreté fuerte el brazo de mi padre, del cual no me había despegado hasta el momento.

Mientras mi padre daba un pequeño discurso, comencé a examinar con la mirada a los invitados. Habían chicos muy apuestos que me regalaban una gran sonrisa, nunca en mi vida los había visto. Bueno seguí mirado y encontré a Dayana con un hermoso vestido azúl se veía radiante, siempre tan linda ella, estaba con una grupo de chicas de mi salón, Jessica, Ema, Jimena, Lucia, victoria, entre otras. Seguí mirando y vi a Jesus? Estoy soñando, Jesús?. Él que hacia acá. No es que no me agradará verlo, solo que me sorprendía. No volvimos a cruzar palabras desde que terminamos la primaria. Cuando volví a levantar la mirada, me topé con unos ojos hermosos que me miraban fijamente era Liam, Dios! esos ojos son dividos.

Luego sentí como el silencio inundo la sala, voltee hacia mi padre y me miraba indicándome que era mi turno.

¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿Que????!!!!!!

Por favor, que no sea lo que este pensando. No había preparado nada. Que iba a decir. Me volví a mi posición habitual, lo cual no fue buena idea. Todos esperaban a que diga algo, no se como mi mirada volvió a caer en Liam. Él me sonrió me guiño en ojo y me envió un beso de lejos.

Sentí como mi cuerpo comenzó a hervir. De seguro dedo estar totalmente roja. Trague saliva y tome una profunda respiración. Preparándome para decir unas cuantas palabras.

-Esto no saldrá bien- repetía una voz en mi cabeza.



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